La fotograf¨ªa

Al principio parece que esa foto podr¨ªa perjudicar la imagen de paz que la pe?a que se ha reunido pretende ofrecer a la ciudadan¨ªa.

Pero no. Todo est¨¢ calculado, si se atiende al gesto severo y amenazador con el que nos la echan a la nuca. Entre todos suman m¨¢s de 300 muertos. Y el gesto est¨¢ ah¨ª, para que no se nos olvide qui¨¦nes son y a qu¨¦ se dedicaban.

Ahora se dedican a la paz. Pero que nadie se confunda, porque paz no quiere decir perd¨®n ni quiere decir piedad. Lo que se hizo se hizo, porque hab¨ªa que hacerlo. Por la patria y, ahora, por el derecho a decidir.

El juez Pedraz ha aplicado la ley. Pienso que quienes le critican se olvidan del Estado de derecho, como lo olvidan quienes exigen que la doctrina Parot sea retroactiva. Yo no me siento amenazado por los jueces, ni por las leyes. Pero s¨ª por esas miradas que nos quieren clavar a todos en la nuca. No est¨¢n arrepentidos. Est¨¢n en paz consigo mismos, que siempre lo han estado, y con los dem¨¢s, porque han cumplido sus condenas. Y ahora se han empe?ado en la hermosa tarea de traernos la paz a todos. Franco perpetraba la paz con un gesto parecido, aunque se hac¨ªa acompa?ar por curas vestidos de gala. Algunos de estos iban para curas, pero les gusta m¨¢s disfrazarse de le?adores y cortarse el pelo a mordiscos.

El portavoz fue Kubati, ya saben, el de Yoyes. Mat¨® a su colega porque hab¨ªa decidido ir a la paz por libre. ?Influir¨¢ en su gesto la preocupaci¨®n por que haya alguien que, como ¨¦l entonces, considere que pide la paz a destiempo?

Vamos a arreglarlo con un truco f¨¢cil, de fot¨®grafa de grupo japonesa que quiere sonrisas.

Fot¨®grafa: ¡°A ver, chicos, todos a la vez: nu-ca, nu-ca¡±.