Con tetas no hay para¨ªso
Si las cocineras influyen menos en el mundo gastron¨®mico es por culpa de reportajes como el de 'Time', que ignoran sus logros por machismo
Me preocupa Time. La nonagenaria revista estadounidense siempre ha proporcionado buenas historias y explicaciones claras de la actualidad ideales para monguers como yo. Sin embargo, ¨²ltimamente detecto peque?as p¨¦rdidas de orina period¨ªsticas, quiz¨¢ relacionadas con los achaques de la edad.
En este ¨²ltimo apartado englobar¨ªa el ¨²ltimo tema de portada de sus ediciones internacionales, titulado "Los dioses de la comida". Time emprende la imposible tarea de identificar a las 13 personas m¨¢s influyentes en el ¨¢mbito gastron¨®mico-alimentario. Como no pod¨ªa ser de otra forma, la selecci¨®n es subjetiva y discutible. El problema no es ese, sino que algunas valoraciones cantan cual cabrales a compadreo. Dios me libre de sufrir ni una gota de espa?olismo, pero que Joan Roca merezca una l¨ªnea (y como simple descendiente de los Adri¨¤) mientras Ren¨¦ Redzepi, David Chang y Alex Atala ocupan la portada solo tiene una explicaci¨®n: ellos cuentan con un equipo de relaciones p¨²blicas mejor conectado.
El retrato conjunto de estos tres amiguetes, que aparecen pescando juntos con gorros de cocinero puestos en una fotograf¨ªa no exenta de cierto patetismo, insiste en que son la bomba porque han roto con la imagen tradicional de la profesi¨®n. Son supercolegas, llevan muchos tatuajes, dicen muchos tacos y les gustan las mujeres les gusta el vino (esto ¨²ltimo lo a?ado yo, pero encajar¨ªa en el texto sin problemas). Lo que conecta con el punto m¨¢s pol¨¦mico de la lista: la ausencia total de chefs de sexo femenino.
Para Time, ninguna de las cocineras que mandan en restaurantes de todo el planeta es lo suficientemente influyente. Ante la avalancha de cr¨ªticas, los responsables de la revista se defienden diciendo que solo describen lo que hay, y que ellos no tienen la culpa de que la alta cocina sea un mundo de hombres. Pues no, amigos. Esos rancios clich¨¦s ya no cuelan. Hay unas cuantas titanas que podr¨ªan estar ah¨ª por cientos de razones: a bote pronto se me ocurren Carme Ruscalleda, Elena Arzak o la pionera de la cocina californiana y del uso del producto local en los restaurantes Alice Waters. Claro que ellas no llevan tatuajes, no arman bronca y no se pelean por ver qui¨¦n la tiene m¨¢s grande, lo cual rebaja su inter¨¦s a los ojos de algunos periodistas con tendencia a sobrevalorar la testosterona. Si las mujeres influyen menos es precisamente por culpa de este tipo de reportajes, que ignoran sus logros con pretextos que se resumen en una palabra muy sencilla: machismo.
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