Malaria, laboratorio africano
El Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a est¨¢ en Mozambique El cient¨ªfico Pedro Alonso y su equipo llevan a?os probando la vacuna RTS,S contra la malaria En 2014 podr¨ªa ser una realidad: el arma contra un mal que mata a un ni?o cada minuto en ?frica
Es una bomba de destrucci¨®n masiva. Y se define en tres palabras: neumon¨ªa, diarrea y malaria (paludismo). En muchos lugares de este mundo saben bien lo que significa tal tr¨ªo trabajando al un¨ªsono: la muerte multiplicada, la muerte empe?ada en ganar la batalla. Y lo logra, sobre todo, si se trata de menores desnutridos y sin defensas o de embarazadas¡ Pocas guerras tan desiguales. Algunos las llaman enfermedades de la pobreza porque arrasan all¨¢ donde encuentran buen caldo de cultivo. El investigador espa?ol Pedro Alonso va m¨¢s all¨¢. ?l asegura que son brechas del subdesarrollo y los magros recursos. Y usa machaconamente una expresi¨®n para definirlo, lo llama ¡°la brecha¡±, ¡°el Gap 10/90¡±: ¡°all¨ª donde se producen el 90% de muertes por enfermedades transmisibles se invierte el 10% de recursos, y donde las muertes son el 10% se invierte un 90%¡±.
Un sinsentido, dice este hombre nacido en Madrid en 1959 que confiesa que se hizo m¨¦dico para venir a ?frica a investigar, y lo consigui¨®, pues ya lleva tres d¨¦cadas entre idas y venidas por Gambia, Tanzania, Mozambique¡ Precisamente el mismo lapso de tiempo de historia de la RTS,S, la vacuna que tiene entre manos. Lo cuenta muy de ma?ana en la puerta de su despacho del Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM), en Mozambique, acompa?ando sus palabras con gestos constantes de sus manos robustas y una voz grave que le define y ¨¦l usa en su provecho para enfatizar y hacerse o¨ªr la mar de bien. Poco a poco se despierta la localidad y tambi¨¦n este laboratorio africano: los porteros cambian turno, los t¨¦cnicos abren las puertas de seguridad de las salas repletas de papeles y microscopios; cruzan el patio central y se sit¨²an en sus puestos los de administraci¨®n, los becarios, los m¨¦dicos¡ La calle empieza a poblarse de colores, de transe¨²ntes camino del cercano hospital.
Queremos comprender los mecanismos para erradicar la malaria como anta?o se hizo con la viruela.
El CISM es un lugar acogedor que se extiende a un lado de la carretera hacia el norte desde Maputo, la capital de este pa¨ªs pobre ¨Cocupa el puesto n¨²mero 185 en el ¨ªndice de desarrollo humano, de 192 pa¨ªses¨C, y aun as¨ª uno de los m¨¢s prometedores gracias a su proceso de paz (si la pol¨ªtica y los ¨²ltimos incidentes violentos preelectorales entre los dos grandes partidos, el Renamo y el Frelimo, no lo impiden) y sus recursos naturales. Ocupa una manzana amplia de edificios bajos y funcionales en colores c¨¢lidos y tierra, salpicada de palmeras y tantos otros ¨¢rboles inmensos del ?frica austral. El comedor ¨Cuna construcci¨®n de estilo africano, con techo de paja y madera, mesas con manteles con telas locales¨C al que llaman palhota, es un verdadero centro social, lugar de encuentro, comida y debate para los que aqu¨ª residen y trabajan, entre ellos un gran grupo de investigadores espa?oles, y para los invitados, que no cesan de llegar. ¡°Hay que decirlo claro: la investigaci¨®n es la gran herramienta de salud y desarrollo¡±, sigue Alonso.
