Cambio de marcha
Las consecuencias de una Catalu?a independiente ser¨ªan mucho m¨¢s graves de lo que se dice
En vista de las reiteradas advertencias de la Comisi¨®n Europea de que la independencia de Catalu?a supondr¨ªa su exclusi¨®n de la UE, el nacionalismo catal¨¢n trata ahora de demostrar a los ciudadanos de Catalu?a que este hecho no comportar¨ªa problemas mayores en el d¨ªa a d¨ªa de los catalanes. Por ello, se nos dice que Catalu?a podr¨ªa obtener un estatuto similar al de Suiza para acceder al Mercado ?nico Europeo, seguir¨ªa utilizando el euro como moneda de curso legal y que todos nosotros obtendr¨ªamos la doble nacionalidad (catalana y espa?ola) lo que nos permitir¨ªa gozar de facto de las ventajas de la pertenencia a la UE aun estando fuera de ella y hasta que la adhesi¨®n a la UE fuera una realidad de jure. Sin embargo, me temo que la cuesti¨®n no es tan simple.
En primer lugar, una vez excluida de la UE, para tener acceso al Mercado ?nico Europeo (libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, servicios, personas y capitales), Catalu?a deber¨ªa firmar un acuerdo similar al que la UE tiene con Suiza, con la EFTA (es decir, Noruega, Islandia y Liechtenstein) a trav¨¦s del denominado Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE) y con algunos otros pa¨ªses. Efectivamente, de ser as¨ª, las exportaciones de las empresas catalanas a la UE no estar¨ªan sujetas a ning¨²n arancel, los ciudadanos podr¨ªamos circular libremente y los capitales tener libertad para efectuar inversiones en su territorio.
Seguir usando el euro y poder refinanciarse son cosas muy distintas
Sin embargo, hay que recordar que la UE tiene como principio el no negociar este tipo de acuerdos con aquellos estados que no pertenezcan a la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), como ser¨ªa inicialmente el caso de una Catalu?a independiente (un proceso que lleva su tiempo). Pero, adem¨¢s, hay dos peque?os problemas: para empezar, que la firma de un Acuerdo de Asociaci¨®n exige la aprobaci¨®n por parte de todos y cada uno de sus estados miembros tanto del mandato de negociaci¨®n como del texto final del acuerdo debido al sistema de distribuci¨®n de competencias existente entre ¨¦stos y la UE propiamente dicha. Asimismo, que la entrada en vigor de un tal acuerdo puede llevar varios a?os (entre negociaci¨®n y ratificaci¨®n por cada estado miembro), si bien es cierto que el Consejo de la UE podr¨ªa decidir (por mayor¨ªa cualificada) la aplicaci¨®n provisional de aquellos aspectos del acuerdo que estuvieran bajo competencia exclusiva comunitaria (como por ejemplo, la eliminaci¨®n de los aranceles a las exportaciones de mercanc¨ªas) sin esperar a su ratificaci¨®n. En cualquier caso, todo el proceso (entrada en la OMC y firma del acuerdo) podr¨ªa llevar algunos a?os (entre 3 y 5). Por lo tanto, las reticencias de parte del empresariado catal¨¢n hacia la independencia seguir¨ªan estando plenamente justificadas por lo que ¨¦sta supondr¨ªa de sobre coste a sus exportaciones y dificultades en sus inversiones, como m¨ªnimo en el corto y medio plazo.
En segundo lugar, es cierto que una Catalu?a independiente podr¨ªa continuar utilizando el euro como moneda oficial. Sin embargo, y dada la idiosincrasia del BCE, tengo mis dudas de que fuera posible la firma de un acuerdo monetario con Catalu?a, entre otras cosas porque al d¨ªa de hoy el control de los agregados monetarios es todav¨ªa uno de los pilares de su pol¨ªtica monetaria lo que supone, por su parte, el querer reducir a lo estrictamente necesario las situaciones ¡°especiales¡± de pa¨ªses que utilizan el euro fuera de la UE y que, adem¨¢s, disponen de un tal tipo de acuerdo (que, hoy por hoy, s¨®lo incluye a peque?os pa¨ªses como Andorra, M¨®naco, San Marino y El Vaticano).
