Silencio en los colegios mayores
Las residencias pierden estudiantes por el descenso del nivel adquisitivo de la clase media Los centros m¨¢s elitistas mantienen o aumentan el n¨²mero de colegiales
En la habitaci¨®n no queda nada. Ni s¨¢banas revueltas. Ni libros. Ni apuntes. De las fotos y los recuerdos que llenaban las paredes, solo permanecen las marcas de las chinchetas. El colegio mayor San Juan Evangelista, conocido como? El Johnny, ha perdido este curso 160 de los m¨¢s de 400 estudiantes que antes llenaban sus instalaciones. Pero no es el ¨²nico.?El Covarrubias y El SEPI, entre otros, viven la misma situaci¨®n. El caso m¨¢s dram¨¢tico en Madrid es el del Santa Mar¨ªa del Estudiante, que ha cerrado sus puertas. Ya no quedan alumnos. Los de clase media ya no llegan. Los estudiantes de las ¨¦lites econ¨®micas, por contra, siguen llenando residencias exclusivas.
"Es una ¨¦poca complicada para las familias. El alto coste de los colegios y de las matr¨ªculas hace que la gente se plantee m¨¢s si puede mandar a sus hijos a Madrid", analiza Sergio Canales, director adjunto de El Johnny. ?l con 27 a?os y excolegial, ha vivido el cambio que ha tra¨ªdo la crisis al edificio semicircular de hormig¨®n oscuro, situado a cinco minutos de Ciudad Universitaria. Este a?o han recibido 350 solicitudes. Hace siete eran m¨¢s del doble. "Y eso que es uno de los m¨¢s baratos", apostilla Canales. La cuota mensual oscila entre 858 y 913 euros, seg¨²n el tipo de habitaci¨®n.
En la cafeter¨ªa del colegio apenas se oye nada a las nueve de la noche. "El ambiente que se viv¨ªa en El Johnny era incre¨ªble", recuerda Ana Ja¨¦n detr¨¢s de la barra. "A estas horas siempre estaba llena. Hac¨ªamos una caja de unos 600 euros diarios y ahora, si llegamos a 150, gracias", revela la camarera, que lleva 20 a?os trabajando en el colegio mayor. El ruido de la puerta llama su atenci¨®n.
¡ª Ponme un bocata de lomo.
¡ª En seguida.
Ana se pone manos a la obra y Luis Miguel Gonz¨¢lez se sienta a esperar en uno de los taburetes de madera carcomida, reflejo del casi medio siglo de historia que lleva el colegio a sus espaldas. "Vine aqu¨ª por la fama que tiene", cuenta el joven de 18 a?os. El San Juan Evangelista es uno de los referentes de la vida universitaria desde la dictadura, erigido como cuna de la lucha antifranquista y m¨¢s tarde estandarte de la cultura madrile?a. Su festival de jazz, uno de los m¨¢s antiguos de Espa?a, ha conseguido celebrar en octubre su 32? edici¨®n, a pesar de las dificultades econ¨®micas. "El esp¨ªritu de El Johnny sigue vivo, pero est¨¢ escondido. Volver¨¢ a subir", pronostica la empleada asomando la cabeza a trav¨¦s de la puerta de la cocina.
La mentalidad de los colegiales es de exigir, no de construir Excolegial del SEPI
A pocos metros de distancia, se alza el Fundaci¨®n SEPI, m¨¢s conocido por el sobrenombre que le ha dado el color de sus paredes: El Negro. El curso pasado hab¨ªa 15 habitaciones vac¨ªas de un total de 156. Ahora ya son 30. "Tuvimos 117 renuncias de alumnos que hab¨ªan sido admitidos", confiesa el subdirector, Juan Jos¨¦ S¨¢nchez. "Si la gente encuentra un colegio con las mismas instalaciones y servicios pero con una cuota inferior, se va a ese".
Mixto desde 2005, acog¨ªa tradicionalmente a hijos de funcionarios y clase media. Pero la reforma de tres a?os de duraci¨®n que comenz¨® en 2002, en plena burbuja inmobiliaria, ha supuesto que el precio pr¨¢cticamente se duplique en 10 a?os. Pas¨® de cerca de 700 euros mensuales a 1.317. Esto, seg¨²n algunos excolegiales, ha hecho que cambie el perfil de los estudiantes. "Solo hace falta mirar el aparcamiento. Antes hab¨ªa un Seiscientos y un Seat Panda y ahora un Audi y un BMW", cuenta ?lvaro Doncel, de 29 a?os, residente antes y despu¨¦s de la reforma. "Con el dineral que se paga, la mentalidad de los colegiales es de exigir, no de construir", opina Samuel Rodr¨ªguez, quien tambi¨¦n vivi¨® el cambio. "Cuando est¨¢s pagando esta pasta, te crees con el derecho de demandar todo lo que quieras".
