Menos lobos para Francisco
El Papa pide una auditor¨ªa externa del gobierno vaticano siguiendo su dr¨¢stico programa de reformas
De Benedicto XVI dijo L'Osservatore Romano que era ¡°un pastor rodeado por lobos¡±. Casi nueve meses despu¨¦s del relevo, parece evidente que el papa Francisco va entrando en las cuevas con la determinaci¨®n de domar a las fieras. No hay que olvidar que el Papa tiene en sus manos desde el primer d¨ªa los informes sobre la corrupci¨®n que sacudi¨® las finanzas del Vaticano. Quienes dudaron de que el af¨¢n reformador del primer pont¨ªfice argentino de la historia perder¨ªa impulso cuando viera los dientes amenazantes de algunas fieras romanas tienen desde el lunes otra raz¨®n para considerar que se equivocaron. Francisco ha encargado a la auditora Ernst & Young un an¨¢lisis de las cuentas del Gobierno vaticano, esas contra las que tanto clam¨® monse?or Carlo Maria Vigan¨®, lo que le cost¨® el exilio inmediato decretado por el entonces poderoso secretario de Estado Tarcisio Bertone.
Francisco, por tanto, adem¨¢s de lanzar mensajes renovadores refrescantes, mantiene intacto el af¨¢n de dar transparencia a la gesti¨®n econ¨®mica para tratar de evitar, en consecuencia, la mala gesti¨®n y la corrupci¨®n.
Tras destituir a Bertone y otros importantes miembros de la curia, el Papa orden¨® una auditor¨ªa de la Administraci¨®n del Patrimonio de la Sede Apost¨®lica (APSA), que controla las 19.000 cuentas del Instituto para las Obras de Religi¨®n (IOR, m¨¢s conocido por Banco del Vaticano) y ahora encarga este an¨¢lisis externo. Con tales medidas, el oscurantismo y las intrigas palaciegas van a tener muy poco espacio, para desesperaci¨®n de novelistas en busca de tramas conspiratorias y para regocijo de los que sufr¨ªan con tal deriva de una de las instituciones globales m¨¢s carism¨¢ticas del mundo.
La que se preve¨ªa como herc¨²lea tarea del sucesor de Benedicto XVI se ha convertido en manos de Francisco en una labor en la que ideas y maneras que parec¨ªan eternas se deshacen, y relevos imposibles se afrontan con naturalidad. Auditar las cuentas vaticanas no es, al fin y al cabo, m¨¢s que una manera de adaptarse a las normas internacionales de transparencia.
Y parec¨ªa tan dif¨ªcil...
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