Suma peligrosa
Los ajustes no deben impedir que se aborden las carencias del sistema educativo
Mientras algunos indicadores permiten constatar que el ciclo econ¨®mico est¨¢ cambiando, los presupuestos del Ministerio de Educaci¨®n y las diferentes comunidades aut¨®nomas para 2014 certifican nuevos recortes. Contando con estas previsiones ¡ªaunque el ajuste va a ser menor que en el pasado reciente¡ª las Administraciones con competencias en ense?anza habr¨¢n reducido sus presupuestos en 7.298 millones de euros entre 2010 y 2014. Cuando se acaban de conocer los resultados del ¨²ltimo Informe PISA, que registran un estancamiento en las pruebas de evaluaci¨®n de competencias de los estudiantes, un informe sindical eleva hasta el 16,7% la merma de los presupuestos en lo que llevamos de crisis. A la cabeza est¨¢n Castilla-La Mancha (-31,1%), Catalu?a (-24,1%) y Castilla y Le¨®n (-20,4).
A esto hay que a?adir la reducci¨®n aplicada por Educaci¨®n en sus partidas. El conjunto del sistema tiene ahora un 35% menos de recursos que hace 10 a?os, mientras han aumentado las necesidades por el incremento del n¨²mero de escolares. En las aulas hay ahora medio mill¨®n m¨¢s de alumnos que en 2009 y por lo menos 20.000 docentes menos. Pese a los anuncios ministeriales sobre aumentos en determinadas partidas y a la previsi¨®n de un incremento del 10,5% en becas, la reducci¨®n durante la crisis redundar¨¢ en una p¨¦rdida de calidad. Y las consecuencias perdurar¨¢n durante a?os en uno de los facores m¨¢s sensibles de competitividad de un pa¨ªs, el educativo.
Editoriales anteriores
La escasez presupuestaria impide incidir sobre las carencias ya identificadas como las principales causas de los mediocres resultados obtenidos en el Informe PISA. Con medidas, por ejemplo, que mejoren la calidad docente e incentiven la formaci¨®n continuada del profesorado. O que sirvan para dotar adecuadamente los dispositivos de refuerzo de los alumnos con necesidades especiales. En los ¨²ltimos a?os, el sistema educativo espa?ol ha recibido un importante contingente de ni?os extranjeros, muchos de los cuales con carencias de escolarizaci¨®n. En algunos casos ni siquiera conoc¨ªan la lengua en que se impart¨ªan las clases, lo que hace bajar los promedios. La misma falta de recursos afecta a los alumnos con mayores capacidades. El Informe PISA indica que en Espa?a no se alcanzan los porcentajes de excelencia que ser¨ªan esperables, lo cual significa que el sistema es incapaz de hacer aflorar potencialidades que podr¨ªan desarrollarse.
En estas circunstancias ser¨ªa todav¨ªa m¨¢s doloroso que el Gobierno aplicara hasta el final el compromiso asumido en 2012 ante Bruselas de recortar un punto del PIB el presupuesto educativo (del 4,9% al 3,9%), lo que implicar¨ªa restar a¨²n otros 2.700 millones de euros. Es indudable que los objetivos de d¨¦ficit deben ser respetados, pero tambi¨¦n lo es que la educaci¨®n necesita ser preservada porque de ella depende la futura capacidad productiva del pa¨ªs.
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