Otros colegios dirigidos tambi¨¦n a un perfil de clase media, como el Chaminade ¡ªcon una cuota de 928 euros al mes¡ª o el Loyola ¡ª1.162 euros¡ª , han conseguido llenar las plazas, aunque las listas de espera, antes interminables, se han reducido notablemente. Las solicitudes han bajado apr¨®ximadamente un 10% en ambos. Pero lo que m¨¢s se nota, seg¨²n sus reponsables, es el descenso en el n¨²mero de a?os que los estudiantes permanecen en el centro. "Ahora se quedan tres a?os de media; antes, cinco o seis", comenta el director del Loyola, Jos¨¦ Manuel Burgue?o. Hay dos causas: la menor duraci¨®n de la mayor¨ªa de las carreras universitarias con la entrada del Plan Bolonia y la generalizaci¨®n de las becas Erasmus. El subdirector del Chaminade, Sergio Su¨¢rez, admite, sin embargo, que la crisis ha afectado principalmente a la clase media, de cuyos hijos se abastecen. Y con la bajada del alquiler, instalarse en un piso resulta m¨¢s barato. Factores que tambi¨¦n influyen al Covarrubias, con cuatro habitaciones libres este curso.
"El caso m¨¢s extremo ha sido el del Santa Mar¨ªa del Estudiante", cuenta Burgue?o. "El a?o pasado estaba al 50% de su capacidad o menos y este a?o ni siquiera ha abierto". Su precio era de 961 euros al mes. De este colegio, adscrito como el resto a la Universidad Complutense de Madrid y cuyo lema era La sabidur¨ªa edific¨® para s¨ª esta casa, solo queda la fachada. A la espera de que la empresa Resa lo reforme y vuelva a darle vida, los flexos de sus 200 habitaciones seguir¨¢n apagados.
El Johnny no puede cerrar, antes que cierre el Museo del Prado Camarera del San Juan Evangelista
El San Pablo CEU, adscrito a la universidad privada del mismo nombre e impulsado por la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas, permanece imperturbable ante la crisis. Al contrario de lo que le est¨¢ pasando al resto de colegios, el imponente edificio de ladrillo rojo y columnas de hormig¨®n ha recibido m¨¢s de 200 solicitudes de admisi¨®n, lo que supone un ligero aumento respecto al pasado curso. "Se dirige a una franja social m¨¢s concreta, a gente que no tiene problemas de dinero", reconoce su subdirector, Juan Jos¨¦ Varela. Los preuniversitarios deben abonar 30 euros solo para tener derecho a que les entrevisten. La cuota mensual es de 1.448,3 euros y acoge a unos 135 estudiantes. Todos hombres. Los alumnos de primer a?o tienen que pagar adem¨¢s una matr¨ªcula de 1.045 euros.
La vida desaparece pronto en el paseo de Juan XXIII, el hogar de la mayor¨ªa de colegios mayores de Madrid. Los bares est¨¢n pr¨¢cticamente vac¨ªos a las diez de la noche de un mi¨¦rcoles, y?Ana Ja¨¦n comienza a limpiar en la cafeter¨ªa del San Juan Evangelista. "Parece que van a bajar el precio para que vengan m¨¢s estudiantes", comenta, mientras observa con a?oranza la soledad que la rodea. "El Johnny no puede cerrar, antes que cierre el Museo del Prado".
?Qui¨¦n vive aqu¨ª?
- Un 55% de los padres de colegiales son funcionarios p¨²blicos; y un 35% aut¨®nomos.
- Entre el 25% y el 30% disfruta de becas que les financian parte de sus estudios o estancia.
- El 22% procede de Andaluc¨ªa, el 19% de Arag¨®n y el 17% de Canarias.
- La mayor¨ªa de 'los clientes' estudia periodismo, ingenier¨ªas, arquitectura y derecho.
- La mayor¨ªa no permanece en el colegio m¨¢s de tres a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.