De las ferias de monstruos a la televisi¨®n
El espacio 'Palabra de gitano' es racismo de baja intensidad, destinado a explotar a una minor¨ªa
El programa de televisi¨®n Palabra de gitano forma parte de un amplio dispositivo hist¨®rico racista, que va desde los debates del siglo XVI sobre si los ind¨ªgenas americanos ten¨ªan alma o no (decidir si eran o no humanos), hasta el espect¨¢culo actual del "otro" en la televisi¨®n como exotismo, pasando por la antropolog¨ªa y su b¨²squeda de pueblos "primitivos" y por las ferias de "seres monstruosos"? (freaks), que satisfac¨ªan la simple curiosidad del pueblo mostrando a personas deformes o extra?as, mujeres barbudas, personas hermafroditas, siameses, seres al borde de lo humano.
Pero la curiosidad nunca es simple. Estos dispositivos (las ciencias sociales, la televisi¨®n, las ferias, los circos) son instituciones culturales, nos ense?an a pensar las relaciones entre las personas y sus jerarqu¨ªas, dan y quitan los estatutos de humanidad, deciden qui¨¦n es humano (el que mira la televisi¨®n o maneja la c¨¢mara, el espectador del circo, el antrop¨®logo, el inquisidor) y qui¨¦n no.
"Palabra de gitano" cumple ese papel al presentarnos a un "otro", el gitano, la gitana ("viven entre nosotros desde hace siglos" reza la promo de Cuatro), como un ser raro, una "raza" ex¨®tica, secreta, folcl¨®rica, peculiar; y por oposici¨®n a "ellos", la comodidad y la seguridad de un "nosotros", una identidad colectiva no mencionada en el programa: ?payos, blancos, espa?oles, europeos?.? ?Qui¨¦nes somos ese nosotros que establece la promo? Seres coherentes, civilizados, humanos, normales. El espectador est¨¢ a gusto, es reconfortante saber que uno es normal.
Desvelar este mecanismo es importante para mostrar la verdadera naturaleza del racismo, y una de sus variantes m¨¢s extendidas y menos mencionadas, el antigitanismo. El racismo funciona deshumanizando a las personas, despoj¨¢ndolas de los atributos de "lo humano" por diversos mecanismos: presentando a ese "otro" como cercano a lo animal, a lo salvaje, a lo extra?o, vincul¨¢ndolo al delito, a la violencia, a la enfermedad, al crimen, al rito secreto, u otorg¨¢ndole misteriosos poderes especiales (el mal de ojo, la hechicer¨ªa, el augurio, la brujer¨ªa). Lo sobrenatural tambi¨¦n es inhumano.
Se trata de presentar al ¡°otro¡± como cercano a lo animal, a lo salvaje, a lo extra?o, vincul¨¢ndolo al delito y al rito secreto
El pueblo gitano ha ocupado hist¨®ricamente ese lugar vac¨ªo en el que se puede cargar todo tipo de valoraciones de la sospecha y la culpa, incluso contradictorias: si es rico, sospechoso de que lo es por medios il¨ªcitos; si es pobre, sospechoso de ser vago e indolente; si es n¨®mada, forzado a sedentarizarse; si es sedentario, se le expulsa de su residencia y se le fuerza a vagar; si es de una religi¨®n, mal visto por la otra; en las guerras, sospechoso de colaborar con el otro bando, aunque no haya tomado parte por ning¨²n bando. Conocemos varios nombres para ese lugar vac¨ªo: cabeza de turco, bouc ¨¦missaire, scapegoat, Trickster. La culpa siempre es de ese "otro", y el lugar de quien detenta el poder queda limpio y sin responsabilidad, sin ser nombrado. Lo normal no tiene nombre.
En el caso de Palabra de gitano, se trata de un racismo de baja intensidad, disfrazado de buenas intenciones ("el p¨²blico tiene curiosidad, eso tambi¨¦n es parte de la realidad gitana", "quienes salen lo hacen por voluntad propia", etc.). No se menciona que se compra a los invitados, ni se quiere reconocer que se explotan aquellos aspectos m¨¢s ex¨®ticos, morbosos o llamativos (el pa?uelo, la ¡°ley gitana¡±, el destierro, los matrimonios muy tempranos, etc.). Adem¨¢s, cada plano empieza con un grupo de gitanos bailando y tocando palmas, todo parece muy "natural" pero al cabo de cada programa hemos visto 30 escenas de gitanos bailando, bebiendo y comiendo.
Pero lo m¨¢s importante de este caso es que no se trata de un programa hecho por gitanos y gitanas, estos no han decidido sobre los temas a tratar, sobre los guiones, a qui¨¦n filmar y con qu¨¦ enfoques, no ocupan esa voz en off que durante el programa hace afirmaciones categ¨®ricas y generalizaciones sobre "la mujer gitana" o "el hombre gitano", usando un singular que anula todas las diferencias individuales y la diversidad de la comunidad gitana ("la mayor ilusi¨®n de la mujer gitana es su boda"¡).
El programa adem¨¢s produce un efecto perverso en el interior de la comunidad gitana, que se ve emplazada a tener que decidir si esos aspectos que aparecen en el programa son reales o no, a renegar en ocasiones de personas o costumbres de su propia comunidad para intentar dar "una buena imagen" (?ante qui¨¦n?), o a enfrentarse internamente criticando o no a quienes salen en el programa.
Este programa no escucha las palabras de los gitanos y gitanas, es una mera caricatura?
Por otra parte, aquellos gitanos y gitanas que no se sienten identificados con esos estereotipos tambi¨¦n pueden sentirse raros, como si no encajaran en lo que se supone que es su cultura. El programa manipula los valores de una comunidad para presentarlos como algo extremo o muy ex¨®tico, hasta el punto de que muchos de sus propios miembros no se pueden reconocer en esa representaci¨®n donde no hay heterogeneidad.
En realidad ni a la productora del programa, La Competencia Producciones, ni a Cuatro les importan estos "efectos colaterales". Importan la cuota de pantalla, el share y los ingresos por publicidad derivados de la audiencia. Explotar a las minor¨ªas con fines de lucro no es algo nuevo, se ha hecho muchas veces. Aqu¨ª Cuatro lo hace con este formato de ¡°pasen y vean¡±, los domingos, en horario de m¨¢xima audiencia.
?Palabra de gitano? Este programa no escucha las palabras de los gitanos y gitanas, es una mera caricatura de una realidad que por suerte es mucho m¨¢s rica y diversa.
Javier S¨¢ez del ?lamo es coordinador territorial en el departamento de Inclusi¨®n Social de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano.
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