¡°Zapatero y yo ten¨ªamos una percepci¨®n distinta de la crisis¡±
No debi¨® haber seguido como ministro de Econom¨ªa en la segunda legislatura del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Es de lo ¨²nico que se arrepiente en toda su trayectoria de servicio p¨²blico En el n¨²cleo del poder durante decenios, ahora sale a la luz para desvelar su tormentosa relaci¨®n con el expresidente socialista que deriv¨® en una sonada dimisi¨®n ¡°Esta es mi historia¡±, comenta, para precisar que su relato ¡°no es un ajuste de cuentas¡± con quien le hizo vicepresidente para luego colocarle contrapesos o no seguir sus consejos en momentos clave
Ha pasado 41 a?os en la Administraci¨®n ¨Cfuncionario ¡°por encima de todo¡±, diputado, ministro de Agricultura y Econom¨ªa, vicepresidente del Gobierno, comisario europeo¡¨C y, a punto de cumplir los 72, cuenta que por fin empieza a sentirse ¡°un ciudadano normal¡±. Pedro Solbes (Pinoso, Alicante, 1942) solo se arrepiente de una cosa: del ¡°grave error¡± de haber aceptado seguir como ministro de Econom¨ªa en la segunda legislatura de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Ha tardado cuatro a?os en romper su silencio desde que en mayo de 2009 protagoniz¨® una tormentosa salida del Gobierno por sus desavenencias con el presidente. Ahora cuenta su versi¨®n ¨C¡°es mi historia¡±¨C en un libro biogr¨¢fico, ¡®Recuerdos¡¯ (Deusto), en el que narra esos ¨²ltimos y ¡°duros¡± a?os en el poder. Se march¨®, dice, porque Zapatero no quer¨ªa recortar el gasto y equilibrar las cuentas p¨²blicas. ¡°Pedro, este documento (con tus propuestas) es inaceptable; lo que propones lleva impl¨ªcitas dos huelgas generales¡±. Fue este, en enero de 2009, el argumento ¨²ltimo del presidente que desencaden¨® la dimisi¨®n de Solbes. Desde entonces no tiene ninguna relaci¨®n con ¨¦l.
Ha estado estos cuatro a?os en un plano muy discreto, sin dar explicaciones p¨²blicas de su tormentosa etapa en los Gobiernos de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Ahora, en cambio, decide publicar un libro para contar su versi¨®n. ?Por qu¨¦ no he querido estar presente estos a?os? Porque, despu¨¦s de marcharte, es ¨²til dejar a tus sucesores amplio margen de maniobra, manos libres. Pens¨¦ que era oportuno estar callado un tiempo. Me sent¨ªa con cierta deuda con los ciudadanos a la hora de explicar por qu¨¦ me vine de Bruselas a Madrid, por qu¨¦ me qued¨¦ en la segunda legislatura de Zapatero y por qu¨¦ me fui del Gobierno. Esos son tres temas que quiero explicar bien en el libro.
Y su papel en la crisis, supongo. S¨ª. Intento contar c¨®mo vi aquellos momentos.
?Es un ajuste de cuentas con Zapatero? No. Es mi historia.
La percepci¨®n que yo ten¨ªa de la crisis no era la misma que ten¨ªa el presidente. Era imprescindible tener una posici¨®n ¨²nica"
Usted ha sido ministro de Agricultura, de Econom¨ªa, vicepresidente, comisario europeo. ?En qu¨¦ puesto se ha sentido con m¨¢s poder? Yo nunca he tenido esa sensaci¨®n de poder que la gente cree. Es verdad que pod¨ªas tomar decisiones, que pod¨ªas publicar decretos¡ Pero siempre he intentado negociar, pactar¡ Poder para poder tomar iniciativas o plantear cosas, s¨ª, pero poder para imponer, no. No ha sido mi estilo ni lo que m¨¢s me ha gustado. He sido un hombre de componendas, de llegar a acuerdos¡ Con l¨ªneas rojas, pero siempre negociando.
En Espa?a hay un ambiente de crispaci¨®n y confrontaci¨®n que impide el acuerdo o el consenso. ?Se sinti¨® inc¨®modo? Parad¨®jicamente, en la primera legislatura de Zapatero hubo muchos acuerdos con el PP en el terreno econ¨®mico. Luego s¨ª hubo mucha confrontaci¨®n, sobre todo en el terreno de la financiaci¨®n auton¨®mica, un tema muy cruzado entonces con la modificaci¨®n del Estatuto de Catalu?a, y ah¨ª s¨ª era todo m¨¢s complicado.
