El equipo espa?ol del presidente de Francia
Lo nunca visto. Tres de los 40?asesores del presidente de la Rep¨²blica, a?los que se suma una asistente, son de origen espa?ol. Un r¨¦cord en las bambalinas del poder galo que esconde historias familiares de emigraci¨®n, exilio y superaci¨®n.
Somos los ¨²nicos espa?oles que murmuran en la oreja del presidente¡±, bromea Paul Jean-Ortiz, nieto de una madrile?a noble y carlista e hijo de un concejal socialista de Villarrobledo (Albacete) que huy¨® a Argelia tras la Guerra Civil, asesor diplom¨¢tico del presidente Fran?ois Hollande y negociador especial en las cumbres del G-8. ¡°Formamos de lejos el lobby de m¨¢s calidad del El¨ªseo¡±, r¨ªe Aquilino Morelle, hijo de emigrantes y exiliados asturianos, diplomado en la prestigiosa Escuela Nacional de Administraci¨®n (ENA), consejero pol¨ªtico y portavoz para asuntos nacionales del jefe del Estado. ¡°Somos la cuadrilla del presidente¡±, zanja en su perfecto espa?ol Romain Nadal, bisnieto de mallorquines y catalanes, veraneante de ni?o en El Escorial, criado en la ciudad m¨¢s hispan¨®fila de Francia, Nimes, y que hoy ejerce de consejero diplom¨¢tico y portavoz para asuntos internacionales en el El¨ªseo.
¨CDisculpen, una pregunta previa. ?En palacio hablan espa?ol entre ustedes?
¨C?Solo cuando no queremos que los dem¨¢s nos entiendan!
La luz del raro sol de octubre entra a raudales en el enorme despacho de Paul Jean-Ortiz (Jean es el apellido de su abuelo y Ortiz, el de su abuela). Estamos a 50 metros del El¨ªseo, en lo que podr¨ªa llamarse el ala espa?ola de la presidencia de la Rep¨²blica francesa. Es un bonito edificio, m¨¢s modesto que el palacio. Aqu¨ª se re¨²ne cada ma?ana a las ocho la ¡°c¨¦lula diplom¨¢tica¡± que asesora al presidente de la Rep¨²blica. Y aqu¨ª, solo unos metros m¨¢s al este, trabaja la cuarta protagonista de este reportaje: la joven de origen valenciano Charlotte Hern¨¢ndez, nieta de una mujer de Casasimarro (Cuenca), y benjamina del grupo. Tras pasar tres a?os en la embajada de Madrid, es a sus 33 a?os la asistente del m¨¢s veterano, Paul Jean-Ortiz, que ahora tiene 56.
La escuela republicana y laica fue la base decisiva de la adaptaci¨®n y el desarrollo de los hijos de la emigraci¨®n y el exilio
Las historias de estos cuatro servidores de Francia que desembarcaron en mayo de 2012 en las bambalinas de la c¨²pula del Estado franc¨¦s son muy distintas, aunque con puntos en com¨²n: la pobreza y la guerra, la emigraci¨®n o el exilio, la escuela republicana y laica como v¨ªa de integraci¨®n, el esfuerzo, la suerte, el talento, el ¨¦xito laboral y una nostalgia serena por las ra¨ªces que quedaron atr¨¢s.
Jean-Ortiz, Nadal, Morelle y Hern¨¢ndez, como el ministro del Interior, Manuel Valls (barcelon¨¦s de nacimiento), o la candidata a la alcald¨ªa de Par¨ªs Anne Hidalgo (hija predilecta de San Fernando, C¨¢diz), forman la representaci¨®n en la ¨¦lite pol¨ªtica francesa de las decenas de miles de hijos y nietos de emigrantes y exiliados espa?oles, conocidos como los ¡°G¨®mez franceses¡±, que dejaron atr¨¢s su pobre e inh¨®spito pa¨ªs para buscarse la vida en el m¨¢s rico y avanzado vecino del norte.