Sin embargo, el problema vendr¨ªa de las dificultades que los bancos catalanes encontrar¨ªan para poder refinanciarse a trav¨¦s del BCE, ya que estos no podr¨ªan hacerlo m¨¢s que de una forma limitada a trav¨¦s de una filial o sucursales establecidas en la UE. Esto es debido a que el dep¨®sito de garant¨ªas (el llamado colateral) es una exigencia ineludible para acceder a la liquidez del BCE; pero no cualquier garant¨ªa, sino solamente las de empresas establecidas en el EEE (para activos negociables) o en la zona euro (para activos no negociables), estando espec¨ªficamente excluidas las garant¨ªas dadas por el banco mismo u otra entidad en el que ¨¦ste tenga una participaci¨®n superior al 20%. En conclusi¨®n, las restricciones en el acceso de los bancos catalanes a la refinanciaci¨®n del BCE en situaciones dif¨ªciles como las vividas durante la presente crisis (donde los bancos espa?oles no ten¨ªan acceso al mercado, incluido el interbancario) habr¨ªa puesto en duda con toda probabilidad la viabilidad misma de los principales bancos catalanes, un verdadero desastre econ¨®mico para Catalu?a, ya que al no disponer de un banco central propio que les proporcionara la liquidez suficiente ni teniendo la Generalitat la capacidad para acudir en su ayuda v¨ªa presupuesto, la ¨²nica alternativa hubiera sido la intervenci¨®n del FMI a trav¨¦s del programa de ayuda correspondiente y su condicionalidad. Y no podr¨ªa ser de otra manera, ya que si todos los bancos no comunitarios pudieran acceder a la liquidez del BCE a trav¨¦s de una filial o sucursal, el BCE podr¨ªa llegar a ser la fuente de liquidez de toda la banca mundial. Algo imposible. Ello solamente es as¨ª, fundamentalmente, para las operaciones que los bancos no comunitarios tienen con empresas de la UE.
Quedarse fuera de la futura Uni¨®n Bancaria supondr¨ªa un riesgo para los bancos catalanes
Pero es que, adem¨¢s, existen otras consecuencias. Solo por citar un ejemplo, el hecho de quedarse fuera de la futura Uni¨®n Bancaria supondr¨ªa un mayor riesgo impl¨ªcito para los bancos catalanes (pues no disfrutar¨ªan de los mecanismos de protecci¨®n incluidos en ella) que con toda seguridad se reflejar¨ªa en un sobre coste en la financiaci¨®n (mayor prima de riesgo) que quisieran obtener del mercado.
Pero menos mal que algunos han encontrado la soluci¨®n para hacer entrar en raz¨®n a Espa?a una vez independientes: no aceptar pagar la parte de la deuda en circulaci¨®n del Reino de Espa?a que tocar¨ªa a Catalu?a (sea en funci¨®n de su poblaci¨®n o de su importancia econ¨®mica). Esta posibilidad no existe de verdad en la pr¨¢ctica. Desde luego que Catalu?a deber¨ªa asumir la parte que le tocar¨ªa de la deuda del Reino de Espa?a en caso de establecerse como estado independiente, ya que si no fuera as¨ª estoy convencido que los mercados financieros se cerrar¨ªan a cal y canto a cualquiera de las emisiones de deuda catalana pues ser¨ªa algo equivalente a repudiar una parte de tu propia deuda. Una situaci¨®n que implicar¨ªa no solo el no poder emitir deuda neta nueva (para financiar el d¨¦ficit p¨²blico de la Generalitat), sino tambi¨¦n la refinanciaci¨®n de la existente con el evidente riesgo de impago de la misma y, otra vez, la irremediable intervenci¨®n del FMI y el subsiguiente programa de ajuste que con toda seguridad incluir¨ªa la aceptaci¨®n de la parte correspondiente de la deuda del Reino de Espa?a.
V¨ªctor Andr¨¦s Maldonado es Licenciado y MBA por ESADE. Fue funcionario de las Instituciones de la UE durante el periodo 1986-2012.
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