Oriente Medio en el invierno ¨¢rabe
Obama obtendr¨ªa un triunfo hist¨®rico si logra el cambio del ¡®statu quo¡¯ en la zona
Los viajes abren la mente, dice el viejo dicho. Esto es especialmente v¨¢lido en el caso de Oriente Pr¨®ximo. Pero viajar all¨ª hoy en d¨ªa puede resultar extremadamente desconcertante; de hecho, se han producido acontecimientos imposibles de imaginar hace apenas unos meses y que hoy se vuelven una realidad.
La revuelta juvenil que comenz¨® en T¨²nez y El Cairo en 2010-2011 ha terminado (al menos por el momento), aunque, gracias a ella, la regi¨®n ha cambiado radicalmente. La victoria de la contrarrevoluci¨®n y la pol¨ªtica del poder, como en Egipto, solo pareci¨® restaurar el antiguo orden; los cimientos pol¨ªticos del r¨¦gimen actual son, lisa y llanamente, demasiado fr¨¢giles.
Igualmente destacable ha sido el giro permanente del eje estrat¨¦gico-pol¨ªtico de la regi¨®n. Ir¨¢n, con sus ambiciones nucleares y hegem¨®nicas, es el centro actual, mientras que el antiguo centro ¡ªel conflicto palestino-israel¨ª¡ª ha quedado marginado, dando lugar a alianzas de intereses completamente nuevas. Arabia Saud¨ª e Israel (que no tienen relaciones diplom¨¢ticas formales) est¨¢n unidos contra Ir¨¢n ¡ªy contra una tregua entre Estados Unidos e Ir¨¢n¡ª.
En t¨¦rminos ideol¨®gicos, el conflicto central entre Ir¨¢n y sus vecinos se basa en el conflicto sectario entre el islam sunita y el islam chiita. La devastadora guerra civil siria ya se est¨¢ librando seg¨²n estas l¨ªneas. Y, en vista de las se?ales de un impasse militar y pol¨ªtico, esas l¨ªneas podr¨ªan convertirse en el origen de una divisi¨®n permanente del pa¨ªs, como en Bosnia.
Si esto sucede, Irak, el L¨ªbano y Jordania no saldr¨ªan ilesos. El Oriente Pr¨®ximo anglo-franc¨¦s, dise?ado por el Acuerdo Sykes-Picot en mayo de 1916, habr¨ªa desaparecido definitivamente. Es m¨¢s, ha resurgido la cuesti¨®n kurda ¡ªy podr¨ªa influir indirectamente en la cuesti¨®n palestina y volver a radicalizarla¡ª. Desafortunadamente, no hay mucha evidencia de que un acuerdo palestino-israel¨ª basado en una soluci¨®n de dos Estados vaya a evitar que esto suceda.
Luego est¨¢ la cuesti¨®n de las consecuencias a largo plazo del renacimiento de Al Qaeda en Siria, Yemen y el norte y este de ?frica. Las monarqu¨ªas del Golfo est¨¢n intentando tomar las riendas contra Ir¨¢n. ?Pero qu¨¦ suceder¨¢ cuando, un d¨ªa, descubran que est¨¢n ejerciendo el papel del aprendiz de brujo? ?Acaso este viento de fanatismo volver¨¢ a soplar en la pen¨ªnsula ¨¢rabe? ?Y las instituciones dom¨¦sticas de estas sociedades podr¨ªan tolerar semejante ataque?
EE UU es una potencia exhausta para establecer el orden en la regi¨®n
En todo Oriente Pr¨®ximo, la mayor parte de la ¨¦lite pol¨ªtica sigue atrapada dentro de una visi¨®n del mundo definida por la pol¨ªtica de poder y las nociones de soberan¨ªa del siglo XIX. Sus consignas estrat¨¦gicas son rivalidad nacional, equilibrio y hegemon¨ªa ¡ªconceptos que no ofrecen ninguna soluci¨®n para el futuro de las naciones y los Estados de la regi¨®n¡ª. La cooperaci¨®n econ¨®mica intrarregional, esencial para alcanzar un crecimiento sostenido y desarrollo social ¡ªmucho menos un marco de seguridad regional para asegurar la paz y la estabilidad¡ª, sigue siendo una idea extra?a.
En esencia, Oriente Pr¨®ximo est¨¢ experimentando una crisis de modernizaci¨®n. La juventud rebelde que lider¨® las demandas populares de cambio est¨¢ quieta (o ha sido acorralada); pero, dada la par¨¢lisis intelectual de los gobernantes de la regi¨®n podemos esperar una erupci¨®n a¨²n m¨¢s violenta. Como en el pasado, Egipto desempe?ar¨¢ un papel influyente para toda la regi¨®n (lo desee o no).
A la crisis de modernizaci¨®n de la regi¨®n se suma el retiro parcial de una fuerza exhausta para establecer el orden, Estados Unidos. Esto alimenta una enorme ansiedad en la regi¨®n y ha contribuido al derrocamiento de alianzas existentes y a la b¨²squeda de otras nuevas. El presidente Barack Obama ha puesto fin a las guerras ruinosas de Estados Unidos en Irak y Afganist¨¢n. Sobre todo, la guerra en Irak ¡ªy en consecuencia el expresidente George W. Bush y sus asesores neoconservadores¡ª fue la que llev¨® a Ir¨¢n a su posici¨®n actual de fuerza estrat¨¦gica. Sin embargo, es Obama a quien hoy se considera d¨¦bil en Oriente Pr¨®ximo.
Obama es muy criticado por no haber intervenido militarmente en Siria, a pesar de que su amenaza de hacerlo oblig¨® al Gobierno del presidente Bachar el Asad a entregar sus armas qu¨ªmicas. De la misma manera, lejos de fortalecer a¨²n m¨¢s a Ir¨¢n, Obama arrincon¨® a la rep¨²blica isl¨¢mica al liderar la presi¨®n global para implementar sanciones econ¨®micas estrictas.
Muchos aspectos de la pol¨ªtica de Obama en la regi¨®n son dignos de cr¨ªtica ¡ªsobre todo, la actitud defensiva con la que la presenta su Gobierno¡ª. Pero, m¨¢s que una debilidad, lo que m¨¢s temen los aliados tradicionales de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo es el cambio de amplio alcance en el statu quo.
Y la pol¨ªtica de Obama efectivamente parece apuntar precisamente a eso: una tregua nuclear con Ir¨¢n, el fin de la guerra civil de Siria por medio de una arquitectura de seguridad regional y una soluci¨®n de dos Estados para el conflicto palestino-israel¨ª. Es una pol¨ªtica que suena casi ut¨®pica, en vista de la enorme fuerza inercial de los problemas de la regi¨®n. Pero si, contra todos los pron¨®sticos, Obama tiene ¨¦xito, su logro ser¨¢ hist¨®rico. ?Y si fracasa? Oriente Pr¨®ximo continuar¨¢ su ca¨ªda en el caos ¡ªcoincidiendo, de manera perversa, con el inminente centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial¡ª.
Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller de Alemania de 1998 a 2005, fue l¨ªder del Partido Verde alem¨¢n durante casi 20 a?os.
? Project Syndicate/Institute for Human Sciences, 2013. www.project-syndicate.org
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