Agradecidos y cabalmente adaptados a la tierra que acogi¨® a sus familias, los cuatro se sienten franco-espa?oles y herederos de dos culturas, aunque por ejemplo Morelle ha perdido la fluidez con su lengua materna por el camino, ¡°como tantos¡±, dice, ¡°a los que en casa nos animaban a hablar solo en franc¨¦s para integrarnos mejor¡±. Tras pasar un par de horas con los cuatro, parece claro que son tan franco-espa?oles como hispano-franceses.
El repaso individual comienza por Paul Jean-Ortiz. Diplom¨¢tico de carrera, nacido el 19 de marzo de 1957 en Casablanca (Marruecos), licenciado en filolog¨ªa china y antiguo militante trotskista, ha pasado en Asia casi 20 a?os (estuvo destinado en China y Vietnam entre 1983 y 2005), fue ministro consejero de la embajada en Madrid entre 2005 y 2009, es biling¨¹e en chino mandar¨ªn y, aparte de aconsejar a Hollande en los asuntos internacionales, se encarga desde el 17 de mayo de 2012 de las tareas de sherpa (negociador especial) en las cumbres del G-8.
¡°Mi padre era espa?ol, y mi madre, bretona¡±, cuenta Jean-Ortiz en su elegante y oxidado castellano. ¡°Mi abuelo era un franc¨¦s que se march¨® a Espa?a en el siglo XIX. All¨ª se cas¨® con una madrile?a noble y arruinada llamada Mar¨ªa Ortiz del Campo. Sus padres eran carlistas y se quedaron sin dinero cuando acabaron las guerras. No s¨¦ c¨®mo, se instal¨® en Villarrobledo (Albacete) y all¨ª se cas¨® con mi abuelo. Cuando naci¨® mi padre, que se llamaba ?ngel Jean Ortiz, se fueron a Madrid. En 1930, mi padre se hizo militante del PSOE, todav¨ªa tengo el carnet en casa. Era partidario de Indalecio Prieto, y lleg¨® a ser teniente de alcalde de Villarrobledo. Cuando Largo Caballero tom¨® el poder en el partido, se hizo juez de paz y en 1938 combati¨® en Madrid. Desde all¨ª se fue a Alicante y sali¨® en el ¨²ltimo barco, el Stanbrook, rumbo a Or¨¢n. Se instal¨® en Argelia y luego pas¨® a Marruecos. Como era qu¨ªmico, trabaj¨® para una casa de perfumes. Y lleg¨® a ser l¨ªder del Partido Socialista de Marruecos¡±.
En Casablanca, el padre de Jean-Ortiz se cas¨® con una francesa: ¡°Se dio cuenta de que era ap¨¢trida, se nacionaliz¨® franc¨¦s y en 1967 nos vinimos a vivir a Francia. Yo empec¨¦ a estudiar chino por azar, me hice militante trotskista y despu¨¦s entr¨¦ en el Quai d¡¯Orsay¡¡±.
La historia de Romain Nadal, portavoz y consejero diplom¨¢tico de Hollande, nacido en Montpellier en 1968, es menos rocambolesca: ¡°Mis padres y mis cuatro abuelos son franceses, pero dos de mis bisabuelos eran espa?oles que emigraron a principios del siglo XX; los Nadal llegaron desde la Seu d¡¯Urgell, y los Alcover, la rama de mi abuelo materno, desde Baleares. Vinieron a Montpellier a trabajar en el campo, pero el abuelo de mi padre muri¨®, de gripe espa?ola, el 11 de noviembre de 1918, un d¨ªa de mucha alegr¨ªa para Francia porque fue el de la victoria en la I Guerra Mundial¡±.
¡°Yo nac¨ª en Montpellier, pero crec¨ª en Nimes¡±, a?ade Nadal, ¡°y en el colegio tuve muchos compa?eros espa?oles que ven¨ªan de la emigraci¨®n econ¨®mica. De peque?o mis padres me llevaban a los toros¡ Mi padre era un apasionado de Espa?a, se hizo catedr¨¢tico de espa?ol y compr¨® un piso en El Escorial, adonde ¨ªbamos los veranos; as¨ª visit¨¦ Andaluc¨ªa, Extremadura, muchos sitios. Mi primera novia fue una madrile?a que conoc¨ª en El Escorial¡ Mi padre me llev¨® a ver el Guernica al Cas¨®n del Buen Retiro. As¨ª que en el colegio eleg¨ª el espa?ol como primera lengua extranjera. Mis dos abuelos de origen espa?ol lucharon en la guerra contra Alemania, fueron grandes patriotas franceses¡±.
