?C¨®mo explicarlo?

Rajoy, que sepamos, no es delincuente. Por eso nos extra?a la profunda admiraci¨®n que viene manifestando hacia ellos. Se derret¨ªa hablando de Carlos Fabra, de Jaume Matas, de Luis B¨¢rcenas¡­ Estaba dispuesto a dar la vida por tipos tan dudosos como Francisco Camps, el amiguito del alma de El Bigotes, y mantiene en su Gobierno, contra toda evidencia, a Ana Mato, cuya ignorancia sobre las marcas de autom¨®viles empieza a ser una memez en relaci¨®n a lo que est¨¢ aflorando al abrir las cajas de la G¨¹rtel. Est¨¢ tambi¨¦n el asunto de la Agencia Tributaria, que amnisti¨® en su d¨ªa a la delincuencia grande y que contin¨²a deshaci¨¦ndose sin pausa de quienes se empe?an en meterle el dedo en el ojo a los millonarios evasores. Todo muy feo, especialmente si tenemos en cuenta que el presidente del Gobierno, sin que dudemos por eso de su honradez, ha faltado a su palabra en un par de a?os m¨¢s que una persona normal a lo largo de una vida. Queremos decir que tiene dificultades con la verdad.

Este es un pa¨ªs muy desgraciado, no por sus presidentes, cuya trayectoria personal es intachable, sino por la gente a la que admiran. Felipe Gonz¨¢lez, sin ir m¨¢s lejos, ascendi¨® a Galindo, luego condenado a 71 a?os de c¨¢rcel por cr¨ªmenes atroces. Acompa?¨® a la c¨¢rcel a Vera y a Barrionuevo para mostrarles su adhesi¨®n y puso la mano en el fuego por personas con las que usted y yo no ir¨ªamos al cine ni locos. La trayectoria de Aznar, fuera de peque?eces como el apoyo a la guerra de Irak, donde desde la intervenci¨®n de Bush se han producido m¨¢s cr¨ªmenes de los que podr¨ªa soportar una conciencia media, es honrado a carta cabal, nadie lo duda. Pero reuni¨® en la boda de su hija a una banda de malhechores que ha robado m¨¢s de lo que a usted y a m¨ª nos cabe en la imaginaci¨®n. ?C¨®mo explicar este divorcio entre lo que uno es y lo que a uno le gusta?