El misterioso caso catal¨¢n
?C¨®mo es posible que el pueblo m¨¢s culto y moderno caiga en esa regresi¨®n irracional?
Cuando parec¨ªa que la aventura secesionista emprendida por Artur Mas estaba a punto de naufragar, hundida por sus propias desavenencias internas, resulta que el president ha logrado alcanzar por sorpresa un acuerdo in extremis sobre la consulta refrendataria que le permite ganar un a?o m¨¢s de tiempo, aplazando de momento hasta 2015 el anunciado fracaso de su liderazgo pol¨ªtico. Ha sido todo un golpe de efecto medi¨¢tico, representado adem¨¢s con una cuidada puesta en escena en medio de la escalada de la tensi¨®n generada por el dram¨¢tico simposio de Espa?a contra Catalunya,que deja descolocados a los dos grandes partidos responsables de la gobernaci¨®n del Estado. De modo que, se mire por donde se quiera, hoy la secesi¨®n de Catalu?a parece una opci¨®n bastante m¨¢s cre¨ªble de lo que se supon¨ªa hasta ahora.
Lo cual plantea inquietantes enigmas culturales, entre los que destaca la s¨²bita conversi¨®n de los catalanes al nacionalismo ¨¦tnico, victimista y antiespa?ol. ?C¨®mo es posible que el pueblo m¨¢s culto, moderno e ilustrado de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica haya ca¨ªdo en semejante regresi¨®n irracional? Algunos podr¨ªan pensar que tal enso?aci¨®n ilusoria solo resulta explicable por la eficaz propaganda de unas ¨¦lites pol¨ªticas que explotan la credulidad del pueblo catal¨¢n para desviar la atenci¨®n de su propia ejecutoria neoliberal. Pero con esta interpretaci¨®n regresamos al punto de partida, pues sigue sin entenderse c¨®mo la poblaci¨®n espa?ola m¨¢s escolarizada y de mayor desarrollo c¨ªvico haya podido caer v¨ªctima de tanta manipulaci¨®n. Y en seguida surge como precedente lo que una historiadora catalana (Rosa Sala Rose) llam¨® ¡°el misterioso caso alem¨¢n¡±: ?c¨®mo se entiende que el pueblo m¨¢s avanzado de Europa inventase el nacionalismo v?lkisch? Al decir esto, no pretendo recurrir a la llamada ¡°banalizaci¨®n del nazismo¡±, pues de ninguna forma cabe pensar que el catalanismo pudiera caer nunca en la criminalidad nazi. Pero s¨ª deseo subrayar la flagrante contradicci¨®n que existe entre una sociedad vanguardista que en lo material y lo cultural siempre ha estado a la cabeza de Espa?a, como es la catalana, y una ideolog¨ªa pol¨ªtica tan regresiva e involucionista como es el nacionalismo v?lkisch: un caso t¨ªpico de lo que Jeffrey Herf llam¨® modernismo reaccionario.
Existe una flagrante contradicci¨®n entre una sociedad vanguardista y una ideolog¨ªa pol¨ªtica tan regresiva e involucionista
Y la explicaci¨®n que me parece m¨¢s plausible del enigma catal¨¢n es la misma que la del misterioso caso alem¨¢n: el factor responsable del hecho diferencial catal¨¢n y alem¨¢n es el modelo de familia troncal (tambi¨¦n genuino de la comunidad foral vasconavarra), basada en la autoridad paterna y el reparto desigual de la herencia en beneficio del primog¨¦nito con exclusi¨®n del igualitarismo fraterno. Pues, tal como ha argumentado el dem¨®grafo hist¨®rico Emmanuel Todd, este tipo de familia da lugar a una antropolog¨ªa pol¨ªtica basada en el diferencialismo particularista y el autoritarismo jer¨¢rquico, t¨ªpicos del nacionalismo v?lkisch. Y esto explica tanto la insolidaridad de la Alemania de Merkel con el resto de la Uni¨®n Europea como la negativa de los catalanes a compartir la caja com¨²n espa?ola del igualitario caf¨¦ para todos.
