Ayudando a las familias a ayudar
"?A echar una mano!"
A medida que los efectos de la crisis se van enquistando en nuestra sociedad, muchas familias e individuos se enfrentan al mismo dilema:?c¨®mo podemos ayudar a otros si no sabemos qu¨¦ va a ocurrir ma?ana con nosotros?Aunque losdatos m¨¢s recientesde la Fundaci¨®n Lealtad sugieren que los ciudadanos se han mantenido sorprendentemente fieles a sus compromisos contra la pobreza (mucho m¨¢s que el gobierno, en todo caso), es inevitable que el desempleo y la incertidumbre acaben traduci¨¦ndose en una ca¨ªda de las donaciones a las ONG.
Sortear este problema es precisamente el objetivo deFamilyApp, una iniciativa puesta en marcha por un grupo de emprendedores andaluces que estimula la vinculaci¨®n de los ciudadanos con las organizaciones sociales amortiguando el coste de su vida diaria. El sistema es simple: cuando un individuo realiza una donaci¨®n a una ONG a trav¨¦s de FamilyApp, puede beneficiarse de descuentos en una serie de empresas, relacionadas en su mayor¨ªa con los gastos diarios de una familia (electricidad, combustible, seguros o alimentaci¨®n, por ejemplo). El proyecto acaba de ser presentado y la lista de organizaciones y empresas participantes todav¨ªa es reducida, pero no me cabe duda de que el asunto ir¨¢ cogiendo vuelo en poco tiempo.
No faltar¨¢ quien piense que esta iniciativa es una mercantilizaci¨®n peligrosa de la ayuda: promover donaciones fomentando el consumo y lavando la cara a empresas de reputaci¨®n cuestionable. Yo no comparto este punto de vista. Los promotores de FamilyApp (que, por cierto, no se llevan un duro de estas transacciones, lo cual no s¨¦ si es muy sensato para garantizar la sostenibilidad del proyecto) se centraron desde el principio en eliminar los obst¨¢culos que se interponen entre los donantes y las organizaciones, y la incertidumbre del coste de la vida diaria es uno de los principales. Involucrar precisamente a las compa?¨ªas de las que depende ese coste me parece una buena idea, porque les incentiva a participar con la esperanza de ganar clientes y reputaci¨®n (que es la raz¨®n por la que hacen cualquier acci¨®n social). Por otro lado, ?no es eso exactamente lo que le estamos pidiendo al Estado cuando exigimos mayores est¨ªmulos fiscales al mecenazgo de individuos y empresas?
Algo m¨¢s delicado es el argumento de las empresas con las que se trabaja. Es evidente que no tiene mucho sentido fomentar las donaciones a cambio de recibir descuentos en compa?¨ªas de bucaneros. Dejando a un lado las m¨¢s evidentes -como una empresa de armamento o un fondo t¨®xico de capital-riesgo-, me temo que esta cuesti¨®n queda sujeta a la conciencia y la informaci¨®n de los ciudadanos. Usted y yo podemos tener opiniones diferentes sobre la catadura moral de un banco determinado, por ejemplo, y lo ¨²nico que se puede esperar es que actuemos en consecuencia. FamilyApp, por su parte, debe dejar muy claros los criterios por los que las compa?¨ªas son aceptadas en su sistema.
Es una buena idea. M¨¢s a¨²n, es una idea innovadora en un momento en el que necesitamos toda la creatividad de la que seamos capaces. Ojal¨¢ FamilyApp prospere e inspire otras muchas iniciativas que ayuden a las familias a ayudar.
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