¡°Queremos que los ni?os prodigio ardan para decir que la fama no da la felicidad¡±
Teddy Wayne reflexiona en 'La canci¨®n de Jonny Valentine' sobre los ni?os celebrity y la gente que se expresa como un seminario de marketing de tercera
Justin Bieber acaba de convertirse en el jubilado m¨¢s joven del mundo, despu¨¦s de una racha en el que visit¨® burdeles, perdi¨® a su mono y experiment¨® con sustancias legales en el estado de Colorado. Adem¨¢s, fue la clara inspiraci¨®n de uno de los libros del a?o, La canci¨®n de Jonny Valentine (Blackie Books). Su autor es Teddy Wayne, que debut¨® en la novela con Kapitoil, la historia de un nerd en Wall Street justo antes del 11-S. Wayne, adem¨¢s, ejerce de observador contempor¨¢neo en el New York Times, Vanity Fair, Time y otra docena de publicaciones, donde lo mismo escribe sobre la ciencia de la biograf¨ªa de Twitter como ¡°forma de arte posmoderna¡± que polemiza sobre hombres, mujeres (novelistas) y viceversa. Aqu¨ª habla de Michael Jackson, de su fascinaci¨®n por los ni?os celebrity y de la gente (cada vez m¨¢s) que se expresa como un seminario de marketing de tercera.
?Por qu¨¦ est¨¢ tan fascinado por los ni?os estrella? ?Viene de lejos?
Siempre me han interesado los ni?os celebrity, incluso cuando era peque?o. Hay algo perturbador y fascinante al ver que un ni?o tiene la influencia y las responsabilidades de un adulto, que tiene que crecer a un ritmo acelerado pero que por la misma raz¨®n est¨¢ como paralizado. Debe presentar una imagen de s¨ª mismo como ¡°normal¡± y a la vez su vida es cualquier cosa menos convencional. Como ni?o no-famoso, sent¨ª algunas de esas cosas a peque?a escala. Y como adulto, al publicar libros, tambi¨¦n tuve una peque?¨ªsima idea de lo que debe ser lidiar con la celebridad.
Es curiosa la edad que da a Jonny, su protagonista. Con 11 a?os, es un preadolescente, ni siquiera un teen en toda regla. A ratos suena como un se?or mayor de vuelta de todo y a ratos como un cr¨ªo.
Me di cuenta de que, en muchas novelas, el ni?o protagonista tiene 12 a?os, el ¨²ltimo a?o de infancia. Yo no quer¨ªa que Jonny estuviese justo en el l¨ªmite de la adolescencia, sino que fuera un aut¨¦ntico preadolescente con preocupaciones adultas. El contraste entre estas dos voces, la del ni?o inocente y la del adulto c¨ªnico, es lo que me atra¨ªa. Si lo hac¨ªa mayor, esta colisi¨®n entre los dos registros hubiera sido menos violenta.
Construir mi marca es la frase clave del libro, la idea de que la gente se autoconcibe como marcas y se vende como productos
?A Jonny le sale de lo m¨¢s natural esa voz marketiniana. ?Qu¨¦ frases de esa jerga dir¨ªa que han infiltrado nuestra manera de hablar?
La frase ¡°construir mi marca¡± la usa la gente, no s¨®lo las empresas, con una frecuencia alarmante. Esta es quiz¨¢ la frase clave del libro, la idea de que la gente se autoconcibe como marcas y se vende como productos. A Jonny han sido otros los que le han convertido en producto.
Quiz¨¢ la gente se acerca al libro esperando una s¨¢tira total. Tiene algo de eso pero tambi¨¦n hay mucha compasi¨®n por Jonny. ?Era esa su idea?, ?fue cogi¨¦ndole cari?o al protagonista a medida que escrib¨ªa?
Mi primera idea fue escribir una s¨¢tira completa, la parodia de esas autobiograf¨ªas de estrellas del pop que escriben los negros literarios. Una hora despu¨¦s de tener esta idea, me di cuenta de que si trataba el material con un poco m¨¢s de gravedad, podr¨ªa salir una novela intrigante y de que la vida interior de un ni?o estrella casi no se ha descrito. Cuando empec¨¦ a escribir el libro, la voz de Jonny estaba m¨¢s exagerada para tener un efecto m¨¢s sat¨ªrico, pero cuando me puse a ello, se equilibr¨®. Sali¨® la persona real y se ocult¨® un poco el personaje de tabloide unidimensional.
Su historia es la m¨¢s cl¨¢sica que puede haber: ni?o busca a su padre. ?Qu¨¦ ejemplos ten¨ªa en mente?
No ten¨ªa un modelo espec¨ªfico. Aunque los padres de Jonny se separan cuando ¨¦l es peque?o, es una narrativa bastante cl¨¢sica para el ni?o estrella, sobre todo para la estrella musical. El padre abandona la familia y la madre invierte toda su energ¨ªa en el ni?o y proyecta en ¨¦l sus propios deseos de ser amada y famosa. El cr¨ªo inconscientemente intenta superar a su padre ausente convirti¨¦ndose en un super¨¦xito.
Jonny est¨¢ obsesionado con Michael Jackson. ?l fue el ni?o-hombre definitivo, con las tremendas consecuencias que conocemos.
