Nuevo reto chino
El presidente Xi, con su poder reforzado, dirigir¨¢ la anunciada apertura econ¨®mica de Pek¨ªn
Las reuniones plenarias del comit¨¦ central del Partido Comunista Chino suelen representar hitos a partir de los cuales se imponen reformas econ¨®micas o sociales de calado y se calibra el ¨ªmpetu de los nuevos dirigentes. La que acaba de concluir en Pek¨ªn, a puerta cerrada y rodeada del enfermizo secretismo que tanto aprecia el PCCh, ha servido para consagrar al menos doctrinalmente el futuro ¡°papel decisivo¡± de las fuerzas del mercado, con reglas abiertas y transparentes, en la trayectoria de la segunda econom¨ªa del mundo.
El vago comunicado del c¨®nclave, a la espera de una versi¨®n detallada, es por el momento un conjunto de principios y promesas que han de llevar a China a ¡°resultados decisivos¡± all¨¢ por 2020, fecha autoimpuesta por los dirigentes comunistas. En esa declaraci¨®n de intenciones coexisten el impulso al desarrollo del sector privado ¡ªque deber¨ªa liberalizar la propiedad de la tierra y establecer un sistema financiero moderno¡ª y el papel expl¨ªcitamente destacado que se atribuye al gigantesco ¨¢mbito estatal.
Lo que no es nada ambiguo tras la solemne cita es la concentraci¨®n de autoridad en manos del presidente Xi Jinping, un a?o despu¨¦s de asumir el liderazgo del partido. Xi, hijo de un revolucionario de primera hora, da muestras de querer gobernar de manera m¨¢s rotunda que su antecesor, Hu Jintao, y de tener prisa por controlar todas las palancas del poder.
El l¨ªder chino emerge del sanedr¨ªn comunista con un mandato que deja en sus manos las decisiones que importan. No solo en el terreno econ¨®mico, donde nombrar¨¢ un todopoderoso comit¨¦ para impulsar y fiscalizar la anunciada transformaci¨®n del gigante asi¨¢tico en los pr¨®ximos a?os. Quiz¨¢ m¨¢s significativamente, Xi Jinping va a establecer por primera vez en China un tentacular comit¨¦ de seguridad del Estado, que en vano han intentado crear dirigentes anteriores y al que sistem¨¢ticamente se han opuesto los militares y los m¨¢s poderosos miembros del Politbur¨®, temerosos de perder su voz en asuntos cruciales.
El nuevo organismo, del que se desconocen los detalles, permitir¨¢ al presidente coordinar las pol¨ªticas exterior y de defensa y los servicios internos de seguridad de China. Un arma inestimable en un pa¨ªs cuya situaci¨®n interna y relaciones exteriores se han complicado al vertiginoso comp¨¢s de su envergadura global.
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