Mariano ni pincha ni corta
Bastante l¨ªo tiene ya el presidente cercenando derechos sociales como para meterse con las concertinas de la valla de Melilla
Hoy paso de negritas. Para negra, ya estoy yo bastante. Me vigilan los hackers esos, ?c¨®mo se te queda el cuerpo? A m¨ª, que cre¨ªa hasta ayer que un follower era uno que se lo montaba solo en la ducha. Lo que te cuento: hasta el PC del curro me tiene calada hasta los huesos. Y eso es conocerme a fondo, dado que hasta llegar a mi esqueleto hay que atravesar un n¨²mero ene de capas de adipocitos acumulados desde la primera papilla de hidratos. Abreviando, que la otra noche me calent¨¦ en Twitter, puse un privado mandando a tomar por donde est¨¢s pensando a uno que pregunt¨® qu¨¦ llevaba puesto ¡ª@meponenlasmaduras, se llama, el groserazo¡ª y, ahora, cada vez que abro el ordenata, me saltan en pantalla todo tipo de ofertas de instrumentos sodomitas, pr¨®tesis f¨¢licas y lubricantes del conducto.
No es que me escandalice, estrecha, una est¨¢ liberada hace lustros. Pero ayer estaba yo tan eficiente ense?¨¢ndole a la jefa un Excel con la evoluci¨®n del gasto en consumibles, cuando de repente casi se nos mete por los ojos un aparato XXL con bater¨ªa de litio, una hora de autonom¨ªa y mi nombre y apellidos grabados en el per¨ªmetro. ¡°Mira la mosquita muerta¡±, o¨ª que rezaba la jerarca antes de retirarse a sus dominios. Desde entonces, nos hemos cruzado cien veces por el pasillo y las dos muy finas, si te he visto, no me acuerdo. Pero, conoci¨¦ndola, ya tarda en meterme un parte por uso indebido del material inform¨¢tico.
Y yo me pregunto, ?c¨®mo sabe el ordenador de empresa lo que suelta una por el m¨®vil personal o la tableta de casa? Tanto wifi, tanto wireless y tanto grafeno para nada. En unas cosas avanzamos mucho, y en otras cero. Resulta que ahora un pervertido de Vic¨¢lvaro, por poner un sitio ex¨®tico, puede saber tus orificios preferidos de entrada y salida, pero luego no puedes poner ni una l¨¢mpara de techo donde te d¨¦ la gana sin tener que picar una roza de seis metros y montar un obr¨®n de la hostia. Perd¨®n por la blasfemia, pero es que se me calienta la boca con tanto intrusismo.
Va a ser por eso por lo que ni han considerado mi candidatura a portavoz de los obispos. Por blasfema, por intrusa, pero, sobre todo, por t¨ªa. Tanto aperturismo y tanto globo sonda con que iban a poner a una f¨¦mina de vocera, para nombrar luego a un cura del Opus de toda la vida. Por cierto, que el nuevo, un tal Gil Tamayo, as¨ª como jaquet¨®n y echado para adelante, se ha mojado en dos d¨ªas m¨¢s que su antecesor, Mart¨ªnez Camino El Melifluo, en sus diez a?os como rostro de la Curia. Mira, ya se me han escapado un par de negritas, pero es que voy a hablar de subsaharianos. Que las cuchillas no son manera de regular la inmigraci¨®n, dijo ayer el secretario episcopal mandando impl¨ªcitamente al confesionario al piadoso Fern¨¢ndez D¨ªaz, ministro del ramo.
Te dir¨¦, no obstante, que da lo mismo. Ya ha dicho Rajoy en su segunda entrevista en dos a?os, eso es mantener el misterio y no lo de Cuarto Milenio, que ha encargado un informe para saber cu¨¢nto rajan las dichosas concertinas, y que lo que ellos digan. Que ¨¦l, en esas brechas menores, ni pincha ni corta, con el l¨ªo que tiene cercenando derechos sociales.
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