Mi reino por un ¡®selfie¡¯
Mientras la vida en Madrid es una consulta permanente sobre a qu¨¦ evento acudir, el homenaje a Mandela lleva a repasar el ¡®ranking¡® de los funerales de Estado
?Qu¨¦ es un selfie? Pues un autorretrato hecho con un smartphone. Si el retrato incluye personajes como Barack Obama, David Cameron y la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, y encima es hecho durante el memorial de Nelson Mandela, el selfie es mucho m¨¢s. Pasa a ser lo que en The Guardian acertadamente bautizaron como el ¡°Ultimate selfie¡±. El selfie de todos los selfies.
Una persona que se hace muchos selfies, me explica: ¡°Lo bueno es que tienes la direcci¨®n de la foto, no lo dejas en manos de alguien que est¨¢ nervioso, que te saca borrosa o sencillamente mal¡±. ?Con un selfie t¨² tienes el control! El de Obama, Cameron y la primera ministra danesa ha puesto de moda a Helle. Vestida en perfecto luto, su abundante melena rubia y estrat¨¦gico movimiento de piernas han confirmado que Dinamarca est¨¢ de moda. Primero, hace dos semanas, fue el retrato de la familia real danesa a la manera de la familia Adams y ahora con su primera ministra en plan Sharon Stone protagonizando esta versi¨®n de Hansel y Gretel para adultos. Todo el mundo habla de Helle, incluso ella misma, que explic¨® el selfie diciendo que ¡°los l¨ªderes tambi¨¦n somos personas que se divierten. El ambiente acab¨® siendo optimista y nos hicimos la foto en el estadio de Soweto¡±. Los funerales en realidad siempre acarician un tono optimista, es cierto. Lenguas masculinas comentan que ¡°Obama estaba cansado de fotos junto a Angela Merkel. Helle le permiti¨® al presidente afroamericano explotar sus dotes felinas all¨¢ en la sabana, lo que termin¨® por poner a su esposa Michelle m¨¢s negra que nunca¡±. Fue un imprevisto Going back to the roots.
En alg¨²n momento todos necesitamos un regreso a las ra¨ªces. Unos lo piden m¨¢s a gritos que otros. La revista Time ha decidido darle su hist¨®rica portada de ¡°persona del a?o¡± al papa Francisco, que aunque no acudi¨® al funeral del a?o sale muy favorecido en lo que podr¨ªa considerarse la imagen promocional de su campa?a de renovaci¨®n organizada de arriba abajo. Si hubiese estado podr¨ªa haberse hecho un entra?able selfie con Corinna Zu Syan-Wittgenstein y Charlene de M¨®naco. Ellas s¨ª que estaban, sobre todo Charlene que es sudafricana, no lo olvidemos, y que Corinna no se separa de ella para asegurar su regreso. Eso s¨ª que ser¨ªa un top selfie, solo superable por otro de Letizia con Corinna y Mette Marit. ?Tres rubias como tres soles! Siempre que la princesa no pierda el humor y lo ofrezca como felicitaci¨®n navide?a. Ojal¨¢ las ra¨ªces no se oscurezcan esperando, ni que se cuele en la reci¨¦n estrenada ¨¢rea infantil de la web de la Casa del Rey con sus dibujos estilo Disney.
Lo sucedido en los homenajes a Mandela retrata una conducta casi embarazosa. ?Puede un funeral cambiarte la vida y reducirte a un selfie? Durante la ceremonia no dejaron de suceder cosas curiosas, como ese falso traductor de lenguaje para sordos, que no era tal y que estuvo gesticulando y traduciendo como le daba la gana el discurso de Obama. Gracias a Twitter se escuch¨® la voz de alarma. El embrollo no eclips¨® ese apret¨®n de manos de Obama con Ra¨²l Castro que ha dejado fuera de foco a los anticastristas de Miami. El espect¨¢culo en que se transforma una convocatoria de esta naturaleza lleva a repasar el ranking de los funerales de Estado con mayor impacto. Por ejemplo el n¨²mero uno: el de Diana de Gales, siempre entre los m¨¢s vistos de la historia, tan recargado de melodrama como de pop stars. Un poquito m¨¢s discreto fue el de Fran?ois Mitterrand, al que acudieron su esposa y su hija ileg¨ªtima y donde el protocolo sent¨® a Fidel Castro junto a Rainiero de M¨®naco, retratando a Francia como esa rep¨²blica que puede reunir un para¨ªso fiscal con una isla revolucionaria.
Con su trepidante ritmo de fiestas y convocatorias, la vida en Madrid es una consulta permanente sobre a qu¨¦ evento acudir. Tal consulta te obliga a ejercer el derecho a decidir independientemente del estado en que est¨¦s y de las preguntas que tengas que responder, al igual que en Catalu?a. Ya sea entre los premiados en la d¨¦cima edici¨®n de los Premios Joya de Vogue, celebrada en el parqu¨¦ de la Bolsa de Valores, o caminando junto a Carmen Maura, que regresa a los escenarios con Carlota de Miguel Mihura. ¡°Estoy segura de que todos dir¨¢n que vuelvo a estar tan natural como siempre, pero en realidad lo que prefiero en este montaje es estar m¨¢s cerca de Lina Morgan que de N¨²ria Espert¡±, me coment¨® en plena calle, efectivamente, tan natural como siempre. O incluso celebrando el ¨¦xito editorial de Bel¨¦n Esteban en el Mosky¡¯s, el bar de comidas y colesterol sin complejos en Paracuellos del Jarama. En medio de esa celebraci¨®n, con oreja de cerdo y ensaladilla rusa, alguien conect¨® con S¨¢lvame para seguir la entrevista que se le hac¨ªa a Marisa, la ¡°amante¡± de Amador Mohedano. Las representantes de la editorial Espasa, presentes en el Mosky¡¯s, observaban la entrevista como si estuvieran asoci¨¢ndose a un selfie alien¨ªgena, pero alguien consigui¨® sintetizar lo que all¨ª se hablaba: ¡°Amador Mohedano pas¨® de ser el hermano de Roc¨ªo Jurado a ser el marido de Rosa Benito¡±. Y as¨ª, de repente, todos volvimos a las ra¨ªces.
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