La revancha final de Danny DeVito, el ¡®bajito gracioso¡¯ de Hollywood que r¨ªe el ¨²ltimo a los 80
El actor completa su octava d¨¦cada en el mundo convertido en un productor de olfato gracias a cl¨¢sicos como ¡®Pulp Fiction¡¯, con su sentido del humor intacto y viviendo una segunda edad de oro televisiva en ¡®Colgados en Filadelfia¡¯
El primer episodio de Taxi (1978), la serie que le vali¨® a Danny DeVito (Neptune, Nueva Jersey, 80 a?os) el premio Emmy y el Globo de Oro, se articulaba sobre un chiste visual: el desp¨®tico y beligerante personaje que aparec¨ªa, en primer lugar, gritando e imponi¨¦ndose a todo el mundo desde su cabina sal¨ªa de ella a mitad de episodio, se pon¨ªa en pie y resultaba medir 1,47 metros. En aquel momento, el golpe de efecto funcion¨® porque DeVito era un desconocido para los espectadores. Ahora el c¨®mico, que cumple 80 a?os este domingo, no es solo uno de los rostros m¨¢s populares de Hollywood, sino tambi¨¦n uno de los actores m¨¢s queridos por p¨²blicos de edades muy diferentes, gracias a sus continuados ¨¦xitos a lo largo de las d¨¦cadas. Y con su estatura, evidentemente, como elemento inseparable de su imagen estelar.
DeVito vive ahora una nueva edad de oro otra vez de la mano de la televisi¨®n: en 2006, se incorpor¨® a la segunda temporada de la serie de culto Colgados en Filadelfia, que en Espa?a puede verse a trav¨¦s de Disney+. La sitcom est¨¢ cerca de alcanzar los 20 a?os de emisi¨®n y de convertirse en la comedia de acci¨®n real con m¨¢s temporadas de la historia de la ficci¨®n estadounidense, si se materializa la renovaci¨®n firmada con la cadena FX. Su papel de Frank Reynolds, el chanchullero padre de dos de los protagonistas, se ha convertido en una de las grandes creaciones humor¨ªsticas de su carrera, una s¨ªntesis perfecta de su habilidad para los personajes mezquinos que, a pesar de los extremos de miseria que puedan alcanzar, siempre caen simp¨¢ticos. Tambi¨¦n acaba de participar en Bitelch¨²s Bitelch¨²s, de estrenar en Estados Unidos (en formato dom¨¦stico) la comedia navide?a A Sudden Case Of Christmas y de volver a otra de las comedias m¨¢s longevas de la historia, Los Simpson, para el regreso en la ¨²ltima temporada de Herb, el hermano de Homer, al que da voz en la versi¨®n original.
¡°Pasa tambi¨¦n con Chevy Chase en Community [2009]. Son actores que para una generaci¨®n est¨¢n asociados a un determinado tipo de humor o programa y, d¨¦cadas despu¨¦s, reaparecen con reconversiones de sus arquetipos, asimilados en relatos m¨¢s contempor¨¢neos. Y, sobre todo, se les nota muy c¨®modos en esos registros. Se est¨¢n divirtiendo haciendo lo que hacen¡±, opina, preguntado por ICON, el cr¨ªtico Ezequiel Boetti, autor de Nueva Comedia Americana: Re¨ªr en el cine del siglo XXI (Paid¨®s, 2018).
Aunque DeVito es parte de una generaci¨®n anterior a los actores que conformaron el movimiento llamado Nueva Comedia Americana, Boetti cree que su influencia es constatable, entre otros, en ¡°la negrura¡± de sus trabajos como director. ¡°Cuando uno ve sus pel¨ªculas hay una cierta apelaci¨®n a lo oscuro, a personajes que son por momentos bastante detestables, como la vecina de Duplex [2003] o la madre de Tira a mam¨¢ del tren [1987]. Son comedias que, m¨¢s que gracia, causan una incomodidad bastante importante¡±.
Porque DeVito, que se abri¨® paso en Hollywood con comedias que muchas veces basaban su concepto en el aspecto f¨ªsico del actor ¨Ccomo Los gemelos golpean dos veces (1988), donde Arnold Schwarzenegger era el resultado de un experimento gen¨¦tico para crear al hombre ideal y ¨¦l, su hermano gemelo, ¡°la basura sobrante¡±¨C, eventualmente se erigi¨® tambi¨¦n en cineasta de prestigio. Suyo es un cl¨¢sico del cine estadounidense de los ochenta como La guerra de los Rose (1989), otra comedia negr¨ªsima, sobre el tortuoso proceso de divorcio de un matrimonio supuestamente mod¨¦lico (Michael Douglas y Kathleen Turner, en dos de los mejores papeles de sus filmograf¨ªas), y una de las mejores adaptaciones al cine de Roald Dahl, Matilda (1996), donde tambi¨¦n se reserv¨® interpretar al zafio padre de la ni?a prodigio protagonista. En 1991 un art¨ªculo de The New York Times que se refer¨ªa a ¨¦l como ¡°el nuevo Robert Redford¡± dec¨ªa: ¡°En Hollywood, un buen guion es un guion que a Danny DeVito le gusta, un mal guion es un guion que a Danny DeVito no le gusta y un guion que necesita trabajo adicional es un guion sobre el que Danny DeVito est¨¢ meditando¡±.
