Crece la Europa airada y nacionalista
Un endeble y confuso liderazgo condujo al continente a la Primera Guerra Mundial. A punto de celebrar su centenario, Alemania tarda en formar Gobierno, Francia est¨¢ d¨¦bil y florecen partidos contrarios a la Uni¨®n
Ahora que las elecciones alemanas ya han quedado atr¨¢s, Alemania y Francia van a poner en marcha una gran iniciativa para salvar el proyecto europeo. Coincidiendo con el centenario de 1914, ser¨¢ de agradecer esa diferencia con el d¨¦bil y confuso liderazgo que condujo al continente a la I Guerra Mundial. Antes de las elecciones del pr¨®ximo mes de mayo al Parlamento Europeo, la decidida actuaci¨®n y la inspirada oratoria del d¨²o francoalem¨¢n har¨¢n retroceder a los partidos contrarios a la UE que hoy est¨¢n ganando terreno en tantos pa¨ªses europeos.
Esto que acabo de decir no se lo cree ni el m¨¢s optimista de los proeuropeos. Seamos realistas. Ni siquiera vamos a tener un nuevo Gobierno alem¨¢n hasta justo antes de Navidades. En las negociaciones para formar la coalici¨®n, que deber¨ªan culminar la semana que viene, los asuntos europeos se est¨¢n discutiendo en un subgrupo del grupo de trabajo de econom¨ªa. Un subgrupo llamado Regulaci¨®n bancaria, Europa, euro. Lo que de verdad preocupa a los tres partidos implicados, la Uni¨®n Democristiana de Angela Merkel, la Uni¨®n Socialcristiana de Baviera y el Partido Socialdem¨®crata, en la oposici¨®n, son las cuestiones nacionales. La implantaci¨®n de un salario m¨ªnimo, la pol¨ªtica energ¨¦tica, la doble nacionalidad, la propuesta de peaje en las autopistas, son aspectos que les importan mucho m¨¢s que el futuro del continente.
En Alemania, los pol¨ªticos saben lo que cuenta a la hora de convencer a los votantes en las pr¨®ximas elecciones. Los alemanes de a pie est¨¢n ya inmersos en las compras de Navidad y, en su mayor¨ªa, no est¨¢n notando los aprietos de la crisis del euro. El desempleo juvenil est¨¢ alrededor del 8%, frente al 56% en Espa?a. No es f¨¢cil expresar hasta qu¨¦ punto la crisis europea le resulta remota y poco urgente al viajero del metro berlin¨¦s. A diferencia de su hom¨®logo en Madrid, ¨¦l no sale a la calle para encontrarse con una monta?a de basura apestosa, como ha sucedido en la capital espa?ola durante casi dos semanas.
Cuando se haya formado el Gobierno en Alemania, su pol¨ªtica europea ser¨¢ resultado de los compromisos a los que lleguen tres departamentos ¡ªla Canciller¨ªa Federal, el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Exteriores¡ª, a su vez repartidos pol¨ªticamente entre democristianos y socialdem¨®cratas. Despu¨¦s, la primera potencia ¡ªa rega?adientes¡ª de Europa necesitar¨¢ llegar a otros acuerdos con Francia, que mantiene opiniones distintas sobre varios asuntos fundamentales. Adem¨¢s, Francia tiene un presidente d¨¦bil, Fran?ois Hollande, que no est¨¢ consiguiendo reformar su propio pa¨ªs, as¨ª que mucho menos puede ayudar a otros. Y para colmo, la anciana pareja francoalemana, cada vez m¨¢s desigual, que en enero celebr¨® con escaso boato sus bodas de oro, y en la que hoy es la esposa alemana la que sin duda lleva los pantalones, deber¨¢ tener en cuenta las preocupaciones de valiosos socios como Polonia, adem¨¢s de las propuestas procedentes de las instituciones europeas.
Llamar a estas fuerzas ¡®populistas¡¯ es poco imaginativo porque no capta su diversidad
?Y de esta orquesta tan desafinada tiene que salir el toque a rebato que meta en cintura a los esc¨¦pticos de todos los pa¨ªses y anime a los europeos a votar por Europa? No me hagan re¨ªr.