Tener salud significa para cualquier ser humano crecer, y para cualquier familia, poder dedicar tu tiempo en otras tareas que no sea cuidar a los tuyos para que sobrevivan. El primer mal citado antes (neumon¨ªa) es el que m¨¢s menores de cinco a?os mata en el mundo. Solo, y sola, el ¨²ltimo (malaria) acaba con alrededor de 700.000 personas al a?o y mantiene a cerca de 220 millones enfermas. Un ni?o muere cada minuto por su culpa en ?frica. ¡°Estas enfermedades evitables hunden a¨²n m¨¢s en la pobreza¡±, asegura Alonso, quien ha convertido la b¨²squeda de una vacuna para la prevenci¨®n del paludismo en su batalla y su forma de vida (es miembro del comit¨¦ de expertos dedicado al tema en la OMS). Un mundo el suyo pleno de cifras de financiaci¨®n, iniciales de organizaciones internacionales y mucho mosquito. De estos aspira a saberlo todo, se dir¨ªa. Pero sin descuidar otras ¨¢reas, advierte mientras va mostrando dependencias del centro: ¡°Aqu¨ª, bom dia, se sabe qui¨¦n la tiene, un poco de sangre en estas l¨¢minas gruesas y¡¡±. ¡°Nos conocen por el estudio de la vacuna, pero hacemos mucho m¨¢s: somos centro de investigaci¨®n biom¨¦dica, formaci¨®n y desarrollo, y esta es una de las pocas instalaciones de este tipo en el continente¡±. Investigaci¨®n, formaci¨®n y asistencia es su carta de presentaci¨®n. ¡°No se pueden desligar una de otra, reforzar el sistema p¨²blico de salud en la zona, eso lo llevamos a rajatabla¡±.
Y s¨ª, aqu¨ª viven a diario sobre el terreno (¡°a pie de paciente¡±) los efectos de bacterias, virus y par¨¢sitos testarudos. El que m¨¢s, sin duda, el Plasmodium falciparum, el que produce paludismo (no todo mosquito es culpable, conviene saberlo). ¡°Trabajamos en lo que m¨¢s mata en la regi¨®n: malaria, sida, tuberculosis, neumon¨ªas, diarreas¡¡±, bromea Eus¨¦bio Macete, mozambique?o, de 45 a?os, director del CISM, al salir a recibirnos. ?l nos guiar¨¢ luego por el hospital distrital de Manhi?a, asociado, justo en la otra acera. ¡°En este lugar hay una prevalencia de sida de un 37%, se encuentran en pleno pico; el pa¨ªs reaccion¨® tarde, entraron tarde los retrovirales¡±. ¡°Hemos visto progresos extraordinarios en la supervivencia infantil en una d¨¦cada en todo el pa¨ªs: la mortalidad se ha reducido a la mitad¡±. Y la esperanza de vida, de 41 a 50 a?os en una d¨¦cada.
Aun as¨ª, hay mucho ¡°innominado¡± (ni?os a los que no se pone nombre, pues no se conf¨ªa en que pasen de los primeros d¨ªas), se lee en los registros que cuelgan de las camas de la reci¨¦n paridas. ¡°El momento m¨¢s peligroso de la vida de una persona son los primeros 28 d¨ªas; luego, llegar al a?o, y un triunfo, cumplir los cinco¡±, indicar¨¢ Alonso despu¨¦s, al ense?arnos el extenso archivo de documentaci¨®n donde guardan datos digitales de muchas de las 100.000 personas de su ¨¢rea desde hace tres lustros, en un radio de 500 kil¨®metros cuadrados. Lo hacen con un sistema especial de vigilancia demogr¨¢fica y de geolocalizaci¨®n (cada casa, cada persona, un n¨²mero), del que se ocupan brigadas de j¨®venes locales que representan la primera cara y contacto del CISM, casa por casa, familia por familia, y ahora mismo se preparan ya en el patio. As¨ª, desde finales de los noventa, visitan y monitorizan a los enfermos, recogen variaciones, si ha habido embarazos, accidentes, muertos¡ Cada ficha, la vida de una persona.
