Lecturas nacionales
Dos iniciativas de varios historiadores alertan contra los mitos patrioteros
Ante el nacionalismo, la historia puede ser vitamina o vacuna: vitamina cuando se construye un pasado m¨ªtico para exaltar la excelencia singular de un pueblo, vacuna cuando se examina la endeble consistencia de esas narraciones imaginarias. Aunque pens¨¢bamos que el fervor nacional se asociaba a una etapa felizmente clausurada, el proceso homogeneizador de la globalizaci¨®n ha hecho surgir reacciones defensivas identitarias que han craquelado territorios y gentes. En Espa?a, el auge del nacionalismo vasco estuvo contaminado por la violencia terrorista, pero la reciente pujanza del independentismo catal¨¢n se ha expresado masiva y pac¨ªficamente reuniendo demandas culturales y econ¨®micas, aunque a la vez creando un clima de unanimidad patri¨®tica que hace dif¨ªcil el debate y arriesgada la disidencia.
El nacionalismo espa?ol, por su parte, que fue tan virulento en otras ¨¦pocas, se halla hoy en estado de hibernaci¨®n por su asociaci¨®n con el r¨¦gimen de Franco, sin otra manifestaci¨®n que las deportivas y las energum¨¦nicas, pero el ¨ªmpetu de las identidades perif¨¦ricas amenaza con sacarlo de su sopor. En este marco de desencuentros, dos voluminosas historias recientes, gestadas entre Madrid y Barcelona, se ofrecen como oportunas vacunas intelectuales frente a la pandemia de nacionalismos viejos y nuevos en la Pen¨ªnsula.
Las historias de Espa?a, publicada conjuntamente por la editorial barcelonesa Cr¨ªtica y la madrile?a Marcial Pons, es el volumen 12 de la Historia de Espa?a dirigida por el catal¨¢n Josep Fontana y el gallego Ram¨®n Villares. Coordinado por el catedr¨¢tico de Historia de la Universidad Complutense Jos¨¦ ?lvarez Junco ¡ªque en 2002 recibi¨® el Premio Nacional de Ensayo por su admirable Mater Dolorosa. La idea de Espa?a en el siglo XIX, y que aqu¨ª firma el texto principal junto a Gregorio de la Fuente¡ª, el tomo es una ¡°historia de la historia de Espa?a¡±, desde las primeras cr¨®nicas cristianas hasta Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal o Vicens Vives, pasando por el padre Mariana y Modesto Lafuente, e incluyendo los mitos particularistas y la revitalizaci¨®n rom¨¢ntica de lo local, as¨ª como las aportaciones de los hispanistas y los ensayos identitarios de la Espa?a peregrina, entre Am¨¦rico Castro y Claudio S¨¢nchez Albornoz.
La globalizaci¨®n ha hecho surgir reacciones defensivas identitarias
Esforzadamente objetivo en un terreno ¡°propenso al mito patriotero¡±, el libro ¡ªcomo subrayan los directores de la serie¡ª refleja la renovaci¨®n historiogr¨¢fica que ha tenido lugar en Espa?a desde los a?os setenta del pasado siglo, situ¨¢ndose en la tradici¨®n democr¨¢tica y progresista de Miguel Artola o Manuel Tu?¨®n de Lara, e incorpora dos sugerentes estudios: el de la catedr¨¢tica de la Universidad de California Carolyn Boyd sobre los textos escolares y el del profesor de la Universidad de Florida Edward Baker sobre la cultura conmemorativa, de la toponimia madrile?a a los monumentos, centenarios y fiestas que expresan los valores compartidos o conflictivos en la Espa?a contempor¨¢nea.
Historia de la naci¨®n y del nacionalismo espa?ol es una obra colectiva, financiada por la Comunidad de Madrid y publicada en Barcelona, donde casi medio centenar de especialistas de universidades espa?olas y alguna instituci¨®n extranjera ¡ªbajo la direcci¨®n de los catedr¨¢ticos Antonio Morales, Juan Pablo Fusi y Andr¨¦s de Blas¡ª explora con rigor cient¨ªfico y voluntad cr¨ªtica la construcci¨®n de Espa?a como naci¨®n, desde los or¨ªgenes mitol¨®gicos hasta el siglo XX, siempre en relaci¨®n con la creaci¨®n simult¨¢nea de otras identidades peninsulares, que a trav¨¦s de los renacimientos medievales del romanticismo cristalizaron en los actuales nacionalismos. Gestado durante siete a?os en la Fundaci¨®n Ortega-Mara?¨®n, el libro se inscribe en el marco del nacionalismo liberal espa?ol, una corriente que arranca de la Ilustraci¨®n y las Cortes de C¨¢diz para llegar hasta Aza?a y Ortega a trav¨¦s de Larra, Gald¨®s y la generaci¨®n del 98.