?Se ha creado enemigos en esas incursiones pol¨ªticas? ?Ha perdido amigos? Intent¨¦ no cre¨¢rmelos, pero seguro que los tengo. Cuando tomas decisiones, algunos creen que les favorecen, otros que les perjudican¡
A estas alturas, tras esos 41 a?os en la res p¨²blica, ?se arrepiente usted m¨¢s de cosas que hizo o de aquellas que no hizo? Yo estoy conforme con lo que he hecho. Mi error mayor fue quedarme en el Gobierno de Zapatero en la segunda legislatura. Creo que mi tiempo se hab¨ªa agotado. La percepci¨®n que yo ten¨ªa de la crisis no era la misma que ten¨ªa el presidente, cuando en aquel momento era imprescindible tener una posici¨®n ¨²nica para actuar. S¨ª, de eso me arrepiento.
¡°Yo estaba all¨ª¡±, comenta al hablar de la crisis. ?Se siente responsable o corresponsable de lo ocurrido? La crisis es muy compleja. Se va larvando desde la entrada en el euro, con medidas de Gobiernos anteriores al nuestro que llevan a la expansi¨®n del cr¨¦dito y la vivienda, a la expansi¨®n de la financiaci¨®n de las empresas en el ¨¢mbito internacional¡ y es verdad que todo eso lo heredamos y no fuimos capaces de corregir lo suficiente. Y la crisis global y del sistema financiero en Estados Unidos tambi¨¦n nos acab¨® afectando. Por tanto, tengo la responsabilidad que me corresponde. Sin duda alguna.
Y ?qu¨¦ grado de responsabilidad siente por los seis millones de parados? Bueno, esto es un proceso que viene de mucho antes. Ya hab¨ªa muchos problemas larvados cuando entramos en el Gobierno. Intentamos algo en la primera legislatura, pero no lo suficiente, para un nuevo modelo de crecimiento. No hicimos todo lo que podr¨ªamos haber hecho. No era f¨¢cil, ?eh?
?Qu¨¦ le dir¨ªa hoy a un parado? Le dir¨ªa que todas las crisis se superan y que de esta vamos a salir. Pero sobre todo le dir¨ªa a la Administraci¨®n que debe apoyar al m¨¢ximo para que esta situaci¨®n tan dif¨ªcil sea menos dura y ayudar al sistema para que los desempleados encuentren una salida alternativa.
De acuerdo con las encuestas, un elevado porcentaje de espa?oles siguen pensando que la mayor culpa de la negativa situaci¨®n actual es del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. El Gobierno de Zapatero fue el que tuvo que enfrentarse con el toro cuando se puso bravo, pero el problema ya ven¨ªa desde hac¨ªa mucho tiempo.
Lo cierto es que la crisis llega a Espa?a a finales de 2007. En diciembre, sin embargo, Zapatero celebra en voz alta que el PIB de Espa?a ha superado a Italia y que el pr¨®ximo objetivo es superar a Francia. Solo unos d¨ªas m¨¢s tarde se anuncia que el paro ha subido un 5%, el peor dato en cinco a?os. Qu¨¦ contradicciones¡ Creo que es injusto valorar la crisis por lo que ocurre en 2007. La crisis se inicia de verdad en 2008, se acent¨²a mucho en 2008 y se complica en 2009. Por eso, no se entienden las decisiones que se toman en 2008 y, vistas con la moviola actual, se puede criticar que se dijo A, B o C y luego fue mucho peor. En 2007 nadie previ¨® lo que luego ocurri¨® en la primavera de 2008 y sobre todo lo que vino m¨¢s tarde con la ca¨ªda de Lehman Brothers (septiembre de 2008). La gran complicaci¨®n es en 2010 por el contagio del problema de la econom¨ªa a la deuda soberana.
