Diez reglas para todo hombre (seg¨²n Morrissey)
El cantante ha publicado 'Autobiography', un libro lleno de m¨¢ximas sobre su personalidad y la masculinidad en general
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2JSCDZVVASAQ2WU6VJHZVLGDCM.jpg?auth=ed316ae27f2c45d70dfe1ae82e597288c12c4b2c86daef415e796f351f3c37d8&width=414)
El periodismo musical no existir¨ªa si no fuera por Morrissey. Por ¨¦l y por otros artistas de su subespecie como Bob Dylan, Johnny Rotten o Kanye West, siempre dispuestos a soltar carnaza ante la prensa para luego pelearse con ella. As¨ª las cosas, la Autobiography que el letraherido Morrissey acaba de publicar era algo que ten¨ªa que pasar, y cuando lo ha hecho ha sido colocada directamente y por imperativo del cantante en la prestigiosa colecci¨®n Classics de la editorial Penguin, al lado de Nabokov, Joyce u Orwell.
Las discotecas son refugios para deficientes mentales. Hechos por gente imb¨¦cil para gente imb¨¦cil
Quienes edificaron su educaci¨®n sentimental a partir de la letras y la est¨¦tica de los Smiths han (hemos) acudido presurosos a estas muy publicitadas memorias en busca de una dosis extra ¨C457 p¨¢ginas en la edici¨®n inglesa¨C de la florida prosa y las radicales opiniones de this charming man. Si el legado musical de Mozz ha consolado a casi dos generaciones de hombres confusos ¨Caunque no los haya ayudado mucho a salir de su confusi¨®n¨C, el afilado verbo que el de Manchester ha ido usando en su relaci¨®n de amor-odio con la prensa y las po¨¦ticas evocaciones de su Autobiography dan para un dec¨¢logo sobre c¨®mo ser un hombre maduro, interesante, sensible y con un buen tup¨¦ en tiempos de aflicci¨®n.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DZ5U2IF5ALXEEW6JHLUJAPO6QQ.jpg?auth=92a85fae5e877c7d01444fe958dd31aa09fe38ebb3a181aa503fec6ca4909382&width=414)
1. No comas carne. O, m¨¢s que eso, ni siquiera te quedes mirando al depravado espect¨¢culo de ver a otro ser humano devorar un animal indefenso. El vegetarianismo es sin duda la postura p¨²blica m¨¢s conocida y beligerante de Mozz. Los rumores dicen incluso que ha llegado a despedir a alg¨²n m¨²sico porque ha descubierto que durante la gira se hab¨ªa zampado una hamburguesa. En el libro, en cualquier caso, describe la escena en la que, tal como si se tratara de una cruel carambola del destino, se encuentra por primera vez con Jake Walters, el que fuera su ¨²nica pareja conocida, en un restaurante mientras a ¨¦ste le sirven ¡°lo que parece ser un plato de comida para perro¡±.
¡°De repente, llega un momento en el que ya no puedes convivir con ello, y la ¨²nica forma de protesta que te queda en honor al animal es abandonar la escena. [...] Nadie puede estar tan hambriento como para sentir la necesidad de arrebatar una vida para sentirse satisfecho [...] Es un h¨¢bito; pereza y nada m¨¢s.¡± (P¨¢gina 274)
En su inflamada ret¨®rica, comer carne es un crimen atroz ¡°al mismo nivel moral que el abuso de menores. Es lo mismo. Los animales son como ni?os, acuden a nosotros en busca de protecci¨®n. Nuestro deber es protegerlos", Mozz dixit en el documental The Importance of being Morrissey, de 2002.
2. Desprecia la pol¨ªtica y a los pol¨ªticos. En cronol¨®gica coherencia, la autobiograf¨ªa de Morrissey comienza en las humildes calles del Manchester de su infancia. Por sus or¨ªgenes, no extra?a la animosidad que el autor de Margaret on the guillotine expresa hacia Thatcher:
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OI2DA2Q4BQLC5O23XV7ON4EYFE.jpg?auth=9bbadcc6d410b688cc85c1209f1c60073c17bfd2ca69b77cdc24b39c810f7c6f&width=414)
Ni dama, ni de hierro, Thatcher es una le?era filos¨®fica incapaz de reconocer sus errores. ?vida de poder, se deleita destruyendo a los mineros [...] Su demon¨ªaca influencia cubre de sombras el alma extraviada de Inglaterra. (P¨¢ginas 143 y 144 de Autobiography)
Tampoco siente simpat¨ªas por la familia real brit¨¢nica, entre otros motivos porque ¡°disfrutan con la caza del zorro. Son gente despreciable¡±, en particular la reina, que ¡°es una dictadora¡± que lo ¨²nico que hace es ¡°arrebatarle el dinero al pueblo ingl¨¦s¡±.
