Un pacto para la recuperaci¨®n
Las medidas de austeridad para Espa?a se han impuesto sin un est¨ªmulo a la demanda de los pa¨ªses con super¨¢vits. Hay que suavizar la pol¨ªtica restrictiva sin menoscabar las expectativas de la inversi¨®n extranjera
La configuraci¨®n de la crisis econ¨®mica espa?ola es fundamentalmente interna: excesivo endeudamiento, sistema productivo poco eficiente y competitivo y deterioro institucional. Su magnitud queda reflejada por una ca¨ªda acumulada del producto interior bruto del 7,5%, aproximadamente el triple que en la zona euro. Ha aumentado el nivel de desigualdad y la pobreza, que adem¨¢s de la gran importancia e impacto social que ello tiene, es tambi¨¦n un factor de incertidumbre que mina las expectativas de la econom¨ªa espa?ola.
En correspondencia con las caracter¨ªsticas de la crisis, la superaci¨®n de la misma requiere tres acciones que debieran ser simult¨¢neas: a) disminuir el endeudamiento mediante la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico y el logro de una balanza por cuenta corriente equilibrada o en super¨¢vit; b) generar una situaci¨®n de crecimiento estable basada en la adquisici¨®n de un knowhow que aumente el valor a?adido en nuestro sistema productivo, generando econom¨ªas de escala intersectoriales y asentado sobre importantes ganancias generalizadas de competitividad; y c) restablecer la eficacia y eficiencia de las instituciones.
Hay que advertir que el cumplimiento de la primera no asegura el logro de la segunda.
Las medidas que desde mayo de 2010 se han llevado a cabo en la econom¨ªa espa?ola no se han abordado trabajando simult¨¢neamente sobre los tres frentes mencionados y en su dise?o no han imperado de forma determinante los criterios de eficiencia. Las predicciones que se realizan en el Bolet¨ªn de inflaci¨®n y an¨¢lisis macroecon¨®mico de la Universidad Carlos III indican que el crecimiento esperado en el corto plazo, 2013-2015, es bastante moderado. Con la incertidumbre que existe alrededor de las variables macroecon¨®micas y que es imprescindible cuantificar para que el diagn¨®stico no resulte enga?oso, nuestras predicciones indican: una situaci¨®n de crecimiento muy moderado hasta finales de 2014, en la que los riesgos de recesi¨®n son todav¨ªa algo preocupantes, seguida de una etapa de crecimiento claramente m¨¢s firme a lo largo de 2015, con una probabilidad alrededor del 50% de que este no ser¨¢ inferior al 1,4%.
Hay que reducir la deuda, pero tambi¨¦n restablecer la eficacia y eficiencias de las instituciones
Estas predicciones vienen muy determinadas por una recuperaci¨®n del consumo privado, que inducir¨¢ un crecimiento importante de las importaciones. Con ello la aportaci¨®n al crecimiento del PIB de las exportaciones en t¨¦rminos netos, es decir, descontando las importaciones, se ver¨¢ muy reducida. Se espera que el n¨²mero de personas ocupadas empiece a crecer en tasa anual a mediados de 2014 y que el nivel de empleo alcanzado a finales de 2007 se logre en la segunda mitad de los a?os veinte.
Este conjunto de resultados no puede considerarse una salida s¨®lida de la crisis. Es necesaria una acci¨®n simult¨¢nea sobre los tres frentes mencionados, basada en un gran pacto pol¨ªtico-social, en el que adem¨¢s las partes se comprometan a que todas las medidas que se aprueben dentro del pacto sean previamente orientadas por un grupo de expertos indiscutibles, de extracci¨®n multidisciplinar, independientes y con un porcentaje apreciable de extranjeros. Este pacto generar¨ªa efectos econ¨®micos positivos desde el momento de su firma.
La regeneraci¨®n institucional deber¨¢ abordarse con prontitud dentro de dicho pacto y deber¨ªa iniciarse con una nueva ley electoral y otra de partidos pol¨ªticos orientadas a introducir competencia dentro de ellos y a que los cargos electos se sientan m¨¢s responsables ante los ciudadanos que ante las c¨²pulas de los partidos.
La reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal de forma permanente en un contexto de bajo crecimiento y con el objetivo de afectar lo menos posible a los servicios que configuran el bienestar social requiere una reforma administrativa en sentido global, que (1) tendr¨¢ que abordar la dimensi¨®n y estructura de las Administraciones p¨²blicas, (2) deber¨¢ estudiar en profundidad la eficacia y eficiencia de los gastos p¨²blicos, proponiendo reformas pertinentes y (3) dise?ar un proceso de fijaci¨®n y evaluaci¨®n del gasto p¨²blico, en el que toda asignaci¨®n presupuestaria vaya acompa?ada de una formulaci¨®n de objetivos a alcanzar con ella y con una definici¨®n de indicadores que permitan evaluar posteriormente los resultados obtenidos y, en su caso, exigir las responsabilidades que correspondan.
La competitividad requiere tener costes laborales unitarios (CLU) m¨¢s bajos que la competencia, y la forma mejor y m¨¢s estable de lograrlo es a trav¨¦s de aumentos en la productividad, pero si estos no se logran con prontitud, la mayor competitividad se tendr¨¢ que conseguir con reducciones de salarios y de m¨¢rgenes de explotaci¨®n para poder garantizar la supervivencia de las empresas. Esta forma de aumentar la competitividad puede ser ¨²til en el corto plazo hasta conseguir que los avances en competitividad se asienten en mejoras en la productividad, pero la reducci¨®n de los CLU basada en menores salarios puede resultar imposible de mantener en horizontes m¨¢s amplios de tiempo.
Recortar los costes laborales aumenta la competitividad pero es ¨²til solo a corto plazo
La importancia de realizar un pacto pol¨ªtico-social aparece con mayor vigor al contemplar la situaci¨®n en la que se encuentra la econom¨ªa espa?ola para salir de la crisis en un contexto de pol¨ªtica de austeridad global en la zona euro. Con la imposibilidad de acceder a los mercados financieros internacionales por parte de los agentes econ¨®micos espa?oles, la quiebra de una parte del sistema bancario y la posibilidad de insolvencia como pa¨ªs, se necesit¨® el apoyo de la zona euro y, en contrapartida, las directrices sobre la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola pasaron a dise?arse en Bruselas.
El problema es que las medidas de austeridad para Espa?a se han definido en el contexto de pol¨ªtica europea en el que no se ha generado ning¨²n est¨ªmulo a la demanda por parte de los pa¨ªses con importantes super¨¢vits en el comercio internacional. Ello ha agudizado en el corto plazo la ca¨ªda del consumo, del PIB y del empleo en Espa?a, pues la pol¨ªtica de austeridad global reinante en un ¨¢rea con tipos de cambios fijos hace inevitable que una parte de nuestra demanda se cubra con importaciones desde los pa¨ªses del ¨¢rea que ya tienen super¨¢vit.
En este contexto es necesario suavizar la pol¨ªtica restrictiva espa?ola sin menoscabar, incluso aumentando, las expectativas actuales de los inversores extranjeros en nuestra econom¨ªa. Pero esto solo se podr¨¢ lograr presentando a los inversores extranjeros un gran pacto pol¨ªtico-social espa?ol con un contenido s¨®lido en las l¨ªneas de lo comentado anteriormente, con un procedimiento claro de implementaci¨®n y con una manifestaci¨®n social firme de llevarlo a cabo. Este pacto a su vez constituir¨ªa un excelente respaldo para ganar m¨¢s autonom¨ªa respecto a Bruselas en cuanto a la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola.
Hay dos alternativas para salir de la crisis de forma firme y duradera, con y sin pacto, ambas penosas, pero la segunda mucho m¨¢s incierta y m¨¢s larga que la primera. Finalmente conviene se?alar que no debe suponerse que la supervivencia del euro a un plazo m¨¢s all¨¢ de cinco o 15 a?os es indiscutible, pues depender¨¢ de la convergencia econ¨®mica que se d¨¦ entre los pa¨ªses que configuran la Uni¨®n Monetaria Europea. Para prepararse y avanzar como pa¨ªs en ese proceso de convergencia o para prepararse para una posible ruptura del euro, las consideraciones realizadas en este trabajo parecen especialmente pertinentes.
Antoni Espasa es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Carlos III y director del Bolet¨ªn de inflaci¨®n y an¨¢lisis macroecon¨®mico del Instituto Flores de Lemus.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.