Pero en la primavera de 2008 ya hubo hechos como el rescate del banco Bear Stearns en Estados Unidos o la intervenci¨®n del Northern Rock en Reino Unido. Aqu¨ª, en cambio, se fraguaban entonces rebajas fiscales, m¨¢s gasto p¨²blico¡ En esos meses pes¨® el impacto de los compromisos del periodo electoral. En el primer trimestre de 2008 todav¨ªa ten¨ªamos un crecimiento relativamente alto, con super¨¢vit presupuestario¡ Yo no era partidario de esas medidas, pero se plantearon, y algunas acabaron poni¨¦ndose en marcha cuando ya todo se hab¨ªa complicado m¨¢s. Pero tampoco hay que olvidar que en ese periodo hab¨ªa un debate sobre c¨®mo actuar. La alternativa era tomar ya decisiones de recorte del gasto o dado que las previsiones en aquel momento eran de una recesi¨®n, con una ca¨ªda en V en 2009 para volver despu¨¦s a la normalidad, utilizar el margen de actuaci¨®n creado en a?os anteriores ¨Cteniendo como ten¨ªamos unos m¨¢rgenes en deuda (baja), seguridad social (super¨¢vit)¡¨C, y, por tanto, pod¨ªamos salir adelante sin problemas. Luego resulta que todo fue mucho peor en 2009, 2010¡
El tsunami lleg¨® de verdad con la ca¨ªda de Lehman Brothers (septiembre de 2008). Es el gran tema, el que cambia las cosas.
?C¨®mo se vivi¨® ese desastre en el Gobierno de Zapatero? Fue en ese momento cuando puse a trabajar a todo mi equipo para ver qu¨¦ se pod¨ªa hacer. El Presupuesto ya estaba en el Parlamento. Retirarlo hubiera generado m¨¢s problemas y, por tanto, era mejor aprobarlo y tomar medidas en enero siguiente, ya en 2009.
?Qu¨¦ medidas quiso usted poner en marcha? En primer lugar, definir una pol¨ªtica de fiscalidad con un objetivo de estabilidad a medio plazo, es decir, aceptar una desviaci¨®n del objetivo (el 3% del PIB), pero con un calendario para volver al 3% en los a?os siguientes. Empez¨¢bamos a tener un problema de competitividad importante y, por tanto, ten¨ªamos que frenar los salarios, ajustar pensiones¡ Hab¨ªa que hacer un esfuerzo contundente y, por tanto, se plante¨® una congelaci¨®n de salarios durante tres a?os. Era imprescindible seguir con las reformas. Y hab¨ªa que reestructurar el sistema financiero. A¨²n no hab¨ªa problemas de solvencia, pero el Banco de Espa?a ya se inclinaba por acuerdos y fusiones entre cajas, la parte m¨¢s d¨¦bil del sistema. Eso hab¨ªa sido imposible plantearlo en periodo electoral.
Zapatero le respondi¨® en enero de 2009 que ese plan le costar¨ªa dos huelgas generales y que no lo iba a poner en marcha. Es la valoraci¨®n pol¨ªtica que hacen muchos: es dif¨ªcil adoptar estas medidas, esperemos, no las adoptemos¡ Esperar no es mejor; empeora las cosas. Se acaban tomando m¨¢s tarde, de manera m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s traum¨¢tica.
?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si se hubieran adoptado en aquel enero de 2009? No quiero hacer ciencia ficci¨®n. Lo ¨²nico que digo es que al menos habr¨ªamos empezado a reaccionar un a?o antes, y a partir de ah¨ª, que cada uno saque conclusiones.
Supongo que no pudo evitar el ¡°yo ten¨ªa raz¨®n¡± cuando en mayo de 2010 Zapatero anuncia medidas y recortes de ese tipo. No opin¨¦ nunca de lo que ocurri¨® ese mes. Antes o despu¨¦s hab¨ªa que tomar medidas.
?Y le parecen adecuadas o no las medidas que ha tomado el PP? He mantenido hasta ahora la posici¨®n de no opinar sobre lo que ha ocurrido despu¨¦s de haber dejado el Gobierno. Pero creo que el PP ha continuado, ampliado y profundizado en una necesaria pol¨ªtica de ajuste, que ya inici¨® el Gobierno de Zapatero a partir de mayo de 2010, y que tiene a su favor contar con una oposici¨®n mucho m¨¢s leal que la que el PSOE tuvo en los momentos m¨¢s duros de la crisis.
?Fue Zapatero quien le invit¨® a marcharse o fue usted quien tom¨® la iniciativa? Le plante¨¦ la opci¨®n de marcharme antes de vacaciones de Navidad de 2008 y le dije que le llevar¨ªa un papel con las cosas que yo cre¨ªa que ten¨ªa que hacer. Su respuesta fue que ese papel llevaba impl¨ªcitas dos huelgas generales, y entonces di por supuesto que yo all¨ª no pintaba ning¨²n papel. Por tanto, a partir de ese momento mi sensaci¨®n fue que los problemas ya no eran m¨ªos, sino que solo me quedaba esperar a ver cu¨¢ndo me cambiaba. Mi impresi¨®n fue que, de no haberse producido antes, como fue, mi salida se hubiera producido con motivo del debate del techo de gasto, que hubiera evidenciado los excesos de gasto y la necesidad de recortarlo.
