Una fuerza de la naturaleza actoral
Sergi L¨®pez disfruta hoy de su peculiar anonimato desde su pueblo natal, Vilanova i la Geltr¨². Tiene 60 t¨ªtulos cinematogr¨¢ficos a sus espaldas. Y mucho teatro. Ha vuelto a subir a los escenarios recientemente y ahora estrena nueva pel¨ªcula.
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A riesgo de caer en el t¨®pico, Sergi L¨®pez se mira las manos, gordezuelas, con dedos m¨¢s de labrador que de actor de cine, y exclama: ¡°Un jabal¨ª. Pienso mucho en ese animal. Le doy vueltas al asunto¡±. Un jabal¨ª escarba, atraviesa los campos de cereales y de girasoles pisando la mies y abriendo su camino; un jabal¨ª es rotundo, r¨¢pido, solo ataca si le hieren o se siente muy amenazado; un jabal¨ª siente suya su tierra; un jabal¨ª, si hablara, ser¨ªa de los que exclamar¨ªan: ¡°Al pan, pan, y al vino, vino¡±. Y todo eso est¨¢ en este tipo de Vilanova i la Geltr¨² ¨Cdonde vive a¨²n, desoyendo cantos de sirenas parisienses y barcelonesas¨C, que cumple hoy 48 a?os, que ya ha rodado 60 pel¨ªculas ¨Ccifra que ¨¦l repite con sonrisa p¨ªcara y ojos grandes¨C, que ya ha estado seis veces concursando en el Festival de Cannes (la ¨²ltima, este a?o, con Michael Kohlhaas) y que estrena Ismael, otra apuesta de Marcelo Pi?eyro por el dramote con buenos sentimientos, que juguetea con arrojarse al barranco del alm¨ªbar, pero que finalmente sale con brillantez adelante. A L¨®pez le ha tocado un papel que muchos pueden ver muy cercano a su car¨¢cter: el del amigo comprensivo del prota (Mario Casas), que en cuanto aparece la madre (Bel¨¦n Rueda) entra a matar con todo su encanto y su savoir faire para el g¨¦nero femenino. ¡°Hicieron algo que en m¨ª funciona: me dieron el guion y me dijeron que lo leyera. Nada de ¡®lo he escrito para ti¡±, cuenta durante este encuentro en Madrid con El Pa¨ªs Semanal. ¡°El guion es una pieza maestra de relojer¨ªa, porque todos los personajes han sufrido algo y aun as¨ª es una pel¨ªcula luminosa. ?Un papel cercano a m¨ª? En su manera de ver la vida, en su felicidad en las cosas sencillas, en su lado bufonesco, desde luego. Contemporiza, parece estar de vacaciones, se convierte en los ojos del espectador. Pero no se me dan tan bien las mujeres. Las llevo mejor cuando es un guion escrito. En mi vida soy supert¨ªmido. Yo tengo gracia en el acercarme, en la campechan¨ªa, en el sentirme cercano. Luego, coger una mano, ir a m¨¢s, ni de lejos. Con el tiempo vas mejorando, haciendo lo que puedes [carcajadas]. En la obra de teatro que represento ahora me quito la camiseta y paso una verg¨¹enza¡ Todo porque un d¨ªa lo hice en el ensayo y gust¨® el gesto¡±.
