La m¨²sica y la letra
El primer discurso de Rajoy sobre Catalu?a es de concordia, pero no aporta propuestas concretas
El aterrizaje del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de varios ministros en Barcelona ha tenido una virtud: la certificaci¨®n oficial de que la cuesti¨®n catalana supone hoy un serio problema, para la propia Catalu?a y para el conjunto de Espa?a. Y como el reconocimiento de la existencia de un problema es requisito esencial ¡ªaunque no suficiente¡ª para abordar su soluci¨®n, es necesario sopesar cuanto hay de positivo en este cambio de actitud: el que va de minimizar un asunto en los dos ¨²ltimos a?os, a asirlo por sus aristas m¨¢s agudas.
El primer discurso de Rajoy sobre el tema no ha desafinado en la entonaci¨®n de los afectos, algo no menor, tampoco en la vida p¨²blica, sobre todo cuando en la ciudadan¨ªa catalana cunde una sensaci¨®n de falta de reconocimiento desde la campa?a del PP contra el Estatut. Y, m¨¢s all¨¢ de la necesaria ret¨®rica, algunas precisiones pol¨ªticas: resulta oportuna la apelaci¨®n a que la democracia no es solo principio representativo y voto (eso que se entona como ¡°derecho a decidir¡±), sino tambi¨¦n cumplimiento de la norma y el Estado de derecho: pero tambi¨¦n lo es su inversa, a saber, al respeto a la rule of law le falta anclaje si no hay voto, electoral o referendario, al nivel territorial que corresponda. Tambi¨¦n es correcta su defensa de las formas y la cr¨ªtica al unilateralismo aplicado por el l¨ªder de CiU, Artur Mas, y sus aliados, en la formulaci¨®n de la pregunta, la fecha y la presunci¨®n de respuesta (sesgada hacia la independencia) en su propuesta de refer¨¦ndum.
El problema de esta m¨²sica de concordia es que no va acompa?ada de ninguna letra. No es un vac¨ªo menor, porque est¨¢ repleto de negativas: no al voto solitario de los catalanes, pero ninguna propuesta de que voten todos los espa?oles (catalanes incluidos); no a ning¨²n tipo de refer¨¦ndum, que se considera no solo inconveniente, sino tambi¨¦n ilegal (lo que es discutible); ninguna propuesta de modificaci¨®n constitucional (ni de otro tipo); no (acertado) al ninguneo de los problemas econ¨®micos, sociales y europeos que suscitar¨ªa una segregaci¨®n, pero ninguna pista para mejorar la inserci¨®n de los catalanes en el quehacer com¨²n de todos lo espa?oles. Hasta ahora hay dos propuestas sobre la mesa: una, de independencia, que encandila tanto a un amplio sector de la sociedad catalana como inquieta a otro e irrita a bastantes; otra, de menor apoyo medi¨¢tico pero mayor sensatez, la de una reforma federal de la Constituci¨®n y la democracia espa?ola. En esta ocasi¨®n, que era una gran ocasi¨®n, el partido del Gobierno ha sido incapaz de formular una alternativa, una propuesta, un horizonte no ya para los secesionistas, sino para los ciudadanos presos de sus alambicadas estrategias.
Editoriales anteriores
Y si bajamos del presidente del Gobierno a sus adl¨¢teres, resulta a¨²n m¨¢s preocupante su negativa a la m¨ªnima transparencia de las balanzas fiscales que public¨® sin problema el Gobierno anterior y sus letan¨ªas entre broncas y horteras (¡°mordiscos¡±, ¡°machetazos¡±). Falta a¨²n mucho para que la letra sintonice con la m¨²sica.
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