Espiral de excesos verbales
El debate pol¨ªtico cae con demasiada frecuencia en exageraciones y desmesuras
Ni Espa?a trata a los catalanes como esclavos, ni el Gobierno catal¨¢n incurre en pr¨¢cticas nazis. Hay una gran distancia entre la esclavitud o el Holocausto y la situaci¨®n que se vive en Espa?a, por fortuna una democracia consolidada. Sin embargo, algunos dirigentes pol¨ªticos recurren con demasiada frecuencia a met¨¢foras y comparaciones excesivas que no aportan nada al debate y s¨ª emponzo?an el ambiente.
La ¨²ltima de las salidas de tono la ha protagonizado el presidente Artur Mas quien, en una pirueta verbal, ha comparado el proceso soberanista con la emancipaci¨®n de los esclavos. No es la primera vez que recurre a comparaciones de tama?a desmesura. Antes lo hab¨ªa hecho con la figura de Martin Luther King y su lucha por los derechos civiles en EE UU. Y en un viaje oficial a la India, Mas compar¨® impl¨ªcitamente la lucha pac¨ªfica de Gandhi para conseguir la emancipaci¨®n colonial de ese pa¨ªs con el proceso soberanista. El victimismo alcanza cotas rid¨ªculas cuando hasta en la felicitaci¨®n navide?a, el presidente Mas utiliza como ilustraci¨®n una alegor¨ªa del asedio de Barcelona de 1705. A cualquiera se le ocurrir¨ªan mil maneras m¨¢s felices de desear un feliz a?o nuevo.
Lamentablemente, declaraciones incendiarias se producen en muchos lados. No es de recibo que se compare, como han hecho varios dirigentes pol¨ªticos ¡ªentre ellos, presidentes y ex presidentes de CC AA de ambos partidos mayoritarios¡ª al nacionalismo catal¨¢n con el nazismo, ni a Mas con Hitler, ni las Diadas con las manifestaciones del Tercer Reich.
Tampoco lo es que el portavoz del Gobierno catal¨¢n tilde de ¡°macarra¡± al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, cuando este se niega a adelantar pagos del Fondo de Liquidez Aut¨®mica, ni que Montoro d¨¦ a entender que es ¨¦l quien graciosamente paga las facturas de los catalanes cuando en realidad son pr¨¦stamos a devolver con sus correspondientes intereses. Tan burda es la idea de que ¡°Espa?a nos roba¡± como la de que ¡°Catalu?a es rica porque explota a los espa?oles¡±. Hay que romper esta espiral de agravios y excesos porque, adem¨¢s de incurrir en el enga?o, crean resentimiento. Lo m¨ªnimo que se puede esperar de un pol¨ªtico es que sea respetuoso. Con la historia y con el adversario.
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