Aquilino Morelle Su¨¢rez (Par¨ªs, 1962) desciende de asturianos por los cuatro costados, de una familia que se vio obligada a salir dos veces de Espa?a: la primera, por razones pol¨ªticas, y la segunda, por supervivencia. ¡°Mi padre se llamaba Aquilino Morelle Coto, y mi madre, Elena Su¨¢rez Cimadevilla. Los dos murieron ya. Sus familias eran de Mieres y de Sama de Langreo. Mi padre lleg¨® a Par¨ªs con sus padres cuando ten¨ªa a?o y medio, y estuvo aqu¨ª entre 1922 y 1936. Cuando ten¨ªa 14 a?os se fueron de vacaciones a Asturias y les pill¨® el golpe de Estado y el principio de la Guerra Civil¡±, explica Morelle en franc¨¦s.
¡°Entonces cerraron las fronteras y no pudieron volver. As¨ª que mi padre tuvo que hacer tres a?os de servicio militar. Conoci¨® a mi madre, se casaron y, como quer¨ªa volver a Francia, se fueron a Ir¨²n. Cuando reabrieron las fronteras, ya ten¨ªan cuatro hijas, y llegaron a finales de los a?os cincuenta a la periferia de Par¨ªs. All¨ª nacimos tres hijos m¨¢s. Viv¨ªamos en Belleville, un barrio proletario donde hab¨ªa muchos espa?oles, portugueses y ¨¢rabes. Mi padre era biling¨¹e y trabaj¨® en la f¨¢brica de Citro?n de Nanterre. Mi madre, ama de casa, siempre se sinti¨® desarraigada y nunca habl¨® muy bien franc¨¦s. Mi lengua materna era el espa?ol, pero nos criaron con una l¨®gica de asimilaci¨®n total, sin nostalgia de Espa?a, con la idea de que ten¨ªamos que ser m¨¢s franceses que los franceses, y yo me entregu¨¦ en cuerpo y alma a esa idea¡±.
La escuela republicana y laica fue la base decisiva de la adaptaci¨®n y el desarrollo personal de los hijos de la emigraci¨®n y el exilio. En el caso de Jean-Ortiz, Nadal y Morelle, esa formaci¨®n les permiti¨® acceder a los estudios superiores y entrar en el servicio p¨²blico. Morelle se licenci¨® como m¨¦dico antes de estudiar en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos (Sciences Po) y en la prestigiosa ENA, donde coincidi¨® con Pierre Moscovici, hoy ministro de Econom¨ªa. Este le present¨® a Lionel Jospin, de quien fue asesor y redactor de discursos hasta la traum¨¢tica jornada del 21 de abril de 2002, cuando Jean-Marie Le Pen, el l¨ªder del Frente Nacional, super¨® al candidato socialista en la primera vuelta de las presidenciales.
Nadal y Ortiz se hicieron diplom¨¢ticos y han ocupado puestos de responsabilidad en embajadas y en el Quai d¡¯Orsay (Nadal fue portavoz del Ministerio de Exteriores antes de entrar en el El¨ªseo). Charlotte Hern¨¢ndez sac¨® su oposici¨®n al servicio exterior hace diez a?os, cuando decidi¨® aprovechar su facilidad para los idiomas. Sus ra¨ªces est¨¢n en Casasimarro, un pueblo de Cuenca. ¡°Mi abuela naci¨® all¨ª, aunque luego se fue a vivir a Aldaia (Valencia) y se cas¨® con mi abuelo¡±, cuenta. ¡°A finales de los a?os cincuenta se separ¨® de su marido y se fue con sus hijos a Par¨ªs¡±. Su abuela y sus t¨ªos regresaron al final a Espa?a, pero su padre se qued¨®. ¡°Mi padre conoci¨® a mi madre trabajando en el teatro y ya no se movieron de aqu¨ª¡±.