Su olfato est¨¢ fuera de duda: como productor, sac¨® adelante nada menos que Pulp Fiction (1994), Gattaca (1997), Un romance muy peligroso (1997), Man On The Moon (1999) o Erin Brokovich (2000). Tambi¨¦n tiene un t¨ªtulo adicional como director que nunca ha visto la luz, St. Sebastian, una pel¨ªcula de terror apocal¨ªptico oficialmente rodada en 2012 y jam¨¢s estrenada, sin explicaciones oficiales. El periodista Ezequiel Boetti vincula su talento como director a la soltura con la que se mueve en sus repartos corales: rara vez es la estrella absoluta de un veh¨ªculo a su servicio, sino alguien que tambi¨¦n favorece generosamente el lucimiento c¨®mico de sus compa?eros: ¡°Es interesante, porque muchas veces la figura del c¨®mico central es demasiado absorbente, como sucede con Adam Sandler, cuyas pel¨ªculas est¨¢n construidas alrededor de ¨¦l. Las pel¨ªculas de Danny DeVito son diferentes, m¨¢s de jugar en equipo, que todo recaiga en el conjunto y en las situaciones. Es dif¨ªcil encontrar esa figura del c¨®mico todoterreno en el panorama actual. En sus pel¨ªculas como director, ¨¦l termina meti¨¦ndose por gusto, para encargarse de un personaje sin tanto peso narrativo, m¨¢s testimonial. Disfruta dirigiendo, produciendo, llevando la orquesta sin necesidad de tocar todos los instrumentos¡±.
El cuerpo del delito
En su ensayo El cuerpo de Danny DeVito, publicado en 2008 en la revista Genders, el doctor Michael Tavel Clarke, profesor de literatura y cultura estadounidense de la Universidad de Calgary (Canad¨¢), reflexionaba sobre si el ¨¦xito de DeVito se hab¨ªa producido a pesar de la discriminaci¨®n a las personas de baja estatura, como se dir¨ªa en un relato de superaci¨®n, o, al contrario, gracias a c¨®mo esos atributos f¨ªsicos jugaron una funci¨®n vital para el cine de Hollywood. Ello, por supuesto, sin dejar de lado su ¡°innegable talento¡±. Clarke argumenta que las comedias de DeVito, desde una perspectiva carnavalesca, suelen usarle como depositario de un poder masculino que, como persona de baja estatura, seg¨²n la norma social no deber¨ªa corresponderle.
¡°Los personajes de DeVito representan con frecuencia una amenaza para las relaciones de poder y la normatividad masculina. Las ansiedades sobre la erosi¨®n del poder blanco, heterosexual y masculino encontraron perfecta articulaci¨®n en el cuerpo de DeVito¡±, escribe. ¡°De la misma manera, su cuerpo es tambi¨¦n donde se representa la restauraci¨®n del statu quo. (...) un hombre blanco cuya masculinidad se representa como desviada, antinatural, constituida simult¨¢neamente por la deficiencia y el exceso. Este desplazamiento sirve para sanear la normatividad masculina¡±.
Preguntado por ICON, Clarke, que tambi¨¦n cree que muchas aproximaciones de los medios al int¨¦rprete est¨¢n recorridos por un paternalismo que se toma su ¨¦xito como un chiste, dice que esa din¨¢mica ¡°es el subtexto de muchos de sus trabajos, evidente en pel¨ªculas como C¨®mo conquistar Hollywood [1995, donde llega a aparecer posando como Napole¨®n] o Con el dinero de los dem¨¢s [1991]¡±. ¡°No creo que DeVito haya trascendido los estereotipos culturales que dominan nuestra percepci¨®n de los hombres bajitos, y dudo que ning¨²n actor sea capaz de hacerlo mientras esos estereotipos existan. Lo mejor que uno puede esperar es que se contrarresten y modifiquen, y DeVito lo hace a veces¡±, reflexiona.