Y a pesar de que en ocasiones sus declaraciones y la letra de algunas canciones han sido interpretadas en clave xen¨®foba, Morrissey se desmarca en sus memorias de cualquier filiaci¨®n ideol¨®gica organizada. Es un tipo demasiado estiloso para bajar a la arena pol¨ªtica. En el mencionado documental, le preguntan a Morrissey si le gusta el f¨²tbol: ¡°Si en vez de echarse encima de una pelota, lo hicieran de un pol¨ªtico, me interesar¨ªa. Si pateasen a Tony Blair en lugar de un objeto esf¨¦rico, estar¨ªa cautivado por el f¨²tbol.¡±
3. Nunca lleves trenca. Llega un momento en la vida de todo hombre adulto en que mostrar demasiado entusiasmo por la ropa hace feo. Morrissey hace ya mucho que alcanz¨® el estadio de elegancia perpetua, pero hubo una ¨¦poca en que trataba de lograr el look definitivo ¨C¡°un cruce entre Oscar Wilde y James Dean¡±¨C, al tiempo que expresaba opiniones bastante intolerantes sobre estilismo:
¡°Encuentro que mucha gente tiene un dilema con los zapatos. Calzar los zapatos equivocados te puede arruinar la vida. Por supuesto que todo el mundo debe ser juzgado por su ropa [...] Todos sabemos que no est¨¢ bien hacerlo, pero eso no importa. Me resulta absolutamente imposible hablar con alguien si lleva puesta una trenca, tanto da qui¨¦n sea y cu¨¢les sus intenciones... o si llevan un corte de pelo repugnante, soy incapaz de soportar una conversaci¨®n con alguien as¨ª.¡±
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CSY5XZKZXNMPAKUV6MADZ6XHSQ.jpg?auth=1433e60b5d01bf8ae7d026ee02619de56f40891e36ab0f67bacad13512344be5&width=414)
4. C¨®rtate el pelo. La cuesti¨®n del peinado no admite debate en el universo de Morrissey, puesto que ¡°si tienes mal el pelo, toda tu vida ir¨¢ mal. Un nuevo peinado puede cambiar por completo tu visi¨®n de la vida y tus ideas pol¨ªticas... El pelo gobierna el cuerpo... ?Es un hecho irrebatible!¡±. De modo que puedes est¨¢ bien ser afeminado, pero quedas advertido de que ¡°el pelo largo es una ofensa imperdonable que deber¨ªa penarse con la muerte¡±.
5. Huye de las discotecas. Burn down the disco. Hang the blessed DJ es uno de los estribillos m¨¢s coreados de los Smiths. Tanto que muchos DJs lo han pinchado con iron¨ªa. Pero el desprecio de Morrissey hacia la m¨²sica electr¨®nica y el p¨²blico al que atrae no tiene nada de ret¨®rico.
En Autobiography recuerda que lo invitaron a la inauguraci¨®n del m¨ªtico Hacienda de Manchester, un club que, seg¨²n ¨¦l, estaba destinado...
... inicialmente para la agon¨ªa secreta de un p¨²blico secreto, pero pronto llegaron autobuses repletos desde Blackburn y Bolton y comenzaron a descargar bailarines de m¨²sica disco desfigurados y gnomos gordinflones devoradores de pastel de carne con sus rizos color zanahoria y apestando a cerdo en conserva que reclamaban el Hacienda como si fuera su retrete p¨²blico¡± (p¨¢gina 142).
Expres¨¢ndose de una forma algo m¨¢s concisa, Morrissey resumi¨® el asunto en 1992 con una sola frase: ¡°Las discotecas son refugios para deficientes mentales. Hechos por gente imb¨¦cil para gente imb¨¦cil¡±.
6. Deja de hacerte el macho. M¨¢s que una cuesti¨®n de orientaci¨®n sexual, los hombres demasiado masculinos le resultan poco interesantes a Morrissey. Se trata, seg¨²n ¨¦l, de una ¡°verdad no reconocida: los hombres afeminados son muy ingeniosos, mientras que los machotes son m¨¢s aburridos que la muerte¡± (p¨¢gina 48). En una entrevista de 2007 ya afirm¨®:
Todos tenemos un lado femenino en nuestra personalidad [...] Ese lado est¨¢ asociado al arte, y muchos se sienten amenazados por ¨¦l porque est¨¢ relacionado con el intelecto y la superioridad.
