Federico X de Dinamarca convence a los daneses en su primer a?o como rey
Tras suceder a la reina Margarita, el soberano afronta el reto de imprimir su propio sello a una monarqu¨ªa apoyada por el 80% de la poblaci¨®n. En los ¨²ltimos meses, ha puesto el foco en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la igualdad de g¨¦nero y ha cambiado el escudo de armas para dar m¨¢s peso a Groenlandia y las Feroe
El a?o 2024 ha sido propicio para Federico X de Dinamarca, de 56 a?os. Muy bueno, incluso. El 14 de enero sucedi¨® a su madre, la reina Margarita, quien hab¨ªa anunciado su abdicaci¨®n por sorpresa apenas dos semanas antes durante su discurso de A?o Nuevo y tras cinco d¨¦cadas en el trono. Ella mantuvo de forma constante cotas de popularidad cercanas al 80% en los sondeos, y su hijo ha conseguido estar a su altura al cierre de su primer a?o como rey. Junto a su consorte, la reina Mary, afronta ahora el reto de imprimir su propio sello a una monarqu¨ªa milenaria y apoyada en las encuestas por una proporci¨®n similar de daneses como forma de Estado.
Para el historiador y experto en la monarqu¨ªa del pa¨ªs Lars Hovbakke S?rensen, si bien Margarita de Dinamarca y su hijo Federico ¡°son igualmente populares¡±, la diferencia entre ambos es se?alada. ¡°La madre, con su faceta art¨ªstica e intelectual, era una figura m¨¢s formal. El hijo es m¨¢s informal y eso atrae a grupos m¨¢s j¨®venes de poblaci¨®n¡±. En conversaci¨®n telef¨®nica, asegura que el apoyo a la realeza ha sido siempre amplio, ¡°alrededor del 80%, con un 15% de republicanos¡±, y ello se debe hoy en gran parte ¡°a la labor de la reina Margarita, sin esc¨¢ndalos o exageraciones¡±. Con todo, el reto de un soberano m¨¢s distendido, ¡°es saber mantener la distancia adecuada con la ciudadan¨ªa; lograr un equilibrio, porque tiene que haber una diferencia para que la instituci¨®n tenga sentido¡±, indica.
En 2024, junto a una gran actividad institucional, Federico y Mary de Dinamarca han introducido cambios en la casa real. Hay una mayor transparencia a la hora de explicar el tipo de regalos recibidos por la familia real y se ha reducido el n¨²mero de patrocinios que representan los monarcas. La corona, por otro lado, ha incluido entre los asuntos a tener en cuenta la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la sostenibilidad, los derechos humanos y la igualdad de g¨¦nero. Han viajado y hablado con muchos daneses y han visitado Groenlandia, lo que demuestra el valor del territorio aut¨®nomo para Dinamarca y la nueva pareja real. Seg¨²n el mismo historiador, la isla ha sido siempre muy importante para el rey dan¨¦s: ¡°Ha pasado mucho tiempo all¨ª cuando era pr¨ªncipe, en la naturaleza salvaje. Y sus hijos tienen nombres daneses y tambi¨¦n t¨ªpicos de los groenlandeses¡±.
En su discurso de A?o Nuevo, pronunciado el pasado 31 de diciembre, Federico X nombr¨® a Groenlandia ¡ªterritorio aut¨®nomo dan¨¦s situada entre el Atl¨¢ntico y el ?rtico¡ª y a las islas Feroe ¡ªarchipi¨¦lago en el Atl¨¢ntico tambi¨¦n aut¨®nomo¡ª. Hizo otro tanto con la minor¨ªa danesa de Schleswig del Sur (Alemania), como muestra ¡°de que todos estamos unidos y comprometidos con el reino de Dinamarca¡±. Tambi¨¦n en diciembre, el soberano modific¨® su escudo de armas para dar m¨¢s peso a las dos primeras: el oso polar groenland¨¦s y el carnero de las Feroe son ahora mucho m¨¢s grandes en el estandarte. Ambos territorios comparten v¨ªnculos hist¨®ricos y culturales, y su econom¨ªa depende de los subsidios de Copenhague. ¡°Groenlandia le interesa hoy a China y a Estados Unidos¡±, recuerda Hovbakke S?rensen sobre este territorio de gran importancia estrat¨¦gica porque se encuentra en la ruta m¨¢s corta entre Am¨¦rica del Norte y Europa. Aunque el escudo de la casa real danesa ya hab¨ªa cambiado tres veces desde 1903, en esta cuarta cabr¨ªa una interpretaci¨®n en clave pol¨ªtica por la insistencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en comprar la isla. De todos modos, ¡°el rey no har¨ªa un comentario pol¨ªtico, sino simb¨®lico¡±, apunta el experto.
