La revoluci¨®n burguesa
Las grandes firmas de Par¨ªs no se dejan llevar por las fantas¨ªas y disparan tanto al coraz¨®n como al cerebro
El Mus¨¦e Galliera de Par¨ªs ha reabierto con una exposici¨®n dedicada a Azzedine Ala?a, el costurero que convierte a las mujeres en sinuosas criaturas de otro mundo. La muestra, abundante en vestidos el¨¢sticos con aberturas, dram¨¢ticos sin necesidad de adornos, ha servido para comprobar que los desfiles de hombre, que terminaron el pasado domingo, brillan justo por lo contrario. Puede que fuera simple psicolog¨ªa masculina, pero tras su apariencia exc¨¦ntrica, las grandes firmas escond¨ªan una s¨®lida selecci¨®n de prendas para todos los p¨²blicos.
F¨ªjense en Louis Vuitton. Su dise?ador, Kim Jones, se inspir¨® en un viaje por Suram¨¦rica. Los modelos iban peinados y afeitados con la precisi¨®n del Patrick Bateman de American psycho, con gafas de ciclista y bolsos que pasaban de un extremo a otro: peque?as carteras de mano o grandes bolsas plateadas. Pero detr¨¢s del estilismo hab¨ªa pantalones de raya diplom¨¢tica, chubasqueros t¨¦cnicos, magn¨ªficos abrigos de alpaca y ligeras bolsas plegables. Adem¨¢s de estampados de lunares y grandes flores bordadas, Dior Homme lanz¨® parkas, vaqueros usados y chalecos de fot¨®grafo sobre trajes dignos de Savile Row; y la colecci¨®n de Herm¨¨s, en negro, gris antracita y verde ingl¨¦s, ten¨ªa el mismo denominador com¨²n: trajes con texturas discretas y lujos¨ªsimas prendas para todos los d¨ªas. Sirva su beisbolera con cuerpo de vis¨®n rasado como portavoz de este mensaje: en el sector m¨¢s elitista de la moda, si hay revoluci¨®n, ser¨¢ tan suave como silenciosa.
Hedi Slimane, el creador de Saint Laurent, escapa a esa c¨¢lida combinaci¨®n de formas amables y materiales ex¨®ticos. ?l prefiere servir fr¨ªo su plato de rock y estilo callejero, preferentemente sobre delgados integrantes de bandas indies de Los ?ngeles y al son de una banda sonora psicod¨¦lica. Pero su f¨®rmula es igual de realista a la hora de vestir un invierno que, en esta ocasi¨®n, bebe de la coctelera de estilos de la Nueva Ola. De las abundantes chaquetas perfecto al abrigo cruzado, pasando por la austr¨ªaca y unos trajes de corte mod, pero con los hombros m¨¢s marcados que de costumbre, el talento de Slimane para camuflar el lujo como si fuera ropa vintage, solo es comparable a su capacidad para vend¨¦rselo a gente que jam¨¢s ha pisado una tienda de segunda mano.
Igual que ocurre con las propuestas de Mil¨¢n, la consecuencia de que un sector de la moda parisina se instale en lo m¨¢s atractivo de su repertorio, es que los avances se traducen en sutilezas. Esas que viven en alg¨²n lugar entre la labor de archivo y la predicci¨®n del futuro. Roland Mouret, que durante los desfiles present¨® su primera l¨ªnea de calzado masculino para Robert Clergerie, resumi¨® sin quererlo el esp¨ªritu de los tiempos: "No quer¨ªa hacer una colecci¨®n basada solo en la herencia, sino aplicar las t¨¦cnicas tradicionales de la casa para el hombre del siglo XXI". As¨ª que los zapatos de vestir ten¨ªan una puntera un poco m¨¢s pronunciada, alternaban el cuero brillante con el acabado mate y los detalles de piel cosida ten¨ªan las costuras ocultas para conseguir un efecto m¨¢s limpio. Si el hombre siempre ha sido cuesti¨®n de matices, ahora m¨¢s que nunca, Dios est¨¢ en los detalles.
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