S¨ª, y Jonny no tiene concepto de lo que la fama le hizo a Jackson. Probablemente es la persona de la historia a la que la infancia y la celebridad volvieron m¨¢s extrafalario. Y a la vez era un genio musical cuya obra se adelant¨® a la de sus competidores. Jonny lucha con la ambici¨®n a lo largo de la novela, se debate entre si vale la pena aspirar a niveles jacksonianos de fama o si es suficiente estar satisfecho con un nivel ¡°normal¡± de ¨¦xito.
Pasamos una porci¨®n ingente de nuestras vidas trabajando u obsesion¨¢ndonos con el trabajo, pero pocas novelas se ocupan de eso, lo apartan como si fuera una parte menor de la vida de los personajes. Usted s¨ª que explora las miserias y los detalles de los lugares de trabajo en sus novelas. Lo hizo tambi¨¦n en Kapitoil.
La mayor parte de nosotros pasa un m¨ªnimo de ocho horas al d¨ªa con clientes o compa?eros de trabajo, mucho m¨¢s del que pasamos con nuestros seres queridos. Y muy pocos hacemos cosas que nos gusten. El trabajo es un pilar de la vida y merece que se examine c¨®mo nos afecta como una cuesti¨®n sociol¨®gica y filos¨®fica.
Un d¨ªa despu¨¦s de los premios VMA, empez¨® a circular un art¨ªculo antiguo de The Onion en el que ¡°predec¨ªan¡± lo que pasar¨ªa con Miley Cyrus. Era curioso, pero no muy dif¨ªcil de ver, igual que las movidas del propio Bieber ¨²ltimamente. ?No es un poco hip¨®crita todo el esc¨¢ndalo que rodea a las estrellas infantiles?
Mucho de este esc¨¢ndalo es falso en general. La gente busca cosas con las que escandalizarse y liberar su ira juzgando a los dem¨¢s. Es una cortina de humo para no hablar de otras cosas m¨¢s importantes para las que no tenemos soluciones. As¨ª que nos disgustamos por ver a Miley Cyrus haciendo twerking para distraer nuestra atenci¨®n de la desigualdad econ¨®mica, de los conflictos internacionales¡o de nuestras propias insatisfacciones. Lo que queremos es sentirnos decepcionados compar¨¢ndolos con la imagen ang¨¦lical de cuando eran ni?os, esperamos que se derrumben y ardan en la pira p¨²blica para poder seguir creyendo que la fama y el dinero no dan la felicidad.
Si escribiese una secuela, ?d¨®nde cree que estar¨ªa Jonny a los veintitantos; seguir¨ªa siento una estrella o ser¨ªa material para esas galer¨ªas de internet de 'd¨®nde est¨¢n ahora'?
La ¨²nica forma interesante de escribir una secuela ser¨ªa si Jonny se hubiese convertido en algo del pasado, si estuviese acabado y ya no fuera famoso. Si siguiese siendo una estrella, estar¨ªa enfrent¨¢ndose a las mismas presiones, s¨®lo que como un artista mayor y m¨¢s c¨ªnico. Igual me pongo alg¨²n d¨ªa¡
Escribe para muchos medios, entre ellos la secci¨®n Styles de The New York Times, quiz¨¢ la m¨¢s comentada, copiada y vilipendiada del peri¨®dico¡ La gente disfruta indign¨¢ndose con las tendencias sociales que aparecen all¨ª.
Escribo para su columna de Estudios Culturales y generalmente me fijo en tendencias influidas por la tecnolog¨ªa, en c¨®mo usamos Twitter o los smartphones. A la gente le encanta criticar el New York Times en parte porque a veces llega un poco tarde a las tendencias y en parte por la misma raz¨®n por la que nos gusta criticar a las celebrities. Es un objetivo visible y poderoso. En general, me considero un novelista que escribe mucha s¨¢tira y un poco de periodismo para algunas publicaciones. Intento aceptar encargos divertidos. Hace poco escrib¨ª sobre la web de infidelidades Ashley Madison y fue bastante divertido.
No se mantiene alejado de las pol¨¦micas medi¨¢ticas. Escribi¨® un art¨ªculo muy discutido en Salon en el que argumentaba que las mujeres novelistas lo tienen m¨¢s f¨¢cil¡
Bueno, el art¨ªculo ten¨ªa m¨¢s miga que el titular que le pusieron (¡°La agon¨ªa del hombre novelista¡±). Mi argumento era que mientras los hombres, sobre todo los hombres blancos, siguen recibiendo m¨¢s atenci¨®n y mejores cr¨ªticas -en Am¨¦rica, por lo menos-, las novelistas mujeres venden m¨¢s porque el 80% de la gente que compra libros de ficci¨®n son mujeres. A¨²n mantengo la idea, pero tambi¨¦n he reconocido que, dado que las ventas son tan peque?as de todas formas, quiz¨¢ la atenci¨®n medi¨¢tica es m¨¢s importante para tu supervivencia y para tu ego. He visto c¨®mo los libros de muchas amigas escritoras eran ignorados por el establishment y seguramente les hubieran hecho m¨¢s caso si fueran hombres. Y, de la misma manera, he visto c¨®mo amigos escritores recib¨ªan bastante respeto pero vend¨ªan poco.
?Qu¨¦ ha le¨ªdo ¨²ltimamente que le haya afectado?
The Night Gwen Stacy Died, de Sarah Bruni y The Facades, de Eric Lundgren. Los dos son inteligentes, divertidos y conmovedores. El de Lundgren creo que se publicar¨¢ en Espa?a.
??Y en qu¨¦ anda en estos momentos?
Estoy escribiendo una nueva novela e intentando que produzcan un gui¨®n que escrib¨ª a medias con un amigo novelista.
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