En la calle, el p¨²blico me conoce, sabe mi nombre, pero preg¨²ntales por una pel¨ªcula m¨ªa. No tienen ni idea. No me importa, de verdad"
Sesenta pel¨ªculas rodadas por todo el mundo, una imagen de actor europeo como pocos otros la tienen en el cine espa?ol: ¡°No se acaba de entender. Es una cosa inexplicable. Va pasando el tiempo y lo asumo poco a poco: hago cine, soy actor de cine, que es una expresi¨®n que me suena a marciana. A¨²n parece ayer cuando me dec¨ªan: ¡®Qu¨¦date en Francia, que te vendr¨¢ bien para tu carrera de cine¡¯. Y yo pens¨¦: ¡®?Mi carrera de qu¨¦? A lo sumo har¨¦ dos pel¨ªculas de inmigrante, tres con suerte¡¯. No s¨¦, no lo entiendo. Me va bien: en franc¨¦s tengo acento, en ingl¨¦s tengo acento, en espa?ol no estoy seguro [risas]¡ La cosa va durando. No entiendo por qu¨¦, pero s¨ª comprendo que las cosas que haces te abren puertas. La gente del cine va viendo mis trabajos y mi carrera se va alimentando. En la calle, el p¨²blico me conoce, sabe mi nombre, pero preg¨²ntales por una pel¨ªcula m¨ªa. No tienen ni idea. No me importa, de verdad¡±. El catal¨¢n nunca ha tenido reparos en viajar: en su filmograf¨ªa hay m¨¢s pel¨ªculas francesas que espa?olas ¨C¡°me cost¨® arrancar aqu¨ª; cuando empezaron a llamarme, pensaban que yo viv¨ªa en Par¨ªs¡±¨C, rodajes en Londres, Tokio¡ ¡°?C¨®mo no? ?No quer¨ªa ser actor? Pues vas adonde te llamen, que encima es chulo¡±. Puede que por eso tenga un C¨¦sar franc¨¦s, y ning¨²n Goya, aunque haya sido tres veces candidato. O que haya pisado m¨¢s veces el Festival de Cannes que el de San Sebasti¨¢n. ?Y eso c¨®mo se compagina con la familia en Vilanova? ¡°Mejor de lo que pensaba. Porque si eres el prota, como mucho est¨¢s fuera seis semanas. Y si no, son quince d¨ªas de trabajo y repartidos en tres meses. Y cuando estoy en mi pueblo tengo todo el tiempo para la familia y no como mi hermano, que trabaja al lado y est¨¢ todo el d¨ªa fuera. Procedo del teatro, ya estaba acostumbrado a eso de estar en un escenario en fin de a?o o el d¨ªa de Navidad o en fin de semana. Trabajas cuando los otros descansan¡±.
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El teatro. Sergi L¨®pez ha vuelto a ¨¦l con 30/40 Livingstone, coescrita, codirigida e interpretada en asombroso d¨²o con Jorge Pic¨®, su compa?ero de estudios en la escuela parisiense del m¨ªtico Jacques Lecoq: ¡°Era un sitio muy especial, porque no te ense?aban a interpretar, sino a generar cosas, a ser actor creador, huyendo de las rutinas como las del cine¡±. Hace a?os ya colaboraron en Non solum (aunque era un mon¨®logo de L¨®pez) y ahora est¨¢n de gira con ese prodigioso, bufonesco ¨Cen la sabia mezcla que esconde esa palabra de re¨ªr zahiriendo y meti¨¦ndose con el poder¨C 30/40 Livingstone. En la obra, L¨®pez, que no para de hablar, encarna al hijo de un juez que decide dejar todo atr¨¢s e irse a buscar, a encontrar ese algo m¨¢s que le pide su cuerpo. Y en ese proceso encuentra a un extra?o ser, mitad ciervo, mitad hombre (Pic¨®), que se expresa solo con gestos. En pantalla, L¨®pez es contenido; en la vida diaria le gusta expandir su cuerpo; en el escenario es un hurac¨¢n, un pulpo de m¨²ltiples brazos, un elefante, una gacela, un actor con un dominio absoluto de cada una de las partes de su f¨ªsico, que maneja con ductilidad. En un momento parece pesar 20 kilos menos; en otro, 20 m¨¢s; pasa de la adolescencia a la vejez en un chasquido de dedos. Y se burla, se burla, se burla. De todos: de los corruptos, los arrogantes, los inocentes, los listillos, los cre¨ªdos, de la bondad ajena y de la idea rousseauniana del hombre natural, de los cu?ados trepas¡ El humor, usado para algo m¨¢s. A L¨®pez le apasiona, pero no puede disfrutarlo completamente: el d¨ªa del estreno de su temporada madrile?a