Es un tipo de registro este poco habitual en ?frica. ¡°El registro civil no funciona aqu¨ª y no lo hay fiable en casi todo el continente, por eso es tan dif¨ªcil tener datos precisos para actuar. Registrarse deber¨ªa ser considerado un derecho humano b¨¢sico¡±. Hay quien vive sin que se sepa que lo hace. Lo m¨¢s exitoso de su trabajo, asegura el cient¨ªfico, es la relaci¨®n de confianza que se ha establecido con la poblaci¨®n tras 18 a?os: ¡°Quien crea que investigar es llegar en avi¨®n, tomar cuatro muestras e irte, pues no, ni funciona eso, ni es aceptable¡±. Esa excelente relaci¨®n es la que les permite ser ¨²tiles, mejorar la salud en la zona y poder emprender estudios complejos y a largo plazo con reci¨¦n nacidos, ni?os, embarazadas¡ Como el de la vacuna RTS,S que tienen entre manos ya en su fase III.
Contra los grandes males infecciosos que arrasan en ?frica y en otras zonas del mundo se lucha hace tiempo ya desde muchos estamentos p¨²blicos y privados en decenas de iniciativas (Malaria No More, Malaria Consortium, Iniciativa por la Malaria, PATH, Global Fund...), en alianzas, estrategias y planes globales que justo ahora ¨Ccuando India acaba de anunciar la erradicaci¨®n de la polio¨C est¨¢n de enhorabuena. Prevenir y controlar es la clave. La malaria parece haberse colado en todas las agendas (si lo hubiera estado siempre, quiz¨¢ ya no existir¨ªa, opina Alonso), hay programas especiales intensos desde hace un d¨¦cada, medidas preventivas dom¨¦sticas (campa?as sobre uso de mosquiteras impregnadas de insecticida, acciones por la mejora de la higiene y el saneamiento¡), tratamientos de primera l¨ªnea con artemisinina o medicamentos quimiopreventivos que funcionan y son bien aceptados, como acaba de comunicar el equipo de M¨¦dicos Sin Fronteras por boca de su equipo de N¨ªger¡ Y aunque esto ha hecho disminuir un 30% de media la mortalidad y la OMS asegura, en su informe de 2013, que se han salvado as¨ª 3,3 millones de vidas, sigue siendo del todo insuficiente.
La v¨ªa m¨¢s esperanzadora es encontrar vacunas eficaces. Para la neumon¨ªa existen ya; tambi¨¦n para el rotavirus (diarreas), muy costosa y complicada. Ambas se han ido incluyendo en los calendarios de inmunizaci¨®n de distintos pa¨ªses a trav¨¦s de organismos, como la llamada Alianza GAVI (compuesta por numerosas organizaciones y aportaciones de los Estados), que las suministra a m¨¢s bajos precios durante algunos a?os hasta que los pa¨ªses las asumen en sus sistemas de salud.
Las dos mencionadas arriba se introdujeron hace nada en Ghana, tambi¨¦n en Mozambique. Incluso la del papiloma humano(c¨¢ncer cervical) est¨¢ en el punto de mira. Una cumbre se celebr¨® recientemente en el pa¨ªs para darla a conocer ¨Cenormes carteles lo anunciaban ya desde el aeropuerto de Maputo con el rostro de personalidades, incluida una princesa nigeriana, para dar confianza a la poblaci¨®n¨C y, sentados ya en la palhota, Alonso comenta las dificultades a?adidas de normalizar algunas vacunas en pa¨ªses musulmanes.
De ah¨ª a otro tipo de resistencia hay un paso: la de los grupos antivacunaci¨®n en pa¨ªses occidentales. Basta citarlos para que ¨¦l arremeta: los considera unos ¡°irresponsables sociales¡± por el potencial da?o en salud global que pueden ocasionar. ¡°Las vacunas son la gran herramienta de salud p¨²blica de la historia, el mayor logro de la ciencia mundial en esa ¨¢rea¡±, otra vez voz y manos al un¨ªsono. Cargar con ligereza contra ellas, se r¨ªe, le pone como ¡°una moto¡±. ¡°En Ecuador se hab¨ªa erradicado el sarampi¨®n y ha rebrotado debido a ni?os procedentes de Europa por esta raz¨®n, por no estar vacunados¡±, afirma. Pura iron¨ªa visto desde este lado sur del mundo, donde tantos mueren por no tener acceso a ellas.
