Ponga un Jordi Labanda en su vida

Veinte a?os despu¨¦s de empezar en el mundo de la ilustraci¨®n, Jordi Labanda (Montevideo, 1970) se desmarca con la apertura de una galer¨ªa online. Espacio que brinda, por primera vez, la posibilidad de colgar una de sus obras en una pared. Durante dos d¨¦cadas, este artista inquieto ha publicado libros, ha abierto y cerrado un par de tiendas y ha comercializado libretas, bol¨ªgrafos, accesorios y ropa. Sorprendentemente, lo que nunca hab¨ªa vendido hasta ahora eran los dibujos en s¨ª. Aunque han llegado a ofrecerle fortunas por sus originales, al decidirse a comercializar sus obras ha preferido ofrecer reproducciones de sus piezas m¨¢s emblem¨¢ticas, junto a otras m¨¢s recientes, a precios democr¨¢ticos. En series de 25 copias formato p¨®ster (100 euros) o de 10 firmadas y con calidad art¨ªstica (400 euros). ¡°Adoro el sistema industrial de reproducci¨®n¡±, asegura en una explicaci¨®n que Warhol seguro aprobar¨ªa.

Los exquisitos trazos de Labanda estar¨¢n para siempre asociados a una cierta idea de Barcelona que hace tiempo se alej¨® como un espejismo colectivo. Pero ese v¨ªnculo est¨¢ m¨¢s en la mirada de los otros que en el instinto de Jordi. ¡°Nunca le presto mucha atenci¨®n a eso¡±, admite. ¡°Barcelona es mi ciudad y siempre estar¨¦ arraigado all¨ª. Si se me asocia a ella me parece un regalo, ya que mi obra no ha pecado precisamente de localista¡±. Ahora vive en Nueva York, donde ha descubierto una urbe ¡°fabulosa y excitante, pero tambi¨¦n dura y esquizofr¨¦nica¡±. Una distancia que probablemente haya contribuido a ampliar el significado de enfrentarse a su obra antigua al seleccionar piezas para la nueva galer¨ªa virtual. ¡°Cuando veo mi trabajo de hace diez a?os, veo el reflejo de un momento hist¨®rico irrepetible¡±. Una ventana que ahora puede abrirse en su sal¨®n.?