Descubre al encantador que convierte a un perro en actor
Rafael Casado da ¨®rdenes a Trampas en el rodaje de la serie Fen¨®menos.
Trampas hace honor a su nombre. Antes de empezar a trabajar hay que dejarlo estar, es como una especie de ritual. Llega al plat¨®, olisquea, se da una vuelta, hace suyo el lugar y se siente preparado para empezar. Es todo un actor. Pero no necesita ni alfombras rojas ni polvos de maquillaje. Tampoco exije el photoshop en postproducci¨®n. Solo quiere que lo dejes tranquilo un rato. Trampea. Se independiza. Desaparece. Y cuando parece que lo has perdido de vista, en cuesti¨®n de minutos, ya est¨¢ listo para actuar. ¡°?Acci¨®n!¡±. Y en ese momento, Trampas solo escucha a su otra mitad.
Rafael Casado se encuentra al otro lado de las c¨¢maras. La estrella en la oscuridad. En ese momento, el ¨²nico referente que existe para Trampas, un mestizo de cuatro a?os color canela, despeinado y con aire guas¨®n. Con gestos en¨¦rgicos, seguros y ¨®rdenes directas, Rafa, como le llaman en casa, va moldeando los pasos del perro en escena, lo gu¨ªa, lo acompa?a y consigue que haga y se comporte como dicta el guion. Con un gesto, Trampas se levanta, con otro, se acuesta, mira a su compa?ero de escena, ladra cuando le toca hablar, se hace el dormido y ense?a los dientes cuando se pone en la piel de un perro feroz. Cuando se apagan las luces, Rafa le da una peque?a salchicha, Trampas mueve el rabo y de camino a casa empieza de nuevo a trampear.
Aquel fracaso ante las c¨¢maras supuso un punto y aparte para Rafa, que se prometi¨® a s¨ª mismo ¡°hacer las cosas como se deben hacer¡±. Amante del cine y de los animales casi a partes iguales, este proyecto de bi¨®logo que no termin¨® la carrera se convirti¨® en ¡°autodidacta¡±. Viaj¨® a Alemania y a Estados Unidos y le dedic¨® tiempo a aprender una t¨¦cnica ¡°que lamentablemente no se estudia en Espa?a¡±. No es suficiente con tener mano izquierda con los perros. Para ¨¦l, no hay encantador que valga. ¡°La gente ve ese programa y se cree que enseguida puede ir con cinco perros juntos y un monopat¨ªn. Y no es tan sencillo¡±.
A los seis a?os de aquella experiencia, su trabajo se vio recompesado con Meri. ¡°Era un chucho que estaba abandonado. Me la llev¨¦ a casa e intent¨¦ colocarla en varias ocasiones¡ Cuando por fin encontr¨¦ due?o, ya no pude deshacerme de ella¡±. Meri, ¡°m¨¢s lista que el hambre¡±, aprendi¨® r¨¢pido. Veneraba a Rafa, jugaba con ¨¦l, disfrutaba con sus trucos. Y lleg¨® su primera oportunidad con la serie Curro Jim¨¦nez. Poco despu¨¦s se convirti¨® en el Superm¨¢n de las cuatro perl¨ªculas de Parch¨ªs, compartiendo escenas sobre todo con el fallecido Manuel Alexandre, ¡°un grande, que curiosamente ten¨ªa terror a los perros¡±. Meri vivi¨® 17 a?os de ¨¦xitos y cautiv¨® a los espectadores. Hasta aprendi¨® a ¡®orinar¡¯ como si fuera un macho, para meterse bien en el papel. De ?scar.
Desde entonces, Rafa no ha parado de entrenar a estrellas que ladran, aunque no se dedica s¨®lo a eso.