Para reforzar su teor¨ªa y desmontar otras pesimistas (sobre lo mal que va todo en el mundo) abre su ordenador y muestra los gr¨¢ficos Wealth and health of nations, de Hans Rosling (Gapminder), sobre esperanza de vida desde 1800 hasta hoy. ¡°En 1941, Espa?a ten¨ªa una de 48 a?os, menos que Mozambique hoy, que es de 50: el periodo m¨¢s exitoso de la historia de la humanidad es este siglo, y la tecnolog¨ªa representa el cambio para el futuro: la ciencia y la tecnolog¨ªa unidas permiten saltar etapas en el desarrollo¡±. Y ¨¦l cree que por ah¨ª andar¨¢ todo en el futuro cercano. ¡°Cuando estaba en Gambia, en 1984, us¨¢bamos correos que iban r¨ªo arriba y luego esper¨¢bamos respuestas, esa gran zancada han dado las comunicaciones. O te doy otro ejemplo: yo he visto todos los Mundiales ¨²ltimos en ?frica ?con todo tipo de antenas!, imaginad el de Italia de 1990, y ahora hablo gratis con mi hija por Skype, ella en China, yo aqu¨ª, y el m¨®vil, espa?ol¡±. Hay que poner, pues, las cosas en contexto. Sonr¨ªe.
Aqu¨ª tenemos frigor¨ªficos incluso a -87 grados. Por tanto se necesita acceso a una buena energ¨ªa, constante. Aqu¨ª no tenemos la misma tecnolog¨ªa que en Barcelona, pero s¨ª todo lo que necesitamos.
Aun as¨ª, y aunque el poder de la ciencia sea desatascar el producto, como ¨¦l nos muestra en un famoso dibujo de Ronald Ross, a¨²n no se ha conseguido: la vacuna de la malaria no existe a d¨ªa de hoy y las decenas de prototipos en estudio se han resistido o resisten a salir adelante, aunque cada vez que surge un claro en el horizonte salte de inmediato a los titulares de los peri¨®dicos como la respuesta m¨¢gica definitiva, el principio del fin o el cuento de nunca acabar, en esa horquilla. As¨ª sucedi¨® con la investigaci¨®n desarrollada por la firma Sanaria y el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EE UU el pasado verano con un nuevo prototipo de vacuna, llamado PfSPZ, que se administra por v¨ªa endovenosa y requiere conservaci¨®n en nitr¨®geno l¨ªquido, algo inviable para ?frica. Alonso sali¨® al paso avisando del peligro de crear demasiadas expectativas y explicando que solo se trataba de lo que llaman ¡°una prueba de concepto¡±, que requiere lustros de investigaci¨®n posterior.
La eterna candidata y la que m¨¢s lejos ha llegado en experimentaci¨®n es la llamada RTS,S, de los laboratorios Glaxo SmithKline, impulsada por la Iniciativa para la Vacuna de la Malaria (PATH y la Fundaci¨®n Gates), que se prueba con 15.460 ni?os en siete pa¨ªses africanos en 11 centros de investigaci¨®n: tres en Kenia ¨Cuno de ellos llevado a cabo por el poderoso CDC norteamericano¨C, otros dos en Ghana y Tanzania, y los de Gab¨®n, Burkina y Malaui, y este de Manhi?a, en el que participan un total de 1.637 ni?os de entre 5 y 17 meses y de 6 a 12 semanas.
