?Hasta d¨®nde debe crecer el turismo?
Por Ernest Ca?ada, coordinador de Alba Sud
Los datos recientes sobre el registro de turistas en Espa?a muestran un crecimiento decidido durante los ¨²ltimos a?os, especialmente en el ¨¢rea mediterr¨¢nea y Canarias. En un contexto de crisis y destrucci¨®n generalizada de la ocupaci¨®n se valora positivamente esta tendencia. Pero m¨¢s all¨¢ del debate sobre la calidad del empleo tur¨ªstico (del que nos ocuparemos en un pr¨®ximo art¨ªculo), la presencia masiva de turistas en algunos lugares, como Barcelona o las costas de Mallorca, por ejemplo, tambi¨¦n provoca malestar entre sectores de la poblaci¨®n local que ha derivado en problemas de convivencia y protestas p¨²blicas.
Se percibe un estado de opini¨®n que cuestiona abiertamente el crecimiento sin l¨ªmite del turismo, y sobre todo las pol¨ªticas que lo favorecen. Tomemos dos ejemplos. El primero la modificaci¨®n del Plan de Usos de Ciutat Vella en Barcelona, por acuerdo de CiU y PP en el consistorio, que permite el establecimiento de nuevos hoteles en edificios de valor patrimonial en desuso, y que seg¨²n denunci¨® el movimiento vecinal responde a las presiones del lobby hotelero. El segundo el paquete de medidas legislativas del gobierno Bauz¨¢ en Baleares que facilita una intensificaci¨®n del uso tur¨ªstico del territorio, tal como ha alertado la organizaci¨®n ecologista GOB en su ¨²ltima campa?a p¨²blica.
Incremento de los precios de todo tipo de productos y servicios que erosionan el poder adquisitivo de mucha gente.
Desplazamiento del tejido comercial local por negocios orientados hacia el turismo, como tiendas de souvenirs o locales de ocio.
Dificultades de acceso a vivienda por su encarecimiento, que obliga a un gradual desplazamiento de los vecinos afectados hacia zonas perif¨¦ricas.
Progresivo aburguesamiento o ¡°elitizaci¨®n¡± de algunos barrios, dada la dificultad de las clases trabajadoras de poder residir en ellos.
Molestias en algunas casas por los ruidos y desperfectos ocasionados por los turistas que alquilan apartamentos, sean legales o no, y cuya conducta altera la vida cotidiana del vecindario.
Inconvenientes para circular o caminar por algunos lugares de la ciudad a causa de la presencia masiva de turistas.
Trabas para acceso a determinados espacios p¨²blicos, que se reconvierten en funci¨®n de las necesidades e intereses del turismo.
Deterioro ambiental en territorios frecuentados por el turismo.
La intensificaci¨®n de este tipo de problemas, especialmente sentidos por una parte de la poblaci¨®n, y que se filtra tambi¨¦n en los medios de comunicaci¨®n, abre una vez m¨¢s el debate sobre los l¨ªmites del crecimiento tur¨ªstico y la sostenibilidad. ?sta es una discusi¨®n de largo recorrido en las ciencias sociales.
El trabajo del ge¨®grafo finland¨¦s Jarkko Saarineen de la Universidad de Oulu nos puede ayudar a plantear de forma razonada esta cuesti¨®n. Una primera advertencia es que es imposible fijar objetivamente una cifra de referencia para un determinado contexto. Derivar¨¢ siempre de m¨²ltiples factores y perspectivas. Hay tradiciones que abordan el tema desde el enfoque de c¨®mo afecta la actividad tur¨ªstica en los recursos naturales ¨Cque en un contexto de cambio clim¨¢tico adquiere renovadas dimensiones¨C. Otras ponen el acento en la viabilidad de la actividad ¨Cel l¨ªmite del crecimiento depender¨¢ as¨ª de c¨®mo afecte la continuidad del negocio tur¨ªstico¨C. Finalmente, existe tambi¨¦n la tradici¨®n ¡°de base comunitaria¡± que subordina este l¨ªmite a la opini¨®n de la poblaci¨®n implicada, y por tanto es fruto de la participaci¨®n ciudadana y la negociaci¨®n, en situaciones forzosamente conflictivas.
Las protestas vecinales y ecologistas son parte del proceso necesario para establecer los l¨ªmites y equilibrios de una determinada actividad econ¨®mica, en este caso el turismo. Su posici¨®n es absolutamente leg¨ªtima para un debate democr¨¢tico. La descalificaci¨®n de quienes ponen el acento en estos conflictos, considerados en ocasiones como ¡°turismof¨®bicos¡±, no ayuda mucho.
Cualquier discusi¨®n p¨²blica sobre qu¨¦ papel queremos que tenga el turismo deber¨ªa poder empezar por determinar cu¨¢les son los l¨ªmites deseables a su crecimiento. Esto nos obliga a pensar en el protagonismo de otros sectores, pero tambi¨¦n, y sobre todo, al servicio de qui¨¦n est¨¢ este crecimiento tur¨ªstico. El movimiento vecinal y ecologista contribuyen as¨ª con sus protestas en la construcci¨®n de un turismo realmente responsable.
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