Renovar el pacto constitucional
Honrar a nuestra historia exige ahora cambios decisivos que debemos consensuar
Hace cinco a?os, en estas mismas p¨¢ginas, Albert Sol¨¦ se refer¨ªa orgullosa y cari?osamente a la Constituci¨®n como su hermana, no en balde comparten padre: Jordi Sol¨¦ Tura. El cineasta, hijo de uno de los mejores ministros de Cultura de nuestra democracia, recordaba en su art¨ªculo Respetad a mi hermana (EL PA?S, 6 de diciembre de 2008) que lo importante de esta Constituci¨®n no es tanto el texto como la m¨²sica, la atm¨®sfera de entendimiento y superaci¨®n de las diferencias que desprende el conjunto.
La encrucijada social, econ¨®mica, pol¨ªtica y territorial en la que Espa?a se encuentra hoy podr¨ªa, sin duda, superarse con ese mismo esp¨ªritu, el que hace 35 a?os puso de manifiesto que nuestros dirigentes pol¨ªticos estaban a la altura de lo que la ciudadan¨ªa demandaba. Los catalanes, y el conjunto de los espa?oles, nos exigen un proyecto capaz de abordar simult¨¢neamente dos problemas: resolver las disfunciones acumuladas tras 30 a?os de desarrollo del Estado de las Autonom¨ªas y encauzar el malestar de amplios sectores de la sociedad catalana sobre la relaci¨®n de Catalu?a con el resto de Espa?a.
Uno de los elementos para cimentar esa nueva arquitectura institucional del Estado es la declaraci¨®n Un nuevo pacto territorial. La Espa?a de todos y el documento Hacia una estructura federal del Estado, aprobados por el consejo territorial del PSOE el pasado mes de julio en Granada, fruto de un esfuerzo transparente de reflexi¨®n y di¨¢logo para ofrecer a la sociedad espa?ola y al resto de fuerzas pol¨ªticas.
Las actuales disfunciones del Estado de las Autonom¨ªas han sido descritas de forma amplia y recurrente y sobre ellas existe un gran consenso: un sistema de reparto de competencias confuso y conflictivo, la ausencia de una verdadera C¨¢mara Territorial, un modelo de financiaci¨®n inacabado e insatisfactorio, la necesidad de garantizar en todo el territorio del Estado la protecci¨®n de los derechos sociales b¨¢sicos en condiciones de igualdad, la conveniencia de avanzar en la cohesi¨®n de los territorios y en la convergencia regional, la insuficiente colaboraci¨®n institucional entre comunidades aut¨®nomas y Estado, y la conveniencia de continuar adecuando las Administraciones p¨²blicas a la estructura territorial auton¨®mica y de mejorar su eficiencia y eficacia.
Es necesario resolver las disfunciones acumuladas en 30 a?os de desarrollo auton¨®mico y encauzar el malestar de amplios sectores de Catalu?a?
Estas disfunciones son de sobra conocidas y suscitan una pregunta inc¨®moda: ?por qu¨¦ no se abordan con determinaci¨®n, prontitud y consenso? ?Qu¨¦ nos impide dar respuesta a problemas que redundan en sobrecostes, ineficiencias y perjuicios a la ciudadan¨ªa? La propuesta que dibujamos en Granada ofrece caminos de soluci¨®n y muestra nuestra disposici¨®n al di¨¢logo para afrontar inmediatamente unos problemas que no admiten demora.
Pero no fueron solo estos problemas los que suscitaron nuestra reflexi¨®n. Los documentos aprobados en Granada por los socialistas ten¨ªan tambi¨¦n un objetivo claro: proporcionar un cauce para responder al malestar de amplios sectores de la sociedad catalana que se sienten injustamente tratados, escasamente comprendidos e insuficientemente respetados. Es cierto que el terreno de los sentimientos es especialmente resbaladizo y a menudo dif¨ªcil de atender, pero no es menos cierto que la pol¨ªtica tiene como funci¨®n precisamente la de abordar de forma racional y consensuada estas cuestiones.
Sea cual sea el juicio que nos merezca la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a, debemos reconocer que dicha sentencia alter¨® un pacto entre las instituciones catalanas y espa?olas que fue posteriormente ratificado en refer¨¦ndum por los ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a. No hay precedentes en nuestra a¨²n joven democracia de una anomal¨ªa como esta. Debemos adem¨¢s ser capaces de dar una respuesta a los amplios sectores de la sociedad catalana insatisfechos por el sistema de financiaci¨®n vigente y por las dificultades del modelo auton¨®mico actual para integrar singularidades culturales, simb¨®licas y nacionales.
Los socialistas deseamos que la ciudadan¨ªa perciba un paisaje libre de escenarios de ruptura, vamos a actuar para corregir la desconexi¨®n gradual en el terreno de los afectos y los intereses compartidos. Por estos motivos decidimos formular una propuesta ambiciosa de reforma constitucional. Precisamente nosotros, que hemos defendido siempre la Constituci¨®n y el Estado aut¨®nomo, planteamos actualizarlo y perfeccionarlo en una perspectiva federal, porque el federalismo debe ser el modelo definitivo de nuestra organizaci¨®n territorial, como en otros muchos grandes Estados del mundo. El federalismo nos ofrece pautas, tanto para resolver las actuales disfunciones del Estado de las Autonom¨ªas, como para reconocer, respetar e integrar las diversas aspiraciones nacionales que conviven en Espa?a.
Los socialistas reiteramos nuestras propuestas para renovar el pacto constitucional, al tiempo que reclamamos transparencia y participaci¨®n en una negociaci¨®n de la que depende nuestro futuro com¨²n.
Conclu¨ªa hace cinco a?os Albert Sol¨¦ que los pa¨ªses, como los individuos, tienen que saber distinguir y honrar los giros decisivos de su historia. Lamentablemente, los presidentes Rajoy y Mas no identifican que el presente es uno de los momentos en los que honrar a nuestra historia exige cambios decisivos que debemos acordar entre todos.
Pere Navarro i Morera es primer secretario del PSC.
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