Vuelco estrat¨¦gico en Oriente Pr¨®ximo
Arabia Saud¨ª, y no Israel, deber¨ªa ser el m¨¢s preocupado por el acuerdo con Ir¨¢n
Cada vez que Ir¨¢n y su programa nuclear ocupan los titulares, vuelve a surgir la cuesti¨®n de la vulnerabilidad de Israel. Sin duda, los israel¨ªes tienen muchos motivos de preocupaci¨®n. El acuerdo provisional sobre Ir¨¢n parece indicar que quiz¨¢ se logre uno definitivo, que suponga el alivio de las sanciones y proporcione a Teher¨¢n algo m¨¢s de dinero con el que financiar a Ham¨¢s y Hezbol¨¢. Siria acoge hoy al mismo tiempo a militantes isl¨¢micos bien armados y un r¨¦gimen enfurecido que ha empezado a recuperar y consolidar el control de zonas fundamentales del pa¨ªs. Turqu¨ªa se ha distanciado mucho de Israel en los ¨²ltimos a?os, y Egipto, por supuesto, se ha vuelto mucho menos previsible.
Quiero dejar algo claro: si es posible lograr un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear de Ir¨¢n en los pr¨®ximos meses, ser¨¢ muy positivo para Oriente Pr¨®ximo y el mundo. Librar¨ªa al pueblo iran¨ª del abrumador peso de las sanciones. Permitir¨ªa que un nuevo presidente del pa¨ªs intente trazar un rumbo nuevo. Alejar¨ªa una amenaza que muchos responsables israel¨ªes insisten en calificar de ¡°existencial¡±. Disminuir¨ªa de golpe el peligro de proliferaci¨®n nuclear en la regi¨®n m¨¢s vol¨¢til del mundo. Dar¨ªa al Gobierno de Obama y a los dirigentes europeos una victoria en pol¨ªtica exterior que les es muy necesaria, y ayudar¨ªa a prevenir el riesgo de otra guerra que nadie puede permitirse.
Sin embargo, a pesar de esa posibilidad de buenas noticias, algunos vecinos de Ir¨¢n temen que el relajamiento de las sanciones sirva solo para que los iran¨ªes puedan cometer m¨¢s fechor¨ªas mucho m¨¢s dif¨ªciles de impedir, y el pa¨ªs para el que eso ser¨¢ m¨¢s preocupante no es Israel, sino Arabia Saud¨ª.
Algunos vecinos temen que el relajamiento de las sanciones sirva solo para que los iran¨ªes puedan cometer m¨¢s fechor¨ªas
Al fin y al cabo, Israel ya posee su propia arma disuasiva nuclear y mejores armas convencionales y entrenamiento militar que cualquier otro pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo. La seguridad saud¨ª, como la de Israel, depende de la ayuda de Estados Unidos, pero Israel mantiene una relaci¨®n mucho m¨¢s estable que los saud¨ªes con la superpotencia militar mundial. Estados Unidos y Arabia Saud¨ª no comparten los mismos valores pol¨ªticos, como en el caso de Estados Unidos e Israel. En Israel, la democracia de partidos es un modo de vida. Para los saud¨ªes, que vigilan de cerca a Egipto e Irak, la democracia de partidos es la m¨¢xima pesadilla.
Lo que s¨ª comparten estadounidenses y saud¨ªes son ciertos intereses. En primer lugar, a los dos Gobiernos les interesa contener a Ir¨¢n. Este es un aspecto del que se habla mucho ahora en Riad, donde el cambio de actitud de Obama a prop¨®sito de Siria y las armas qu¨ªmicas del r¨¦gimen de El Asad hizo que Washington pareciera un amigo no tan fiable, y los pasos para reconducir las relaciones de Estados Unidos y Europa con Ir¨¢n en una nueva direcci¨®n han causado p¨¢nico entre los pr¨ªncipes.
En segundo lugar, las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saud¨ª est¨¢n ligadas, desde hace muchos decenios, al petr¨®leo. Ahora bien, los saud¨ªes son muy conscientes de que el aumento de la producci¨®n energ¨¦tica estadounidense en los ¨²ltimos a?os, gracias a las reservas propias de gas y petr¨®leo a las que se ha podido acceder mediante la fractura hidr¨¢ulica y las nuevas t¨¦cnicas de perforaci¨®n horizontal, hace que Estados Unidos haya reducido enormemente su dependencia del crudo procedente de fuera del hemisferio occidental. Un Washington que ya no necesite tanto petr¨®leo saud¨ª y que desee construir mejores relaciones con Teher¨¢n ser¨¢ un socio mucho menos previsible para un reino saud¨ª, que adem¨¢s tiene que hacer frente a numerosos problemas propios a largo plazo.
Estados Unidos seguir¨¢ comprando petr¨®leo a los saud¨ªes y vendi¨¦ndoles armas durante a?os. Pero la primavera ¨¢rabe y los acontecimientos posteriores han demostrado a la familia real saud¨ª que hace bien en preguntarse qu¨¦ suceder¨¢ si, en el futuro, un presidente estadounidense se ve obligado a escoger entre los viejos amigos de Riad y un movimiento democr¨¢tico viable para el pa¨ªs.
El cambio de actitud de Obama sobre Siria hizo que Washington le pareciera a los saud¨ªes
un amigo no tan fiable
Si la agitaci¨®n llega alg¨²n d¨ªa a Arabia Saud¨ª, como lleg¨® a T¨²nez, Egipto y Libia, ?podr¨¢n contar los pr¨ªncipes con el respaldo de Washington? ?Despu¨¦s de ver que Washington defendi¨® las elecciones que dieron lugar a un Gobierno de los Hermanos Musulmanes en Egipto y denunci¨® las acciones del Ej¨¦rcito, un receptor tradicional de su ayuda econ¨®mica, para derrocar a Mohamed Morsi? Para los saud¨ªes, esta no es una pregunta hipot¨¦tica. Recordemos que Bahr¨¦in ya ha sufrido varias oleadas de disturbios. Bahr¨¦in es una monarqu¨ªa sun¨ª, apoyada por los saud¨ªes, que gobierna sobre una mayor¨ªa chi¨ª inquieta y se encuentra a solo 25 kil¨®metros de territorio saud¨ª, al otro lado de la Calzada del rey Fahd. Durante las protestas m¨¢s violentas de la primavera ¨¢rabe en la isla, fueron tropas saud¨ªes las que cruzaron el puente para restablecer el orden. Y cada vez que hay brotes de agitaci¨®n chi¨ª en Bahr¨¦in, los saud¨ªes sospechan que Ir¨¢n ha contribuido a fomentarlos.
Los saud¨ªes son los m¨¢ximos rivales de Ir¨¢n para ser la gran potencia de Oriente Pr¨®ximo. Por eso son ellos los que m¨¢s tienen que perder con cualquier alivio de las sanciones contra Ir¨¢n, cualquier normalizaci¨®n de sus relaciones con Occidente o cualquier avance nuclear que ofrezca a Ir¨¢n la m¨¢xima garant¨ªa de seguridad. Los saud¨ªes se han beneficiado de la debilidad econ¨®mica de Ir¨¢n, y no est¨¢n dispuestos a perder esa ventaja.
Ian Bremmer es fundador y presidente de Eurasia Group, la principal empresa de investigaci¨®n y consultor¨ªa sobre riesgos pol¨ªticos en el mundo.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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