Para el profesor, un actor que ha heredado parte de ese rol es Kevin Hart, el coprotagonista de Un esp¨ªa y medio (2016) junto a Dwayne Johnson, mientras que otro actor contempor¨¢nea de baja estatura, Peter Dinklage, s¨ª ha sido tratado de manera m¨¢s respetuosa, aunque al margen de las comedias.
?Es DeVito eso que ahora llaman ¡°rey bajito¡± (short king), la moda supuestamente inclusiva de considerar atractivos a hombres que no son altos? ¡°La idea de que Jeremy Allen White o Tom Holland [frecuentes receptores de la etiqueta] sean reyes bajitos es curiosa. Ambos est¨¢n en el promedio de altura de los hombres del mundo. Las implicaciones para los hombres verdaderamente bajitos no son buenas. El concepto expresa una sorpresa fundamental hacia que un hombre bajo pueda ser atractivo o rom¨¢nticamente potente¡±.
Feliz senectud
El c¨®mico y director ha alcanzado los 80 a?os separado de la que ha sido su mujer durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, la actriz Rhea Perlman, que interpretaba a su propia esposa en Matilda. Seg¨²n han declarado ambos, lo dejaron de manera amistosa, no est¨¢n divorciados, siguen vi¨¦ndose y se llevan mucho mejor que en los ¨²ltimos a?os de su relaci¨®n. Ambos se conocieron cuando daban sus primeros pasos en la interpretaci¨®n y actuaron juntos en obras para el Colectivo Feminista de Dramaturgas de Westbeth, uno de los primeros grupos de teatro feministas de Estados Unidos. En una entrevista de 2019 para The New York Times, la periodista Maureen Dowd brome¨® con DeVito pregunt¨¢ndole si, con su nueva vida de soltero, se hab¨ªa abierto cuenta en Tinder. ¡°?A¨²n conf¨ªo en la amabilidad de los extra?os!¡±, respondi¨®, entrando al juego.
La entrevista abordaba las inquietudes del actual DeVito: muchas en lo concerniente al ¨¢mbito pol¨ªtico (ha apoyado activamente al ala m¨¢s izquierdista del Partido Dem¨®crata, representado por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez), pero matizadas por un af¨¢n de despreocupaci¨®n y tranquilidad que, aseguraba, ha llevado por bandera en su vida profesional, insistiendo en la necesidad de que los ocupantes de la Casa Blanca (en aquel momento, la primera administraci¨®n de Trump) abandonasen sus cargos y se fuesen simplemente a pescar. ¡°[En este momento] solo busco una buena historia, un buen libro, un buen guion, trabajar con gente que me guste, ir a cenar, irme de vacaciones, pasarlo bien, vivir sin estr¨¦s y votar a Bernie Sanders¡±, dec¨ªa, en lo que podr¨ªa sonar al ¨¦pico principio de un moderno manifiesto.
En lo relativo a trabajar con gente que le gusta, el a?o pasado coincidi¨® sobre los escenarios de Broadway con su hija, Lucy DeVito, en la obra I Need That, por la que recibieron notables cr¨ªticas. Su condici¨®n de ¨ªdolo de internet ha desembocado tambi¨¦n en raros fen¨®menos como el de la gente que pinta sus furgonetas (van, en ingl¨¦s) con su rostro para llamarlas Vanny DeVito o incluso en libros er¨®ticos para colorearle, como The Regular Adventures Of Danny DeVito: The Coloring Book, publicado el pasado a?o. En la ¨²ltima edici¨®n de los ?scar goz¨® de raci¨®n correspondiente de nostalgia al aparecer junto a Arnold Schwarzenegger para homenajear tanto el 35? aniversario de Los gemelos golpean dos veces como sus respectivos papeles como villanos de Batman.
El Ping¨¹ino, el rol que recay¨® sobre DeVito en Batman vuelve (1992) ha sido ahora asumido por Colin Farrell, que le ha interpretado tanto en la pel¨ªcula The Batman (2022) como en la reci¨¦n estrenada serie de Max El Ping¨¹ino. En un v¨ªdeo para Vanity Fair en el que aceptaba someterse a un detector de mentiras, DeVito, bajo presi¨®n, admiti¨® socarronamente que su Ping¨¹ino para Batman vuelve le parec¨ªa mejor.
Para quien quiera disfrutar de un nuevo acercamiento del int¨¦rprete al personaje, DeVito se atrevi¨® a firmar en 2021 un c¨®mic para DC, dentro de la serie Gotham City Villains. A diferencia de lo que suced¨ªa en la pel¨ªcula de Tim Burton, en esta versi¨®n el villano era una especie de Robin Hood moderno que robaba a los ricos y s¨ª lograba satisfacer un sue?o personal: seducir a Catwoman.
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