sufri¨® encanta el teatro. Empec¨¦ con otra obra a dos con Toni Alb¨¤, que empez¨® a hacerse conocido por la televisi¨®n. Y a m¨ª comenzaron a llamarme para cositas de cine. As¨ª que a veces la representaba yo con un sustituto, y otras, ¨¦l con el sustituto. Me lleg¨® Western [1997], el viaje a Cannes. Hubo un momento en que lo tuvimos que dejar porque la gente iba a ver la obra del Toni y del Sergi [se le escapa el catal¨¢n, su lengua materna], y aquello era un cachondeo, nunca est¨¢bamos uno de los dos¡±. Estuvo tres a?os sin hacer teatro, por miedo a no poder cumplir los compromisos. ¡°Pero me bull¨ªa, me bull¨ªa, Jorge Pic¨® y yo hablamos y naci¨® Non solum. En el teatro, t¨² arrancas las cosas; en el cine debes esperar a que te llamen. Ya puedes decirle a un director de cine todo lo que te encantar¨ªa trabajar con ¨¦l, que si no te telefonea¡¡±. Suena el m¨®vil de L¨®pez, lo que provoca una carcajada. Es su novia. ¡°Mis hijos se r¨ªen de este cacharro. No tiene ni Internet. Bueno, ellos tambi¨¦n pierden los suyos¡±. Se pone las gafas, suspirando por tener que usarlas, mira la pantalla, responde, y lucha, brega contra el teclado y el men¨². No cambiar¨¢ a una tecnolog¨ªa superior.
Con el tiempo, L¨®pez dice que ha ido encontrando su sitio, su lugar en la industria, que se reconoce en lo que hace. A pesar de que el cine sea un arte incontrolable, insondable para un actor: ¡°El cine tiene algo de misterioso. C¨®mo el montaje cambia todo lo que hayas hecho bien o mal en el rodaje. Qu¨¦ pones, qu¨¦ quitas. Es fascinante. Aqu¨ª el actor s¨ª que est¨¢ al servicio de otro, subordinado a los gustos de otros. Y me parece bien. No tengo quejas. No hay f¨®rmula que explique qu¨¦ funciona o qu¨¦ no. Bueno, como la vida. Te puedes tirar toda la vida queriendo algo y nunca lo logras, y en cambio obtienes otras recompensas. O cuando ya parece que tu objetivo es inalcanzable, te viene por otro lado¡ Mira, en Francia se ha generado una idea de m¨ª curiosa: creen que soy franc¨¦s, formo parte de su imaginario colectivo. Y todo es por el cine. Lo que se vio en pantalla, lo que se cay¨® en la mesa de montaje, los estrenos que tuvieron ¨¦xito y los que no, todo eso conforma la imagen que tienen de m¨ª. Solo conozco a alguien que te cuenta una peli, que es igual en guion, que es id¨¦ntica en rodaje y que es igual en pantalla: Guillermo del Toro. Hasta era capaz de saber lo que iba a recaudar. Por eso es un genio. Sin embargo, el resto es un misterio. Ruedas una pel¨ªcula que crees que no significar¨¢ nada, y crece y crece. Hay algo, hay algo¡ No s¨¦¡±.
En Francia empez¨® haciendo de buen t¨ªo y de emigrante. ¡°Lleg¨® Harry, un amigo que os quiere, y me cambi¨® la carrera, porque all¨ª fue un fen¨®meno. Sobre todo en la calle. De repente me tocaron los personajes marcianos, esos que no sab¨ªan a qui¨¦n ofrecer. Pensaban que con mi acento era dif¨ªcil saber de d¨®nde proced¨ªa. Como no vivo all¨ª, encima no tengo presencia medi¨¢tica, ni saben si tengo hijos¡ S¨ª que trabajo mucho con Manuel Poirier, que es con quien yo he ido de la mano en el cine, y que tiene su p¨²blico de autor¡±.
En Espa?a tampoco se sabe algo m¨¢s. ¡°Con 30/40 Livingstone, la gente me dice: ¡®?Si haces el payaso!¡¯. Pues claro, es que siempre lo he hecho. Mis amigos del teatro de toda la vida, cuando me ven en el cine, se parten y me echan en cara si voy de actor serio, que si no se tragan que vaya de sensible o de asesino. Igual por la calle: como hago cine en Francia, que suena a elitista, no saben muy bien qu¨¦ pensar de m¨ª¡±. Y lo mismo le pasa en su carrera. ¡°Como recuerdan Solo m¨ªa, Harry, un amigo que os quiere y El laberinto del fauno, me adjudican el rol de villano, y solo he encarnado a malvados en cinco de mis sesenta pel¨ªculas¡±.
