Aburrimiento

Felipe Gonz¨¢lez ha dicho que se aburre en el Consejo de Administraci¨®n de Gas Natural, una de las mayores empresas de este pa¨ªs. Yo hasta ah¨ª le comprendo. Debe de ser un pe?azo asistir una vez al mes a una reuni¨®n como las de ese sitio. Lo que pasa es que Felipe Gonz¨¢lez no es un cualquiera. Sea o no a su pesar, representa todav¨ªa bastante en el imaginario de los ciudadanos. Fue el hombre que encarn¨® en 1982 el cambio pol¨ªtico, que era tambi¨¦n ¨¦tico.

Gonz¨¢lez se expres¨® as¨ª para mostrar su desd¨¦n por el dinero que recib¨ªa de la empresa, unos 125.000 euros anuales por asistir a una docena de aburridas sesiones. En un pa¨ªs con seis millones de parados y un 25% de personas en la pobreza o en riesgo de alcanzarla, decir que se aburre de ganar dinero es un insulto a la ciudadan¨ªa. Una exhibici¨®n de poder¨ªo m¨¢s propia de un banquero de los que van de cuando en cuando al talego que de un expresidente de Gobierno. Porque, adem¨¢s, sabemos que Gonz¨¢lez ha estado acudiendo a reuniones que no deben estar mal remuneradas. Como las del grupo de Carlos Slim.

Todo eso afecta a la est¨¦tica. Pero hay otro aspecto que puede hacernos ver el asunto como una muestra de una dudosa actitud ¨¦tica.

Porque Gonz¨¢lez ha estado aconsejando a empresas particulares en terrenos que afectan al pa¨ªs. Defendiendo sus intereses en sectores estrat¨¦gicos, como las telecomunicaciones o la energ¨ªa.

Gerhard Schr?der, ahora alto ejecutivo de la poderosa Gazprom de Vlad¨ªmir Putin; Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que casi no tiene tiempo para asistir a consejos de administraci¨®n; Pedro Solbes, que cobra de Barclays Bank o la energ¨¦tica Enel. Otros.

Hombres que han tomado decisiones que afectaron a empresas millonarias.

?No ser¨ªa mejor que se aburrieran en lugares que nos provocaran menos inquietud?