Pues bien, esta interpretaci¨®n basada en el tipo cultural de familia troncal tambi¨¦n permite explicar que, a la hora de plantear su demanda de secesi¨®n, las ¨¦lites catalanas la formulen como un divorcio unilateral y contencioso, en lugar de inspirarse en el divorcio de mutuo acuerdo. Es lo que se ha denominado impropiamente la deslealtad del soberanismo catal¨¢n en su propuesta de consulta secesionista, pues en lugar de pactar la pregunta (y las reglas del refer¨¦ndum) con el Gobierno central, como se ha hecho por ejemplo en el caso escoc¨¦s, se ha preferido imponerlo unilateralmente por anticipado, sin consultarlo con la otra parte afectada, seg¨²n la f¨®rmula anunciada el pasado 12 de diciembre. Esta deslealtad unilateral, que revela su contenciosa premeditaci¨®n, es la que oblig¨® al PSC a retirarse de la consulta del derecho a decidir.
Tras esta demanda contenciosa de divorcio unilateral solo cabe esperar que entre Barcelona y Madrid se desate la Guerra de los Rose
Ahora bien, exigir un divorcio contencioso sin buscar el mutuo acuerdo genera importantes consecuencias perversas, pues obliga a la otra parte a responder tambi¨¦n en t¨¦rminos igualmente conflictivos y contenciosos. ?O es que Artur Mas y Oriol Junqueras esperaban que Rajoy y Rubalcaba se comportasen como mansos cristianos, caritativamente dispuestos a poner la otra mejilla para que se la sigan abofeteando? Por tanto, a partir de esta demanda contenciosa de divorcio unilateral, solo cabe esperar que entre Barcelona y Madrid se desate la guerra de los Rose; y no me refiero ahora a la historiadora catalano-germana antes citada sino a la pel¨ªcula del mismo t¨ªtulo de Danny DeVito (1989), en la que el conflictivo divorcio entre Michael Douglas y Kathleen Turner concluye con la autodestrucci¨®n mutua de la casa com¨²n. Y ese mismo es el destino que cabe esperar de la guerra pol¨ªtica, cultural y jur¨ªdica que a partir de ahora se va a desencadenar entre Barcelona y Madrid, concluyendo probablemente como el rosario de la aurora.
Para redondear el argumento, resulta evidente que esta decisi¨®n de optar por el divorcio contencioso, siempre cargado de riesgos para ambas partes, en lugar de preferir el mucho m¨¢s razonable divorcio de mutuo acuerdo, se ha adoptado para crear un artificial clima de polarizaci¨®n pol¨ªtica que exacerbe las pasiones etnoc¨¦ntricas del nosotros contra ellos y ellos contra nosotros. Con lo cual se espera favorecer el voto secesionista emocionalmente irracional en detrimento del mucho m¨¢s razonable voto econ¨®mico, que desaconsejar¨ªa un divorcio contencioso por ser mutuamente empobrecedor para ambas partes.
La sentencia del Estatut es lo que ha perjudicado al patriotismo constitucional hasta deslegitimarlo a juicio de buena parte de los catalanes
Todo ello con la pasividad del Gobierno central, que se ha limitado a seguir el juego del secesionismo contencioso al no hacer nada por reconducirlo hacia el mutuo acuerdo. Y de esta forma se produce una nueva vuelta de tuerca en el creciente deterioro y regresiva degradaci¨®n del patriotismo constitucional, si entendemos por ello el mayoritario apoyo ciudadano a los principios constitucionales de igualdad ante la ley y respeto a su imperio legal. Un patriotismo constitucional que impone la regla de oro de respetar los derechos de las dem¨¢s partes como condici¨®n a priori para poder ejercer los propios.
Es la regla de oro que est¨¢ violando el secesionismo contencioso catal¨¢n, al no respetar como debiera los derechos del resto de espa?oles. Pero si lo hacen as¨ª es porque consideran que sus propios derechos fueron violados en 2010, cuando el Tribunal Constitucional anul¨® a instancia del PP unos art¨ªculos del nuevo Estatut aprobado por todos los catalanes; art¨ªculos que sin embargo fueron respetados en otras reformas estatutarias como la andaluza o la valenciana. Y este maltrato diferencial es el que m¨¢s ha perjudicado al patriotismo constitucional hasta deslegitimarlo a juicio de buena parte de los catalanes, que ya no dudan en tratar de ejercer de facto sus propios derechos contenciosa y unilateralmente.
Enrique Gil Calvo es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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