Un plan malogrado

El equipo del Gobierno que se ocupa de la energ¨ªa ha propuesto una reforma con numerosas piezas legislativas destinadas a eliminar el d¨¦ficit de tarifa del sistema el¨¦ctrico (diferencia entre los ingresos y los costes reconocidos a las empresas), calculado en unos 26.000 millones de euros antes de los cambios normativos. Dicha reforma inclu¨ªa, como pieza principal, una aportaci¨®n presupuestaria de hasta 2.200 millones, m¨¢s otras cantidades complementarias que, en total, sumaban m¨¢s de 3.500 millones. Pues bien, la reforma y su intenci¨®n de acabar con el d¨¦ficit de tarifa han descarrilado por una decisi¨®n pol¨ªtica perfectamente previsible. El Ministerio de Hacienda ha considerado que el criterio de reducir el d¨¦ficit p¨²blico es de orden superior a la necesidad de enjugar el d¨¦ficit de tarifa y, por tanto, ha cancelado las aportaciones p¨²blicas.

As¨ª pues, el d¨¦ficit de tarifa aumentar¨¢ este a?o unos 3.600 millones, que el Gobierno ha aceptado asegurar a un plazo de 15 a?os con los intereses correspondientes. Es dif¨ªcil entender como el autor de la reforma no obtuvo de Hacienda el compromiso en firme de la aportaci¨®n presupuestaria. Que la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico es prioritaria sobre el d¨¦ficit de tarifa es un criterio tan cierto hoy como antes de redactar los proyectos y decretos el¨¦ctricos. Pero parece que al Ministerio de Industria no se le ocurri¨® una evidencia tan elemental y se embarc¨® en un cambio legal ambicioso (y controvertido) sin negociar con Hacienda los fondos requeridos. El resultado final es decepcionante: el d¨¦ficit de tarifa no solo no desaparecer¨¢, sino que este a?o subir¨¢ probablemente a 30.000 millones y la credibilidad del Ministerio de Industria queda bajo m¨ªnimos. Ha sido el Ministerio de Hacienda el que ha negociado con las compa?¨ªas la titulizaci¨®n con garant¨ªa del Estado del d¨¦ficit anual.

La consecuencia de esta mala gesti¨®n es que la reforma el¨¦ctrica est¨¢ muerta antes de nacer. Pero no se trata solo de una iniciativa legislativa desperdiciada, sino de que errores tan manifiestos tendr¨¢n malas consecuencias para los consumidores. El efecto principal ser¨¢ un encarecimiento del recibo de la luz ¡ªrecu¨¦rdese que la electricidad espa?ola es de las m¨¢s caras de Europa¡ª porque, en mayor o menor proporci¨®n, las familias tendr¨¢n que pagar unos 400 millones m¨¢s de intereses cada a?o durante los pr¨®ximos 15. Se ha convertido en un lugar com¨²n aludir al descontento de las empresas con la reforma el¨¦ctrica; pero, de momento, tienen muchas razones para la irritaci¨®n los consumidores.

Para las empresas tambi¨¦n puede tener consecuencias nocivas. Pueden titulizar, pero la progresi¨®n del d¨¦ficit y los apuntes en sus balances empeoran ¡ªo acabar¨¢n haci¨¦ndolo¡ª su calidad crediticia en los mercados. El sistema el¨¦ctrico merece una reforma el¨¦ctrica de verdad, que no se conforme con poner parches dudosos y elimine el mecanismo de generaci¨®n del d¨¦ficit.