Soy el famoso del pueblo, claro, pero tomo el caf¨¦ en el bar, soy una palmera m¨¢s de la plaza. ?Sabes qui¨¦nes flipan? Los turistas franceses. De repente me ven y se sorprenden"
Solo hay un sitio donde s¨ª saben c¨®mo es Sergi L¨®pez: Vilanova i la Geltr¨². ¡°All¨ª formo parte del paisaje. Soy el famoso del pueblo, claro, pero tomo el caf¨¦ en el bar, soy una palmera m¨¢s de la plaza. ?Sabes qui¨¦nes flipan? Los turistas franceses, que de repente me ven y se sorprenden, mientras que el resto de los clientes del bar se r¨ªen¡±. Tambi¨¦n es el pueblo de sus sinsabores. Durante cuatro a?os, hasta 2012, el actor era uno de los tres due?os del restaurante Negrefum, una apuesta por el producto de kil¨®metro cero, el local y de temporada, y por comer sin prisas. Tuvieron que cerrar. ¡°Fue una frustraci¨®n. Pens¨¦ que iba a durar. No quer¨ªamos vivir de ello, sino montar un sitio de referencia, de encuentro gastron¨®mico. Ten¨ªamos margen¡ pero empezamos a perder, a perder. Y a¨²n arrastraremos eso un tiempo¡±. A L¨®pez le encanta comer. Con El laberinto del fauno, Del Toro le hizo adelgazar 14 kilos. ¡°Me hubiera encantado quedarme en ese peso. Pero est¨¢n los jamones, el lomo embuchado. Y mientras pensaba si adelgazar de nuevo, segu¨ªa comiendo. Mira, aqu¨ª estamos, hablando de perder peso mientras comemos¡±.
Desde abril, Sergi L¨®pez es vicepresidente de la Acad¨¨mia del Cinema Catal¨¤. ¡°Me met¨ª en la academia porque me gustaba la idea que me propon¨ªan: incentivarla como lugar de encuentro de colectivos, con ganas de aunar esfuerzos varios, de apoyar iniciativas, de reunirse con gobernantes para sacar adelante leyes. No me ocupa mucho tiempo, pero m¨¢s del que me esperaba¡±. El actor no esconde su independentismo, que le alimenta desde cr¨ªo: ¡°Es un momento en que la gente en Catalu?a se est¨¢ moviendo mucho. Me interesa esa posibilidad de hacer un pa¨ªs nuevo, y estar en la academia te permite se?alar las cosas que no est¨¢n bien y que se podr¨ªan mejorar. Aprovechemos este empuje. Creo que todo va ligado: lo que ocurre en Catalu?a ¨Cque reconozco que conlleva una aspiraci¨®n identitaria¨C, en el resto de Espa?a, en Grecia, en Ucrania, esta sensaci¨®n de que la gente de la calle se plantea el cambio de las cosas, que esto no va bien. Por eso no vale una independencia para repetir los mismos manidos esquemas de poder. Creo en plantearnos preguntas, en buscar soluciones que apoyen al colectivo, porque hoy d¨ªa muy poca gente decide muchas cosas¡ y encima se beneficia de ellas. Romper con las ¨¦lites actuales. La independencia de Catalu?a no puede ser un sitio al que llegar, sino un punto de partida. Es una oportunidad de oro, siempre que no repitamos modelo o nos marquen ese nuevo modelo los que crearon el anterior. A lo mejor sueno a inocente, pero es que el sistema capitalista ha fracasado, y emerge el asambleario. Que lo m¨¢s subvencionado en Espa?a sean los bancos, es evidente, ?no? Algo no cuadra. ?Cambiar para que nos sigan gobernando los bancos alemanes? Eso no es independencia ni es nada¡±.
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