Precisamente por eso, en parte, esta va a ser la campa?a electoral europea m¨¢s interesante desde que comenzaron las elecciones directas al Parlamento Europeo en 1979, con la asombrosa variedad de partidos de protesta surgidos en toda Europa. Llamarlos a todos populistas es poco imaginativo, porque no capta su diversidad. Con todo el escaso respeto que siento por el Partido de la Independencia de Reino Unido y la Allianz f¨¹r Deutschland alemana, no es justo aplicarles la misma etiqueta que al neofascista Amanecer Dorado en Grecia, Jobbik en Hungr¨ªa ni el Frente Nacional en Francia. Menos a¨²n en el caso de, por ejemplo, los nacionalistas catalanes y el Movimiento de las Cinco Estrellas de Beppe Grillo en Italia, que no tienen nada que ver con la extrema derecha. M¨¢s cercanos a la pol¨ªtica xen¨®foba del Frente Nacional franc¨¦s, pero con m¨²ltiples variantes nacionales y subnacionales, est¨¢n grupos como Vlaams Belang en B¨¦lgica, Los Finlandeses en Finlandia (que hasta hace poco se llamaban Los Verdaderos Finlandeses), el Partido Popular dan¨¦s y los llamados Partidos de la Libertad de Austria y Holanda.
La semana pasada, dos de sus l¨ªderes m¨¢s h¨¢biles, Marine Le Pen, del Frente Nacional, y Geert Wilders, del Partido de la Libertad holand¨¦s, trataron de agruparlos a todos. Despu¨¦s de haber coqueteado en primavera, durante un almuerzo en el elegante restaurante La Grande Cascadedel Bois de Boulogne, la extra?a pareja acaba de ejecutar ahora el equivalente pol¨ªtico a un vals nupcial en La Haya. ¡°El d¨ªa de hoy significa el comienzo de nuestra liberaci¨®n de la clase dirigente europea, los monstruos de Bruselas¡±, exclam¨® Wilders. ¡°Los partidos patri¨®ticos¡±, a?adi¨® Le Pen, quieren ¡°devolver la libertad a nuestro pueblo¡±, dejar de estar ¡°obligados a presentar su presupuesto a la superioridad¡±. El viernes de la semana pasada, en Viena, se unieron al vals de Marine otras cuatro formaciones: el Partido de la Libertad austriaco, los Dem¨®cratas suecos, la Liga del Norte de Italia y Vlaams Belang.
Reflejan el descontento popular por el paro, la austeridad y la burocracia de Bruselas
Me sorprender¨ªa que estos partidos no obtengan buenos resultados en las elecciones europeas. No veo que los dirigentes actuales de Berl¨ªn, Par¨ªs y Bruselas (olvid¨¦monos de Londres) est¨¦n haciendo nada capaz de detener una grande cascade electoral. Las cifras que suelen obtener estos partidos en las encuestas, entre el 10% y el 25%, reflejan un descontento popular general, por el paro, la austeridad y una burocracia que dicta sin cesar desde Bruselas normas sobre aspiradoras o sobre los litros de agua que puede contener nuestra cisterna. Un candidato democristiano alem¨¢n a las elecciones europeas me dice que los argumentos de la Allianz f¨¹r Deutschland contra el euro y contra Bruselas tienen buena acogida entre bastantes de sus activistas locales.
Voy a abandonar mi columna durante un par de meses para terminar el libro que estoy escribiendo sobre la libertad de expresi¨®n (un derecho fundamental, establecido en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que estos partidos utilizan y aprovechan hasta el l¨ªmite). Cuando vuelva, lo har¨¦ dispuesto a luchar contra Le Pen, Wilders, Jobbik y todos los dem¨¢s. Pero con los l¨ªderes europeos que tenemos hoy, divididos, lentos y nada estimulantes, no me hago ninguna ilusi¨®n de que vayamos a poder detener la cascada. ?Y qu¨¦ ocurrir¨¢ en ese caso?
Dado que lo ¨²nico que tienen el com¨²n casi todos estos partidos es que son nacionalistas, es posible que les resulte muy dif¨ªcil ponerse de acuerdo en nada que no sea su antipat¨ªa hacia la UE. Si tienen una fuerte representaci¨®n en el PE, la consecuencia inmediata ser¨¢ un acercamiento entre los grupos tradicionales, socialistas, conservadores y liberales. Habr¨ªa, pues, una ¡°gran coalici¨®n¡± expl¨ªcita en Berl¨ªn y una gran coalici¨®n impl¨ªcita en Bruselas. Lo malo de las grandes coaliciones es que, cuando los partidos centristas tienen la responsabilidad de gobernar, los partidos alternativos se encuentran con un enorme campo de oposici¨®n. Por otra parte, quiz¨¢ el ¨¦xito de esos partidos movilice por fin a una generaci¨®n de europeos m¨¢s j¨®venes y les anime a defender unos logros que ahora dan por descontados. No estamos en 1914, pero, cien a?os despu¨¦s, Europa volver¨¢ a vivir un periodo interesante.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige www.freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution, Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: ideas y personajes para una d¨¦cada sin nombre.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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