Este laboratorio mozambique?o-espa?ol fue fundado en 1996 y es un modelo de colaboraci¨®n en investigaci¨®n no muy habitual, una de las joyas de la corona de la cooperaci¨®n espa?ola con Mozambique (pa¨ªs prioritario con el que hay firmado un convenio bilateral). En el port¨®n de entrada aparecen los padrinos: ¡°AECID, INS¡¡±. ¡°La cooperaci¨®n da prestigio a un pa¨ªs, es una herramienta de la pol¨ªtica exterior¡±, nos dicen. Una historia de relaci¨®n de d¨¦cadas, quiz¨¢ la ¨²nica que va quedando en pie, dados los enormes recortes que han sufrido los distintos fondos en este sector en los ¨²ltimos a?os (y la financiaci¨®n del CISM despierta recelos en algunas organizaciones que apenas pueden mantener abiertos sus proyectos).
Un equipo multinacional
Un equipo multinacional convive y trabaja en este centro mozambique?o. Unas 260 personas, la mayor¨ªa locales, participantes en programas espec¨ªficos, y muchos j¨®venes becarios espa?oles.
Eus¨¦bio Macete tiene 45 a?os, es el director del CISM desde 2004. Era maestro y estudi¨® ciencias de la salud antes de obtener una beca para cursar epidemiolog¨ªa en Suiza; trabaj¨® luego para el Ministerio de Salud de su pa¨ªs y su jefe le dijo un d¨ªa: "Debes ir a Manhi?a". Lo hizo. Y Pedro Alonso lo entrevist¨®. Lo recuerda a la perfecci¨®n. "No soy un genio, ?qu¨¦ esperas de m¨ª?, le pregunt¨® ¨¦l. Alonso le respodi¨®: "No queremos genios aqu¨ª, sino trabajadores". La ¨¦poca m¨¢s dif¨ªcil que recuerda vivida en el CISM fue en 2000, durante las inundaciones de los r¨ªos Inkomati y Limpopo, con cientos de miles de desplazados y gente sin hogar. En el hospital de Manhi?a atendieron a miles de ni?os.
En 2008, el centro cre¨®, adem¨¢s, la Fundaci¨®n Manhi?a a iniciativa de los dos Gobiernos, con un consejo al que pertenece la mism¨ªsima Gra?a Machel, esposa del reci¨¦n fallecido Mandela. La preside Pascual Mucumbi, ex primer ministro del pa¨ªs entre 1994 y 2004. Este afirmar¨¢ luego en Maputo que est¨¢n haciendo un gran esfuerzo para desarrollar la vacuna, entre otras cosas, porque para Mozambique, si se consigue, ser¨ªa la primera vez que contribuye ¡°a un bien mundial¡±.
En el CISM trabajan unas 260 personas, la mayor¨ªa locales, entre investigadores y m¨¦dicos, gesti¨®n, administraci¨®n, brigadas de recogidas de datos, log¨ªstica¡ Por aqu¨ª andan espa?oles como Quique Bassat, Clara Men¨¦ndez (esposa de Alonso), Alberto Garc¨ªa-Basteiro, Elisa L¨®pez-Varela, Mar¨ªa Rup¨¦rez, inmersos en estudios m¨¦dicos apasionantes. Cada uno de ellos es una historia de tes¨®n, como hormiguitas tras la bacteria y el virus y la soluci¨®n: prevenci¨®n de malaria en el embarazo, transmisi¨®n vertical del estreptococo o asuntos relacionados con la tuberculosis, que por aqu¨ª reina a sus anchas, pues Mozambique y Sud¨¢frica son el epicentro del mundo. ¡°Una de cada 200 personas padece tuberculosis y tres cuartas partes de ellas son adem¨¢s seropositivas¡±. Las minas de oro y diamantes parecen tener mucho que ver, calderos donde se re¨²nen miles de trabajadores en unas condiciones ideales para un bacilo que no gusta del sol. Cuando regresan a casa, traen dinero y mucho m¨¢s.