A Federico de Dinamarca se le ha visto emocionarse en p¨²blico en momentos de gran trascendencia personal. Lo hizo ante las televisiones internacionales en 2004 cuando contrajo matrimonio con Mary Donaldson, su novia australiana, licenciada en Derecho y Comercio y hoy reina consorte. Llor¨® de felicidad, pa?uelo en mano, al verla avanzar hacia ¨¦l por el pasillo central de la catedral de Copenhague. La jornada de su proclamaci¨®n volvi¨® a ocurrirle al salir al balc¨®n del palacio de Christiansborg para saludar al p¨²blico que le aplaud¨ªa. Las c¨¢maras le captaron suspirando fuerte antes de abrir el ventanal y luego con los ojos brillantes mientras agradec¨ªa el apoyo de sus conciudadanos. ¡°La multitud delante de m¨ª. Mi familia justo detr¨¢s. Estar en el balc¨®n junto a la reina Mary como soberanos de Dinamarca¡±, reconoci¨® durante su alocuci¨®n de Fin de A?o. ¡°Asimilarlo todo, o al menos intentarlo, conmovido y abrumado. Eso es lo que nos llevamos. Para siempre. Mil gracias¡±. Casados en 2004, son padres de cuatro hijos (el heredero, Christian, y los pr¨ªncipes Isabella, Vincent y Josephine).
El rey dan¨¦s admiti¨® durante su juventud haber tenido problemas para aceptar su destino. ¡°Quer¨ªa ser un ciudadano como los dem¨¢s y le llev¨® tiempo asumir el papel que le esperaba¡±, explica Hovbakke S?rensen. Dice que cuando Mary entr¨® en su vida, ¡°ella le ayud¨® a reconocer su destino, tal y como ¨¦l mismo ha admitido¡±. Pero la sorpresa de la abdicaci¨®n de la soberana Margarita sigue latiendo en el pa¨ªs. ¡°No es una tradici¨®n en Dinamarca, como sucede en los Pa¨ªses Bajos, y fue la primera vez en 500 a?os que un soberano dejaba la corona¡±. En el milenio de monarqu¨ªa danesa ¡°hay 5 o 6 ejemplos de abdicaciones¡±, recuerda S?rensen.
La reina saliente se?al¨® problemas de salud para ceder el testigo a su primog¨¦nito. ¡°Tambi¨¦n se ha barajado la posibilidad de que ella no quisiera marchar demasiado tarde para evitar que Federico y Mary fuesen unos reyes mayores¡±. El pr¨ªncipe Christian cumpli¨® 18 a?os dos meses antes de la abdicaci¨®n de su abuela, ¡°y el momento encajaba¡±. ¡°Pero no es sabido de manera oficial¡±, indica. Recuerda tambi¨¦n que en el pa¨ªs ha habido rumores sobre un ascenso al trono de Federico precipitado por su supuesta relaci¨®n con la espa?ola Genoveva Casanova ¡ªexesposa de Cayetano Mart¨ªnez de Irujo, hijo de la fallecida duquesa de Alba¡ª. ¡°Puede que tuviese un papel para dirigir la atenci¨®n hacia otro lado. Pero no se sabe lo que pas¨®¡±.
En Dinamarca, la alocuci¨®n del 31 de diciembre tiene 150 a?os de historia y no se considera un mero formalismo. ¡°El rey, y antes la reina, hablan de c¨®mo ven a la sociedad y c¨®mo nos relacionamos y tratamos como pueblo¡±, explica S?rensen. Si bien el texto cuenta con el visto bueno de la oficina del primer ministro ¡ªhoy es la socialdem¨®crata Mette Frederiksen¡ª, es el discurso del rey, no el del Gobierno. Aun as¨ª, hubo novedades porque dijo que ¡°seguimos con la respiraci¨®n contenida los acontecimientos en Oriente Medio (¡) y en Europa, el pueblo ucranio lucha por su libertad; y por la nuestra¡±. Y se?al¨® a la OTAN en el pasaje dedicado a ¡°mantenernos unidos a escala internacional para resolver conflictos¡±. Mencion¨® a su hermano, el pr¨ªncipe Joaqu¨ªn, con el que ha tenido roces despu¨¦s de que la reina Margarita redujese el tama?o de la casa real a base de despojar a sus nietos de esta parte de la familia de los t¨ªtulos de pr¨ªncipes. Joaqu¨ªn vive en Estados Unidos con su esposa, la princesa Marie, y dos de sus hijos, y representa a all¨ª a la industria de Defensa danesa. Y se despidi¨® con un ¡°Que Dios bendiga Dinamarca¡±, como hizo la soberana durante sus 52 a?os en el trono.
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