?Ha seguido hablando con ¨¦l a veces? Yo viv¨ªa en Bruselas durante la Transici¨®n, justo despu¨¦s de la muerte de Franco. Ya en meses anteriores, con Franco moribundo, difund¨ªan por la televisi¨®n belga y francesa muchas pel¨ªculas y programas sobre la dictadura. En un programa entrevistaron a Santiago Carrillo sobre su vida en Francia, sus experiencias¡ En un momento, le preguntan por sus relaciones con Georges Marchais. Carrillo, con un acento espa?ol muy fuerte y con una colilla colg¨¢ndole en el labio, respondi¨®: ¡°Mire usted, el se?or Marchais es secretario de un gran partido comunista, [el franc¨¦s], y yo, tambi¨¦n. ?l es favorable a una modernizaci¨®n, como lo soy yo¡¡±. Continu¨® Carrillo describiendo elementos en com¨²n y termin¨® diciendo: ¡°En definitiva, no nos vemos¡±. Ja, ja, ja.
Me hab¨ªa creado usted mucha expectaci¨®n con el relato¡ Pues eso.
Tensiones hubo y tuve tentaciones de marcharme, pero, sopesando pros y contras, llegas a la conclusi¨®n de que te puedes ir solo una vez y que adem¨¢s el efecto que produces no es lo mejor para el pa¨ªs¡ y te acabas quedando"
Vamos, que sinti¨® un gran alivio al dejar el Gobierno. S¨ª, pero no por el hecho de marcharme, sino por resolver la contradicci¨®n vigente desde las elecciones: yo hab¨ªa ido a las elecciones, aunque con grandes dudas, con la intenci¨®n de poner en marcha ciertas medidas y correcciones, y vi meses despu¨¦s que mis posiciones no coincid¨ªan con las de Zapatero, y como ¨¦l era el presidente, el marcharme facilit¨® las cosas y todo fue m¨¢s coherente.
Pero ya entr¨® con mal pie en la primera legislatura. De entrada, porque no quer¨ªa dejar Bruselas y su puesto de comisario. Me cost¨® mucho volver. Vine porque me sent¨ªa en deuda incluso con el PSOE, que era el que me hab¨ªa propuesto para ir de comisario.
Y porque Zapatero acept¨® las condiciones que usted le puso. S¨ª, el tema fundamental que le plante¨¦ fue poner en marcha una disciplina presupuestaria. Ya en los primeros meses tuve tensiones con los otros ministros, que pretend¨ªan m¨¢s gasto, bien es cierto que en un contexto econ¨®mico favorable. Y quer¨ªa reducir la deuda lo m¨¢ximo posible para hacer frente a un potencial periodo de dificultad. Tensiones hubo y tuve tentaciones de marcharme, pero, sopesando pros y contras, llegas a la conclusi¨®n de que te puedes ir solo una vez y que adem¨¢s el efecto que produces no es lo mejor para el pa¨ªs¡ y te acabas quedando.
Olof Palme, como recuerda en el libro, dec¨ªa que el primer ministro debe apoyar casi siempre a su ministro de Econom¨ªa. No fue su caso¡ desde el comienzo de su mandato como vicepresidente. Ese modelo se respet¨® cuando fui ministro de Econom¨ªa con Felipe Gonz¨¢lez. En el modelo de Zapatero, ¨¦l se advoca la capacidad de tomar las decisiones en los temas importantes de econom¨ªa. Eso hace que la opini¨®n del ministro de Econom¨ªa sea una m¨¢s. Con una voz m¨¢s fuerte que otras¡ pero hay otras. Se pone en marcha la Oficina Econ¨®mica del Presidente, y no siempre sus visiones coinciden con las del ministro de Econom¨ªa. Eso nos lleva a tensiones en algunos casos, a pesar de que mis relaciones con esa oficina no fueron tan malas como algunos creyeron ni tan buenas como a m¨ª me hubieran gustado.