Hern¨¢ndez habla un espa?ol m¨¢s que correcto, aunque su padre no usaba su lengua materna en casa cuando era peque?a. ¡°Para las comunidades espa?olas y portuguesas de la generaci¨®n de mi padre era muy importante hablar buen franc¨¦s, sin negar los or¨ªgenes, para integrarse mejor. Yo aprend¨ª el idioma con mi abuela, mis t¨ªos, que me llevaban por todas partes, y jugando con los ni?os del pueblo cuando iba de vacaciones all¨¢ dos o tres veces al a?o¡±.
El segundo punto en com¨²n de estos cuatro espa?oles de Francia, o franceses de Espa?a, es su jefe actual: Fran?ois Hollande. ?Alg¨²n secreto inconfesable sobre el presidente normal? Aquilino Morelle es el que antes le conoci¨® y el que m¨¢s de cerca vivi¨® su trayectoria pol¨ªtica. ¡°Entr¨¦ en el Partido Socialista en 1993, y empec¨¦ trabajando con Lionel Jospin en el partido y el Gobierno. All¨ª conoc¨ª a Hollande, y luego hicimos juntos la campa?a que acab¨® con la victoria de Jospin ante Chirac en las legislativas de 1997. ?l era el portavoz de Jospin, y yo, su consejero pol¨ªtico. Despu¨¦s lleg¨® la cat¨¢strofe del 21 de abril de 2002, y nos dispersamos. En el refer¨¦ndum europeo de 2005 sobre la Constituci¨®n europea yo fui artesano del no con Laurent Fabius, mientras ¨¦l defend¨ªa el s¨ª al frente del partido. Fue un episodio muy dif¨ªcil¡±.
Seg¨²n Morelle, la ambici¨®n presidencial estaba en el socialista Hollande desde el principio. ¡°Siempre crey¨® en su buena estrella personal y pol¨ªtica y desprendi¨® una calma que ven¨ªa de la certidumbre de que triunfar¨ªa. Es una persona muy fuerte, y puede parecer indeciso hasta que decide. Luego es muy firme, mucho m¨¢s fuerte que Sarkozy, que siempre presum¨ªa de ser el m¨¢s fuerte. Es suave de car¨¢cter y tiene una inteligencia muy pr¨¢ctica, natural y muy r¨¢pida. Lo coge todo al vuelo¡±.
Paul Jean-Ortiz conoci¨® al presidente ¡°mucho m¨¢s tarde, antes de la campa?a de las presidenciales del a?o pasado, ser¨ªa en 2010; nos convoc¨® a tres diplom¨¢ticos para intercambiar impresiones. Y hasta ahora¡±.
Nadal tuvo sus primeros contactos con el actual jefe del Estado en los a?os noventa, pero su relaci¨®n personal se fragu¨® en Madrid, el 12 de marzo de 2004. ¡°Yo estaba en la embajada y Hollande vino a apoyar la elecci¨®n de Zapatero. Como era el m¨¢s joven de la legaci¨®n, el embajador me dijo que me ocupara de ¨¦l. Al d¨ªa siguiente de los atentados fuimos juntos a la impresionante manifestaci¨®n en la que la gente conmocionada gritaba ¡®?Qui¨¦n ha sido?¡¯. Fuimos agarrados de la mano durante cuatro horas entre la multitud y la lluvia para no perdernos. Hab¨ªa mucha electricidad en el aire, y ¨¦l me preguntaba cosas todo el tiempo. Ten¨ªamos que llegar hasta el hotel Palace, pero no pod¨ªamos y paramos en casa de Enrique Bar¨®n para llamar al embajador, porque los m¨®viles no funcionaban. A la una de la madrugada se fue directo hasta Corr¨¨ze, la regi¨®n que presid¨ªa. Luego gan¨® las elecciones Zapatero, le recibi¨® en La Moncloa y se cre¨® un lazo muy fuerte entre los dos. Nos ve¨ªamos regularmente, e incluso importamos el apodo de la Zapatera para S¨¦gol¨¨ne Royal¡±.
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