Refugio pol¨ªtico
Vuelve el Dios de la doble moral, el s¨¢dico, el que excomulga, por abortar, a una violada de trece a?os y administra la comuni¨®n a asesinos de masas como Pinochet
Cuando a usted le duele la cabeza, le duele la cabeza. Y lo sabe sin g¨¦nero de dudas. No necesita, en fin, preguntarle al m¨¦dico. Lo que espera de ¨¦l es que averig¨¹e el motivo y le solucione el problema. Quiz¨¢ haya doctores locos que cuando les explicas que te has llevado medio dedo cortando jam¨®n, te aseguran que la herida que les muestras no es una herida. En todas las profesiones cuecen habas. Sabemos de psiquiatras que diagnostican como "falta de resignaci¨®n cristiana" el ataque de angustia provocado por una situaci¨®n de pobreza a la que se a?ade de s¨²bito el embarazo de un feto sin cerebro, sin lengua, sin ojos, y con la espina b¨ªfida. Son los psiquiatras que le gustan a Gallard¨®n y a Rouco Varela. Psiquiatras completamente locos, claro. Los psiquiatras no son inmunes a la demencia como los cardi¨®logos no son inmunes al infarto ni los peluqueros a la calvicie. No sabr¨ªamos decir si hay m¨¢s locura entre los psiquiatras que enfermedades coronarias entre los cardi¨®logos. Lo que empieza a ser evidente es que el Dios col¨¦rico del franquismo se ha colado en el Consejo de Ministros y en el Parlamento, y en la educaci¨®n y en la sanidad, y ha dado los primeros pasos para meterse en la vida privada de cada uno de nosotros. Ya est¨¢ ah¨ª, asomando la patita, tomando decisiones sobre nuestro cuerpo, sobre el cuerpo de los pobres, para decirlo todo. Los ricos podr¨¢n continuar viajando a Londres con indulgencia plenaria. Cuatro misas de penitencia, un donativo al obispado y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria. Vuelve el Dios de la doble moral, el s¨¢dico, el que excomulga, por abortar, a una violada de trece a?os y administra la comuni¨®n a asesinos de masas como Pinochet. El Dios de las concertinas tambi¨¦n, por cierto, del que es devoto el ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz. Ahora que empezaban a expulsarlo de Roma, le dan refugio pol¨ªtico aqu¨ª.
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