La imagen que se trasladaba era que en el Gobierno y en el entorno del presidente hab¨ªa permanentes contrapoderes al ministro de Econom¨ªa. Esa fue una de las razones por las que en alg¨²n momento me plante¨¦ irme. Y tambi¨¦n el motivo por el que decid¨ª no seguir en la segunda legislatura. No quer¨ªa una segunda legislatura.
?Cu¨¢l fue la primera tentaci¨®n de irse? Las decisiones de Zapatero sobre el salario m¨ªnimo interprofesional. En diciembre de 2004.
Pero si solo llevaba medio a?o como vicepresidente¡ S¨ª.
Los problemas empezaron muy pronto, pero usted estuvo cinco a?os en el Gobierno¡ Debieron de ser muy duros. En t¨¦rminos personales¡ s¨ª, fue duro.
Pero si todo fue mal desde el comienzo, ?c¨®mo es posible que decidiera seguir en la segunda legislatura de Zapatero? Todo estaba previsto para marcharme. Hasta el verano de 2007, yo ten¨ªa claro que de ninguna manera me quedaba. Pero en la reuni¨®n del FMI de octubre vi un ambiente preocupante. Y en ese momento me sali¨® la vena de funcionario y me dije: ¡°Marcharte en este momento se va a malinterpretar¡ cuando las cosas se complican¡±. Y esa fue la raz¨®n por la que acept¨¦ seguir durante un tiempo, durante un a?o o dos. Y luego acab¨¦ yendo en las listas por la insistencia de Zapatero.
Le toc¨® adem¨¢s vivir¡ o sufrir en primera l¨ªnea dos cap¨ªtulos rocambolescos: el asalto al BBVA por parte de la constructora Sacyr y la OPA sobre Endesa, tambi¨¦n con constructores de por medio. ?Cu¨¢l le dio m¨¢s dolores de cabeza? Sin duda, la OPA sobre Endesa. Lo del BBVA fue un tema de estar a favor o en contra, y yo ten¨ªa muy claro que pod¨ªa ser razonable la presencia del sector de la construcci¨®n en el capital, pero no en la toma de decisiones de una entidad financiera, y, por tanto, la idea estaba clara desde el comienzo. Por parte del Banco de Espa?a, tambi¨¦n.
El sector de la construcci¨®n iba a por todas¡ Es l¨®gico. La acumulaci¨®n de capital se hab¨ªa producido en ese sector.
Mantiene que en el caso de Endesa confluyeron todos los elementos negativos de la pol¨ªtica. S¨ª. Excesiva politizaci¨®n, intervencionismo, da?o a las instituciones, como la CNMV¡
Usted ve¨ªa con buenos ojos que Endesa acabara en manos de la alemana E.on, pero acab¨® en manos de la italiana Enel. Y usted es ahora consejero de Endesa-Enel. ?Qu¨¦ responde a quienes le critican por eso? Me lo plante¨¦ cuando me lo propuso la asociaci¨®n de accionistas independientes. Se produjo despu¨¦s de dos a?os de incompatibilidades que ten¨ªa como exministro. Y me pregunt¨¦: ?intervine en la OPA de una forma que pudiera interpretarse como a favor o en contra de uno u otro? Honestamente creo que no. Por tanto, no vi dificultades.
Volviendo al periodo en el Gobierno de Zapatero, el presidente lleg¨® a anunciar medidas importantes (financiaci¨®n sanitaria para las autonom¨ªas, rebaja de 400 euros en el IRPF, chequ¨¦-beb¨¦, Plan E¡) que o bien no conoc¨ªa el ministro y vicepresidente de Econom¨ªa, o se le presentaban pr¨¢cticamente cocinadas justo antes de anunciarlas. En su origen particip¨¦ o estuve informado. Lo que s¨ª se produjo de forma distinta a lo que yo opinaba fue la f¨®rmula final.
?C¨®mo definir¨ªa los efectos de la crisis? Las consecuencias han sido devastadoras para un pa¨ªs como el nuestro, con un crecimiento muy basado en buena parte en la construcci¨®n. El impacto no es equilibrado en toda la sociedad. Ha habido una parte de esta a la que no le ha afectado. Y a otra le ha afectado gravemente. Sobre todo en desempleo.
?Y no se est¨¢ incubando otra burbuja inmobiliaria? Prefiero no hablar de lo que ocurre despu¨¦s de que me march¨¦ del Gobierno.
