Votos para la UE

Las pr¨®ximas elecciones al Parlamento Europeo ser¨¢n las primeras en las que existir¨¢ un lazo directo entre los resultados de las urnas y la designaci¨®n del futuro presidente de la Comisi¨®n. En vez de la habitual reproducci¨®n de los debates internos de cada pa¨ªs, esta oportunidad deber¨ªa aprovecharse para un verdadero voto ciudadano por la UE. No se juegan ah¨ª el futuro pol¨ªtico de Mariano Rajoy ni de cualquiera de sus pares, sino el sucesor de Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso. El pr¨®ximo l¨ªder de la Comisi¨®n Europea ser¨¢ elegido por los europarlamentarios, a propuesta de los jefes de Estado y de Gobierno, que han de realizar su apuesta ¡°teniendo en cuenta¡± el resultado electoral, de acuerdo con el Tratado de Lisboa.

Ese plus de legitimidad, adem¨¢s del acierto en la selecci¨®n, son pasos importantes para vitalizar una Uni¨®n que ha perdido respaldo: el 57% confiaba en sus instituciones en 2007, pero ese indicador cay¨® hasta el 31% el a?o pasado, seg¨²n el Eurobar¨®metro. Es cierto que algunas fuerzas europe¨ªstas tardan en ponerse a la tarea y que ni siquiera ha concluido la designaci¨®n del ¡°candidato principal¡± de cada partido a la presidencia de la Comisi¨®n. Ni los liberales, ni el Partido Popular europeo lo han resuelto, a diferencia de los socialdem¨®cratas, que respaldan al alem¨¢n Martin Schulz, y del Partido de la Izquierda Europea, cuyo candidato es el griego Alexis Tsipras. Importa el nombre, pero tambi¨¦n la campa?a de movilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa.

Precisamente, los movimientos de extrema derecha, populistas, xen¨®fobos o eur¨®fobos progresan frente a la lentitud de los europe¨ªstas. Es interesante observar los esfuerzos de los extremistas para alejarse de la imagen de fascismo o violencia, y situarse simplemente como rebeldes frente a la ¡°burocracia¡± de Bruselas. Le culpan de los males agudizados por la crisis, al tiempo que contagian a las corrientes pol¨ªticas centrales de su discurso contra los inmigrantes. La entrada en tromba de falanges de populistas y ultraderechistas en el Parlamento Europeo ser¨ªa un resultado fat¨ªdico de las elecciones de mayo.

A las fuerzas europe¨ªstas no les sobra tiempo para lanzarse a una buena campa?a de explicaci¨®n de intenciones y reafirmaci¨®n de la legitimidad democr¨¢tica de la UE. Todo con la advertencia de que la Comisi¨®n y la Euroc¨¢mara deben recuperar el papel de depositarios de los intereses generales de los europeos, por fuerte que sea la posici¨®n de un Gobierno nacional como el alem¨¢n a la hora de definir el futuro del continente.

Y no hay que dejarse llevar por el pesimismo. Desde las ¨²ltimas elecciones (2009), celebradas cuando la crisis estaba en sus comienzos, han proliferado los agoreros que pronosticaban la ruptura del euro. Se han equivocado y, en consecuencia, hay que hacer lo posible para evitar que la UE se condene a naufragar en un mar de abstenciones europe¨ªstas y de votos populistas.