Erotismo para mujeres, hombres y viceversa
¡®?Nos acostamos?¡¯, la novela er¨®tica de Andrea Hoyos, retoma en Espa?a el testigo de ¡®Cincuenta sombras de Grey¡¯, aunque en sus p¨¢ginas reniega de la exitosa saga. Pero, sobre todo, despierta el eterno debate: ?literatura sexual para hombres, para mujeres o todos revueltos?
¡°Cuando un hombre opina sobre asuntos de mujeres lo m¨¢s probable es que meta la pata en nueve de cada diez cosas que diga. Y que la otra sea mentira¡±. As¨ª de tajante se mostraba un experimentado cr¨ªtico literario a la pregunta de cu¨¢les son los t¨®picos que funcionan en la novela er¨®tica. El punto de partida era el reciente lanzamiento de ?Nos acostamos?, de Andrea Hoyos, pseud¨®nimo -o m¨¢s bien alter ego- de una autora que bien podr¨ªa ser la representante en Espa?a del boom que viven en todo el mundo los libros de tem¨¢tica concupiscente¡ ?y femenina?
¡°Quisieron vendernos Cincuenta sombras de Grey como un libro dirigido a mujeres, pero yo no me lo trago; un hombre se puede poner igual de cachondo ley¨¦ndolo. Digamos que es una novela que compran ellas, pero que sus parejas les cogen despu¨¦s de la mesilla para le¨¦rselo¡±, reflexiona un escritor que prefiere no dar su nombre. Opina que en este g¨¦nero no hay t¨®picos que funcionan, a diferencia del polic¨ªaco o el de ciencia ficci¨®n, sino que todo se basa ¡°en la capacidad de ser descriptivo, de trasladar fielmente la imagen de un polvo al lector¡ o lectora¡±.
?Nos acostamos?, seg¨²n su autora, ¡°es una novela metaliteraria que reflexiona [en forma de cr¨ªtica corrosiva] sobre el boom de Cincuenta sombras de Grey¡±. El libro juega al despiste, y a quien lo lee no le acaba de quedar claro si asiste a vivencias reales de la escritora, de la escritora detr¨¢s de la propia escritora o de un personaje totalmente ficticio. Pero eso es casi lo de menos, porque en sus p¨¢ginas hay lo que promete su portada: sexo a raudales. Tal vez un sexo menos high tech que el que describ¨ªa la superventas E.L. James, pero sexo, al fin y al cabo, y muy bien contado.
El enfoque de la novela de Andrea Hoyos es femenino, indudablemente, porque viene dado por el personaje, pero la historia puede calar en cualquier hombre heterosexual, m¨¢s si se tiene en cuenta que la protagonista, en muchos de sus affaires, se excita precisamente d¨¢ndoles ¡°lo que a ellos les pone¡±. Y m¨¢s all¨¢ de la cama, aunque tambi¨¦n entre s¨¢banas, Andrea plantea el porqu¨¦ de la continua b¨²squeda del placer sexual, con respuestas dispares: por el mero trueque (conseguir de la otra persona un bien material), para no sentirse sola, por el morbo de experimentar con lo desconocido y por el otro morbo, el minimalista, el del polvo r¨¢pido en un cuarto de ba?o p¨²blico.
Cincuenta sombras de Grey juega en un terreno m¨¢s complaciente, seg¨²n el soci¨®logo y editor de Lengua de Trapo, Jorge Lago. ¡°Conecta con la fantas¨ªa de la ama de casa y la recrea sin romperla. Es un ocio conformista y complaciente, domestica el deseo en lugar de llevarlo m¨¢s all¨¢. Da rienda suelta a la imaginaci¨®n, pero no cuestiona temas muy pacatos de la sociedad burguesa¡±. Lago pone el ejemplo contrario: Las aventuras de Mim¨ª Akcentijevic, un libro ¡°un poco escandaloso que analiza c¨®mo deseamos, cu¨¢les son nuestros objetos de deseo y a qu¨¦ nos conducen¡±.
La literatura er¨®tica era un g¨¦nero de nicho, pero no por guarra, sino por barata, y ahora tiene un mejor posicionamiento, ya no te averg¨¹enzas de leer este tipo de novelas"
Entonces, ese fen¨®meno de la novela er¨®tica para mujeres que tanto se pregona ahora y los medios nos venden como novedad, ?es real? ?es nuevo? ¡°Para empezar, no es actual; a ellas siempre les ha gustado leer sobre sexo, ya a principios del siglo pasado se pasaban de mano en mano Lady Chatterley, cuando fue prohibido por sus escenas expl¨ªcitas¡±, comenta el scout literario Jose Hamad. ¡°A las mujeres siempre les ha gustado la narrativa er¨®tica tanto como a los hombres, salvo en el caso de algunas obras puntuales como El marqu¨¦s de Sade; lo que est¨¢ cambiando ahora con novelas como Cincuenta sombras de Grey y ?Nos acostamos? es el envoltorio, empezando por la portada. Ya no se relaciona a este g¨¦nero con la novela rosa, ahora las cubiertas llevan un dise?o m¨¢s oscuro, m¨¢s sofisticado, lo mismo que lo que se cuenta dentro, y las mujeres en el metro ya no forran estos libros con papel de peri¨®dico. Lo que cambia en todo esto es que antes era una literatura de nicho, pero no por guarra, sino por barata, y ahora tiene un mejor posicionamiento, ya no te averg¨¹enzas de leer este tipo de novelas¡±.
Para la sex¨®loga Lorena Berd¨²n, ¡°el boom de novelas como Cincuenta sombras de Grey no tiene que ver con el tema er¨®tico estrictamente; "le ha tocado a una novela er¨®tica, como le toc¨® en su momento a Crep¨²sculo o Harry Potter, por ejemplo. La novedad de todo esto no es que nos guste m¨¢s la novela er¨®tica, sino que no nos cuesta decir en alto lo que estamos leyendo¡±.
Otro de los t¨®picos que ahora se ponen en entredicho es el contrario: ?existe un boom de literatura er¨®tica para hombres? El director de la revista Qu¨¦ Leer, Antonio G. Iturbe, se inclina por el no: ¡°La colecci¨®n Sonrisa vertical, una iniciativa con el marchamo de calidad de la editorial Tusquets, tuvo incluso que cancelar su premio literario hace diez a?os por el escaso inter¨¦s de las obras presentadas. De los ¨²ltimos diez premios, ocho estaban escritos por hombres¡±, asegura.
El editor de Lengua de Trapo a?ade que es un t¨®pico irreal que el erotismo, ya sea en literatura o en cine, est¨¦ enfocado fundamentalmente al p¨²blico masculino. ¡°Vivimos en una sociedad patriarcal y machista y los modos de representaci¨®n literarios lo reproducen, eso es todo. Pero tambi¨¦n hay espacios para propuestas menos patriarcales, que te ponen frente a tus propios deseos y te hacen plante¨¢rtelos¡±, afirma Lago.
Lo que est¨¢ claro es que el debate sobre si la novela er¨®tica tiene g¨¦nero sigue plantado en nuestra sociedad, y avanza con pies de plomo. El doctor en Psicolog¨ªa Andr¨¦s Arriaga, no lo duda: ¡°Si en 2013 a¨²n estamos dando vueltas a este asunto es porque, de alguna manera, la sociedad se siente algo inc¨®moda ante fen¨®menos literarios como estos y existe cierta tendencia a pensar que las mujeres est¨¢n en un proceso de ¡®hiperexposici¨®n¡¯, lo que no deja de ser una forma velada de seguir teniendo prejuicios¡±.
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