?Y qu¨¦ hicieron ustedes para frenar la suya? Primero: dado que hab¨ªa mucha vivienda vac¨ªa, y muy cara, impulsamos el alquiler. Los resultados fueron limitados. La otra alternativa fue aumentar las viviendas de protecci¨®n oficial. Esto no par¨® la demanda de vivienda libre. Y hab¨ªa otra medida a debate: suprimamos las ventajas fiscales a la compra de vivienda, que era lo que nos ped¨ªan los organismos internacionales. Lo intentamos, lanzamos la idea y nos encontramos con una resoluci¨®n del Senado en la que todos los grupos votaron contra esa posibilidad. Todos. Los socialistas tambi¨¦n.
Y nada paraba el fen¨®meno. No. La gente segu¨ªa comprando para revender y la burbuja era cada vez mayor.
Algunos acaban pregunt¨¢ndose si es posible otro modelo para Espa?a. No lo s¨¦. S¨ª s¨¦ que el anterior ya no sirve, luego tendr¨¢ que haber otro modelo. Y esa fue la batalla que iniciamos: m¨¢s educaci¨®n, m¨¢s tecnolog¨ªa¡ Viviendas e infraestructuras llegaron a suponer casi el 20% del PIB del a?o. En Europa era del 6%. Hemos convertido un medio en un fin: la construcci¨®n es un medio para conseguir unos bienes y, en cambio, nosotros la convertimos en un medio de crecimiento.
Y las cajas quebraron por ello. ?Tampoco hubo manera de parar ese desastre? Las cajas respetaban las normas, con mayor o menor diligencia, y eran seguidas con cuidado por el Banco de Espa?a¡ S¨ª ¨¦ramos conscientes de que en una econom¨ªa que se hab¨ªa expandido, lo hab¨ªa hecho tambi¨¦n su sistema financiero. La vuelta a la normalidad significar¨ªa necesariamente un sector financiero m¨¢s peque?o. Y en ese sector m¨¢s peque?o, las cajas estar¨ªan m¨¢s afectadas que los bancos. Pero hab¨ªa una ley aprobada unos a?os antes por la que se daban una serie de competencias a las comunidades aut¨®nomas sobre las cajas. Modificar la ley antes de las elecciones generales parec¨ªa dif¨ªcil. Hacerlo despu¨¦s tambi¨¦n era complicado si no surg¨ªan problemas de solvencia. En todo caso, entre las cajas ha habido de todo, quebraron las cajas mal gestionadas con inversiones de mayor riesgo, pero hay muchas entidades que son completamente s¨®lidas.
Como consecuencia, las cajas desaparecen. Unas s¨ª y otras no, pero no olvidemos qui¨¦nes son los gestores y los responsables pol¨ªticos en cada comunidad de cada caja. Hay implicaciones de todos los partidos pol¨ªticos.
Una incongruencia total: que los pol¨ªticos gestionaran las cajas. Claro, claro. La incongruencia fue haber aceptado un modelo de cajas en el que los elementos no profesionales dominaran. Un tema delicado. En todo caso, el problema de las cajas no se resolvi¨® bien.
?C¨®mo calificar¨ªa la actuaci¨®n de los l¨ªderes europeos en esta crisis? ?O la de Merkel en concreto? Yo defiendo el principio de la austeridad, pero en equilibrio con el gasto. Claro que el gasto exige financiaci¨®n, y si no la tienes¡ A Alemania, por otra parte, le est¨¢ costando mucho asumir el papel que le corresponde: ser el l¨ªder de Europa.
Se resiste a serlo. Enormemente. Por su historia, sus compromisos, pero la realidad es como es, y yo estoy esperanzado en el nuevo Gobierno de coalici¨®n con el SPD, que deber¨ªa compensar algunos excesos y derivar en una mayor implicaci¨®n alemana en Europa.
Por una y otras razones, la desafecci¨®n ante la UE crece enormemente en muchos pa¨ªses, y especialmente en Espa?a. Ya, pero el europe¨ªsmo no se puede basar en que nos dan dinero y nos lo gastamos no siempre bien.
Nunca entra en temas personales. Cuando le preguntaba antes si se arrepent¨ªa de algo en la vida, ?no lo hace de no haber tenido m¨¢s contacto con los suyos, con su familia? Eso es cierto. Quien acaba pagando un precio alto en estos casos es la familia.
?Tiene mala conciencia? Tengo una cierta mala conciencia, s¨ª. La tengo. Ahora s¨ª tengo una vida m¨¢s equilibrada
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