Alberto y Elisa desarrollan un estudio casi ¨²nico sobre incidencia de tuberculosis en ni?os menores de tres a?os. Al unirnos a ellos, nos hablan de c¨®mo esta se ha hecho resistente y multirresistente ya a tratamientos de la vacuna que existe y se usa que tiene m¨¢s de un siglo, de las 12 que hay en estudio cl¨ªnico en humanos¡ El caso de un enfermo tuberculoso muerto sin asistencia en Espa?a ha llegado hasta all¨ª y en la conversaci¨®n surge la decisi¨®n del Gobierno de retirar la tarjeta sanitaria a inmigrantes irregulares. ¡°Una estupidez y una inmoralidad¡±, dice Alonso. ¡°Crear bolsas de enfermedad es un peligro, es crear problemas de salud p¨²blica futuros¡±.
Dado el coste de las vacunas, ?son buen o gran negocio para las farmac¨¦uticas? Alonso opina que no. Los investigadores, que la del sida s¨ª lo ser¨ªa. ¡°Donde est¨¢ la ganancia real para un laboratorio es en los f¨¢rmacos; si te fijas, detr¨¢s de los estudios de las nuevas vacunas de la tuberculosis andan los fondos de filantrop¨ªa o farmac¨¦uticas que lo son en s¨ª. AERAS es Fundaci¨®n Gates, y no hay ninguna prueba de investigaci¨®n de malaria que no est¨¦ financiada por uno p¨²blico o de filantrop¨ªa, he aqu¨ª lo del gap 10/90 que habl¨¢bamos¡¡±. La industria sola no puede o no quiere asumirlo. Y en ese sentido, Alonso alaba a los ricos norteamericanos: ¡°La filantrop¨ªa no es habitual en Espa?a, los nuevos ricos no suelen dar ni un c¨¦ntimo, los americanos ganan mucho, s¨ª, pero tambi¨¦n devuelven mucho a la sociedad¡±.
La ciencia y la tecnolog¨ªa unidas permiten saltar etapas en el desarrollo humano.
?Ser¨¢ una realidad la vacuna contra la malaria, la RTS,S? La llamada fase III se cerr¨® a finales de 2013. En este 2014 se terminar¨¢n de analizar todos los resultados. La farmac¨¦utica GSK ya ha pedido su comercializaci¨®n a la Agencia Europea del Medicamento para 2015, y el CISM y el resto de los laboratorios africanos esperan lo que llaman ¡°la recomendaci¨®n¡±, el comunicado de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud a finales de a?o apoyando la vacuna. Esto significar¨¢ el fin de un ciclo que empez¨® para esta vacuna candidata en 1984 (ah¨ª dio sus primeros pasos), y para este equipo en concreto, en 2001. ¡°Entonces naci¨® con grandes interrogantes, era una quimera, as¨ª que estamos muy orgullosos de que este centro fuera pionero en ?frica. Contribuimos en la etapa m¨¢s dif¨ªcil, lideramos las pruebas de concepto y las primeras investigaciones¡ Ahora somos una pata m¨¢s, pero las demostraciones fundamentales se hicieron aqu¨ª¡¡±.
Analizar el coste-eficacia, y sobre todo el c¨¢lculo de cu¨¢ntas vidas representa ese porcentaje aunque su efectividad no sea la deseada y deseable (produjo en las primeras fases resultados muy optimistas y luego m¨¢s modestos: 50% en ni?os hasta 17 meses y 30% en reci¨¦n nacidos), es lo que marcar¨¢ el camino a seguir. Y de conseguirlo, ser¨ªa este el primer centro en demostrar que se puede inmunizar a reci¨¦n nacidos en malaria, asegura Alonso. No es el arma perfecta (¡°la bala m¨¢gica¡±, lo llama ¨¦l), pero s¨ª la adecuada para combinar con otras medidas (mosquiteras, quimioprevenci¨®n y pruebas de diagn¨®stico r¨¢pidas).