7. Pero muestra cierta indiferencia hacia las mujeres. No se trata tanto de misoginia como de una incomprensi¨®n gen¨¦tica hacia los atractivos del sexo opuesto. ¡°Misteriosamente, las chichas se sent¨ªan atra¨ªdas hacia m¨ª... y yo no entend¨ªa por qu¨¦, puesto que a pesar de que mis torpes incursiones daban en la diana, no sent¨ªa ninguna excitaci¨®n¡± (p¨¢gina 75). De hecho, no ser¨¢ hasta que el glam rock entr¨® en su vida que Morrissey se enamor¨® de algo que se parece a una hembra: ¡°La primera mujer de la que me enamoro es el Jerry Nolan de la portada del primer ¨¢lbum de los New York Dolls¡± (p¨¢gina 73).
8. Deja de ponerte cachondo. En realidad eso, para Morrissey, es m¨¢s f¨¢cil que para la mayor¨ªa. Su naturaleza idealista y melanc¨®lica le hace sentir un rechazo hacia el sexo como acto gimn¨¢stico. Desde siempre, Morrissey ha cultivado una calculada ambig¨¹edad acerca de su sexualidad, aunque como mencion¨¢bamos en el primer punto, finalmente reconoci¨® una relaci¨®n m¨¢s o menos estable con un hombre, pero solo cuando ¡°por primera vez el eterno ¡®yo¡¯ se convierte en ¡®nosotros¡¯ y por fin puedo estar con alguien¡± (p¨¢gina 274). Por entonces, Morrissey ten¨ªa alrededor de 35 a?os. En este sentido, Morrissey hab¨ªa coqueteado desde muy joven con el celibato, y en la entrevista para un picture disc de 1983 afirmaba que estaba ¡°apenas a unos cent¨ªmetros de meterme en un monasterio¡±. Se trata, como ¨¦l mismo se lo reconoci¨® a David Bowie, de una actitud muy poco rocanrolesca:
David me dice, ¡®Ha habido tanto sexo y tantas drogas en mi vida que no puedo creer que a¨²n est¨¦ vivo¡¯, a lo que yo le replico levantando la voz, ¡®Pues, ?sabes qu¨¦? Ha habido TAN POCO sexo y tan pocas drogas en la m¨ªa que no puedo creer que a¨²n est¨¦ vivo¡± (p¨¢gina 245).
9. Comprom¨¦tete con tu arte. Es el destino, claramente, quien te escoger¨¢ a ti, pero una vez sientes la llamada tu compromiso deber¨¢ ser a vida o muerte. A Morrissey la providencia se le presenta con las primeras emisiones del programa Top of the pops, cuando apenas tiene seis a?os de edad:
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/B4EVI3GB4IBLWF5QKS5C76IZMM.jpg?auth=cbfd75305e9da337cada0183c60b1b8c4bb743d06b0573dd67c9238c2da219bf&width=414)
Toda actividad humana se antoja in¨²til comparada con los chicos y chicas que cantan en televisi¨®n, pues ellos han encontrado la respuesta mientras el resto busc¨¢bamos la pregunta. Yo tambi¨¦n cantar¨¦. Si no, debo morir (p¨¢gina 43).
10. Da de qu¨¦ hablar. ¡°La mayor¨ªa de gente que hace m¨²sica no tiene nada que decir como entrevistados¡±, dijo Morrissey al L.A. Weekly. Evidentemente, ¡°yo soy la excepci¨®n a la regla. Por eso me mantengo alejado de todo el mundo, porque no quiero que me etiqueten, no quiero pertenecer al reba?o. Encuentro m¨¢s interesantes a los que se dedican a cavar zanjas que a los m¨²sicos y cantantes¡±.
Y como consecuencia directa de esa actitud, Morrissey se sabe juzgado y a menudo malinterpretado. O tal vez no tan malinterpretado. Leemos en la p¨¢gina 201: ¡°Cuando escucho a alguien decir que soy ¡®un poco excesivo¡¯ (lo que es una manera amable de decir que eres ¡®insoportable¡¯), entiendo por qu¨¦ lo piensan. Yo me digo a m¨ª mismo que, es cierto, soy un poco excesivo ¨C si no lo fuera, no me iluminar¨ªan los focos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.