Se crey¨® dejar atr¨¢s con la Transici¨®n la ceguera de ¡®las dos Espa?as¡¯
M¨¢s polif¨®nico que Las historias de Espa?a, pero no muy diferente en su esp¨ªritu ¡ªlos mismos ?lvarez Junco y De la Fuente redactan el primero de los art¨ªculos¡ª, Historia de la naci¨®n y del nacionalismo espa?ol contiene, entre otras muchas, contribuciones luminosas de Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel sobre los siglos XVI y XVII o de Jos¨¦-Carlos Mainer sobre el fascismo espa?ol y el exilio republicano, presta atenci¨®n a la econom¨ªa con los textos de Jos¨¦ Mar¨ªa Serrano o Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado, y se ocupa tambi¨¦n de los monumentos y ¡°lugares de memoria¡±, la identidad musical y la pintura de historia, aunque omite tratar la b¨²squeda paralela de un estilo nacional en arquitectura, que tan importante ser¨ªa en los pabellones de las exposiciones universales o en el imaginario del primer franquismo. Consciente de la crisis de la identidad espa?ola y de las tensiones hoy existentes en el Estado de las Autonom¨ªas, el libro se cierra con la mirada del otro y la imagen de Espa?a desde el exterior, un espejo velado en el que hallaremos est¨ªmulos ante el des¨¢nimo y acaso tambi¨¦n vacunas frente a la irrupci¨®n belicosa de nuestros demonios familiares.
En el Times Literary Supplement del 15 de noviembre, y bajo el r¨®tulo en portada Spain's history wars, el historiador brit¨¢nico Felipe Fern¨¢ndez-Armesto rese?a un libro del antiguo director de la publicaci¨®n, Jeremy Treglown ¡ªFranco's crypt. Spanish culture and memory since 1936¡ª e inicia su texto con una afirmaci¨®n dolorosa: ¡°Las m¨¢s de las veces, los llamamientos a la memoria social son en realidad incitaciones a perpetuar mitos, prolongar odios y justificar conflictos¡±. Las guerras de la historia en Espa?a, advierte Armesto, son hoy obcecadamente intensas, y le parece saludable la objetividad de un extranjero como Treglown para ayudar a entender el retorno a la incomprensi¨®n mutua entre las dos Espa?as, una ceguera que se cre¨ªa haber dejado atr¨¢s con la Transici¨®n; pese a lo cual, y por fortuna, en el pa¨ªs existen a¨²n l¨ªderes de opini¨®n ¡ªhistoriadores como Santos Juli¨¢ o Juan Pablo Fusi, y novelistas como Javier Cercas o Antonio Mu?oz Molina¡ª que, asegura, el partidismo no ha llegado a corromper.
Esta misma secci¨®n de opini¨®n ha servido de foro para esas guerras de la historia, como evidencian los art¨ªculos recientes de Gabriel Tortella, Joaquim Albareda y Borja de Riquer, y Guillermo P¨¦rez Sarri¨®n; pero quiz¨¢ nada las ha resumido mejor que El Roto en su dibujo del 23 de noviembre donde, evocando el famoso cartel de Lord Kitchener para promover el reclutamiento en 1914, recoge la actual consigna: Historiador, tu patria te necesita. El a?o pr¨®ximo se cumple un siglo de esa cat¨¢strofe europea, y los historiadores, que han desentra?ado minuciosamente los or¨ªgenes y causas de aquel conflicto, tienen hoy una especial responsabilidad en desactivar los espejismos nacionales que utilizan los contempor¨¢neos flautistas de Hamel¨ªn para conducir hacia precipicios.
Luis Fern¨¢ndez-Galiano es arquitecto.
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