Pasito a pasito, prueba a prueba, fase a fase, para Alonso el CISM es ya un gran pedazo en su vida. Pero ¨¦l, hombre pr¨¢ctico y otra vez optimista, recuerda el camino hecho sin mucho sentimentalismo. Cuenta que cuando se instalaron a comienzos de los noventa, los cascos azules a¨²n andaban desminando la zona (tras la larga guerra que sufri¨® el pa¨ªs) y recuerda que solo ten¨ªan dos coches en el lugar: ¡°Pero hab¨ªa hospital, aunque estuviera cerrado y en todo Mozambique solo existieran cuatro m¨¦dicos. Esa fue una de la razones para elegir estar aqu¨ª¡±.
La otra: el grueso de la poblaci¨®n es rural y para entender los problemas de salud hay que estar en zonas rurales. ¡°Se necesita buen acceso a rincones remotos y deb¨ªamos estar a un m¨¢ximo de 150 kil¨®metros de un aeropuerto, en este caso Maputo¡±. Al inicio trabajaron desde el hospital mismo, luego se fueron trasladando. Su familia le ha acompa?ado en esta traves¨ªa durante largas temporadas. ¡°Mi esposa [Clara Men¨¦ndez] ha liderado l¨ªneas de trabajo en salud materna, malaria y embarazo¡¡±. Se r¨ªe. ¡°Con todas las dificultades del trabajo com¨²n, s¨ª, tenemos tres hijos. Pero ellos no, no es evidente que tengan gusto por la investigaci¨®n aunque mi hija mayor estudia Medicina¡±.
Imagine que ya existe la vacuna, ?cu¨¢l es el siguiente reto para ustedes? ¡°Ya estamos en el siguiente desaf¨ªo¡±, responde. ¡°Lo de la vacuna es muy importante, lo es aunque sea con eficacia parcial, pero la cosa no acaba ah¨ª. Abrir¨¢ muchas puertas para esa otra segunda generaci¨®n de vacunas, cambiar¨¢ el mapa de la enfermedad en el mundo, y seguimos trabajando en otras l¨ªneas¡ queremos tratar de comprender los mecanismos hasta sus ¨²ltimas consecuencias para poder alg¨²n d¨ªa erradicarla como anta?o se hizo con la viruela [y ahora la polio], usar ah¨ª el peso de nuestros 25 a?os de investigaci¨®n¡ El siguiente paso en el que se est¨¢ embarcando ya la comunidad internacional es en lo que hay que hacer para erradicarla, y este centro aspira a desempe?ar un papel de liderazgo internacional en ese terreno¡±.
?Y no ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil exterminar a los mosquitos?, bromeamos. ?Para qu¨¦ sirve un mosquito? Se r¨ªe. ¡°Pues para transmitir la malaria, ja, ja. S¨ª, la lucha contra el vector es parte fundamental, matarlo o reducir la posibilidad de que entre en contacto con el hombre. Hay que combinar eso con vacunas. La erradicaci¨®n ser¨¢ el gran ¨¦xito. Y se llegar¨¢; que lo veamos, ser¨¢ otra cosa¡ Ya se intent¨® en los a?os cincuenta y sesenta y se fracas¨® por razones varias. Y eso represent¨® un gran des¨¢nimo y un incremento posterior de los casos¡ Ahora sabemos que solo se ganar¨¢ esta guerra con la eliminaci¨®n total del par¨¢sito¡±.
Un solo insecto, un par¨¢sito y tanta potencia de da?o¡ Eus¨¦bio Macete, director del CISM, nos explica en dos minutos c¨®mo sucede, los mecanismos del contagio (el mosquito expulsa el par¨¢sito en la picadura, alcanza el h¨ªgado, se extiende, se multiplica, infecta las c¨¦lulas, el torrente sangu¨ªneo, el cerebro¡). Y luego recuerda los ¨¦xitos m¨¢s cercanos, sobre el terreno. Su mejor momento. ¡°Solo un ni?o se nos muri¨® por malaria en 2011. Solo uno¡±. Para el equipo entero fue un gran momento.
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