Form¨® el primer grupo de rescate con perros en Espa?a, concretamente en el Pa¨ªs Vasco, y por sus manos han pasado canes de grandes personalidades, como algunos del Rey Don Juan Carlos.El centro canino Pradohondo (en Collado Mediano, Madrid), donde trabaja en un ambiente familiar junto a Paloma P¨¦rez, su esposa, est¨¢ especializado en el adiestramiento canino, la cr¨ªa y selecci¨®n de pastor alem¨¢n y labrador retriever, y los cursos de formaci¨®n para quien quiera aprender t¨¦cnicas de educaci¨®n. Y por supuesto, la parte art¨ªstica. La del cine. All¨ª Rafa se mueve entre los 30 perros que hay en estos momentos en la residencia como si fuera un encantador, aunque reniegue de ese t¨¦rmino. Su presencia eclipsa a todas las dem¨¢s. ¡°Cuando est¨¢ ¨¦l a m¨ª no me hacen ni caso¡±, cuenta Paloma, ¡°la veterinaria, la directora y mi esposa¡±, como la presenta entre risas Rafa. Ella, que trabaja con su marido desde 1985, pone orden en un sitio donde ¨¦l, ante todo, crea v¨ªnculos con los animales. Siempre con la ayuda, eso s¨ª, de la tercera pata de Pradohondo, Facundo Rey. El joven, de 27 a?os, lleg¨® hace ocho al centro para realizar un curso de 'Etolog¨ªa aplicada' y su buen hacer con los perros le ha otorgado con el tiempo el t¨ªtulo de "sucesor" de Rafa.
Y es que en el fondo el entrenamiento de un actor trata de intimar con el animal. ¡°Lo primero es conocer bien al perro. Y que ¨¦l te conozca bien a ti. No todos sirven para ser actores. De hecho el 60% no puede realizar ese trabajo. Como las personas, no todas pueden actuar¡±, explica Rafa. Da igual lo listo que uno crea que es su perro. Adiestrar a un futuro actor cuesta una media de a?o y medio de trabajo. Y mucha paciencia. Porque cuando son cachorros ya se intuye si hay potencial. ¡°Luego, ¨¦l les da exactamente lo que necesitan. Juega y trabaja. Sabe lo que ellos quieren, y ellos lo adoran¡±, dice Paloma mientras Rafa se revuelca por el suelo con Lucky, todo un George Clooney canino.
Precisamente Lucky es una de las pruebas m¨¢s evidentes del trabajo artesanal del que habla Rafa. Este mestizo blanco de 12 a?os viv¨ª¨® abandonado debajo de un coche en Sevilla, en Dos Hermanas. Y ahora se mueve a la perfecci¨®n entre bambalinas.Se ha convertido en uno de los actores m¨¢s consagrados de Pradohondo, con pel¨ªculas como Gordos,El club de los suicidas o Sexy Killers en su haber cinematogr¨¢fico, o anuncios como el de la Once o 20 Minutos.
Tanto Lucky como Trampas (Fen¨®menos,Que se mueran los feos) viven en un chalet con Rafa, Paloma y otros cinco perros-actores m¨¢s. ¡°Tienen que tener contacto con la gente para que luego se puedan relacionar bien en el cine. No pueden estar encerrados como en una c¨¢rcel¡±, explica Rafa. As¨ª, la preparaci¨®n de estos int¨¦rpretes se cocina durante 24 horas a fuego lento y todos los d¨ªas de la semana. Federico Luppi, Leonardo Sbaraglia, Juan Luis Galiardo, Jos¨¦ Coronado, Marta Etura, Mario Casas¡ son solo algunos de los nombres que han compartido escenas con estos artistas tan peculiares que cobran alrededor de 600 euros por sesi¨®n, aunque todo es "variable", matiza Rafa. Depende de cada situaci¨®n. ¡°Si hay muchas escenas en una serie o una pel¨ªcula se negocia el precio¡±, cuenta adem¨¢s Paloma, que a?ade que con la crisis han notado c¨®mo muchas producciones han acudido a empresas intermediarias, m¨¢s baratas, pero que no est¨¢n especialidazas en el adiestramiento. ¡°Luego, como en todo, se nota en el trabajo. Hay perros que simplemente est¨¢n ante las c¨¢maras. No hacen nada m¨¢s¡±.
Ante tanto ¡°desmadre¡± en la profesi¨®n, Rafa solo responde con ¡°trabajo¡±. Mientras habla, contesta cada ratolas llamadas de su antiguo Nokia. ?l no necesita Internet. Pasa del Whatsapp. ¡°Mira, ah¨ª hay cuervos¡±, interrumpe una frase mientras conduce su volkswagen blanca, a las puertas de su centro canino. Se?ala hacia arriba, observa y vuelve. ¡°?Qu¨¦ iba diciendo?. Ah, s¨ª, que hay que ponerse a currar¡±.
FOTOS CEDIDAS POR EL CENTRO CANINO PRADOHONDO.
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