Por favor, apaguen sus gafas
Acusan a un espectador cegato de grabar una pel¨ªcula en un cine
Ir al cine con frecuencia y con gafas puede resultar altamente sospechoso en los tiempos que vuelan. Tan sospechoso como que una decena de guardias saquen de la sala, cerquen e interroguen a un espectador que ve¨ªa una pel¨ªcula con sus gafas graduadas en compa?¨ªa de su esposa.? El norteamericano T. U. fue interrogado durante tres horas por polic¨ªas, guardias y finalmente un detective de la Motion Picture Association of America, acusado de grabar con las gafas Google Glass. Pese a declarar que llevaba las gafas por prescripci¨®n m¨¦dica, y que las ten¨ªa apagadas al igual que sus dos smartphones, T. U. fue obligado a descargar el contenido de las gafas y a contestar a preguntas personales. Tras comprobar que el espectador era cegato m¨¢s que pirata, la MPAA le regal¨® un par de entradas. Y hasta la pr¨®xima.
Hace ya muchos a?os que empezaron a saltar alarmas al paso de un implante de cadera, pero eso era solo el comienzo. El hombre bi¨®nico est¨¢ aqu¨ª. Hay implantes de chips en el cerebro que nos hacen m¨¢s capaces, piernas de hojalata que corren m¨¢s que Bolt; mejores aud¨ªfonos que los de Bond; tel¨¦fonos que detectan un baj¨®n de insulina; y s¨ª, por supuesto: cada avance con su particular habilidad para caer en el lado oscuro, si por tal se considera grabar cuando se est¨¢ en el cine, en el f¨²tbol o en un concierto de Bruce Springsteen (donde, por cierto, se paga por ello).
Al margen de que la mayor¨ªa de las grabaciones ilegales ¡ª-como sucede con las sustracciones en las tiendas¡ª- suele proceder de gente del medio (sean editoriales, discogr¨¢ficas o cinematogr¨¢ficas), la incorporaci¨®n imparable de la tecnolog¨ªa en el cuerpo va a plantear continuos conflictos y no solo de pirater¨ªa. La privacidad en locales (?me estar¨¢ grabando ese se?or con gafas de culo de vaso o simplemente me gui?a el ojo?), la seguridad de las personas (?iba el conductor viendo una pel¨ªcula en sus gafas?) o las mismas normas sanitarias (un hacker ya demostr¨® que pod¨ªa alterar los marcapasos a distancia) se enfrentan a retos que parecen inabarcables. Permanezcamos atentos a la pantalla, pero, por si acaso, con las gafas apagadas.
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