Doblemente v¨ªctimas
La falta de respaldo p¨²blico ha demorado la justicia para el caso de la talidomida en Espa?a
La sentencia espa?ola a favor de los afectados de la talidomida ha llegado con un retraso imperdonable. Esta vez, la tardanza no es achacable al sistema judicial, sino a una Administraci¨®n p¨²blica que dio la espalda a las v¨ªctimas durante el tardofranquismo y que arrastr¨® los pies durante la democracia hasta que en 2010, casi medio siglo despu¨¦s de los nacimientos de miles de personas con graves deformaciones f¨ªsicas, fue reconocido oficialmente el problema.
La talidomida es un medicamento de la firma alemana Gr¨¹nenthal que se empez¨® a comercializar en 1957 y que las embarazadas utilizaron para evitar las n¨¢useas. Se calcula que a consecuencia de ello unos 50.000 ni?os nacieron en distintos pa¨ªses con focomelia, un desarrollo anormal de brazos y piernas. De ellos, quedan con vida entre 10.000 y 15.000. Retirado el medicamento en 1962, Gr¨¹nenthal indemniz¨® a los afectados alemanes apenas 10 a?os despu¨¦s.
Los espa?oles, sin embargo, quedaron fuera de toda reparaci¨®n por la sistem¨¢tica negativa de la Administraci¨®n p¨²blica del pa¨ªs a reconocer el da?o causado, lo que impidi¨® hasta 2010 no solo que recibieran ayudas p¨²blicas (24 de ellos las percibieron, por fin, ese a?o), sino que pudieran pleitear contra la firma alemana, que se escudaba, adem¨¢s, en la prescripci¨®n de los hechos. La sentencia dictada por un juzgado madrile?o el pasado mi¨¦rcoles exige a Gr¨¹nenthal pagar indemnizaciones de entre 660.000 y casi dos millones de euros a otra veintena de afectados espa?oles y deja la puerta abierta a nuevas compensaciones. Se trata de una victoria hist¨®rica de un grupo de ciudadanos determinados a lograr la justicia que siempre se les neg¨® y que tiene la virtud de cerrar un negro cap¨ªtulo de la historia espa?ola marcado por el oscurantismo y la desprotecci¨®n del ciudadano.
La talidomida marc¨® un antes y un despu¨¦s en la investigaci¨®n y la comercializaci¨®n farmacol¨®gica. Todos los pa¨ªses desarrollados del mundo, incluida Espa?a, extremaron los controles p¨²blicos sobre los medicamentos exigiendo a las compa?¨ªas largos y rigurosos ensayos antes de su registro y distribuci¨®n. La seguridad farmacol¨®gica espa?ola de hoy es similar a la del resto de Europa y Estados Unidos, pero los afectados espa?oles, con grav¨ªsimas minusval¨ªas tanto tiempo ignoradas, han sido v¨ªctimas dobles pagando un precio m¨¢s alto que el resto.
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