No improvisar
Ceder a las presiones de otros Gobiernos es un mal camino para respetar la justicia universal
Tomar atajos para estrechar a¨²n m¨¢s el campo de la justicia universal es una mala idea, sobre todo si se pretende hacerlo con precipitaci¨®n manifiesta. Cuando se elige la v¨ªa del proyecto de ley para reformar la legislaci¨®n en vigor, el Gobierno tiene que pedir dict¨¢menes consultivos a ¨®rganos del Estado, que requieren de ciertos plazos; en cambio, una simple proposici¨®n como la pretendida permite la actuaci¨®n veloz de la mayor¨ªa absoluta. Esta v¨ªa puede acabar con el respeto al principio de la jurisdicci¨®n universal, y tambi¨¦n con el necesario debate y consenso sobre su aplicaci¨®n.
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Castigar genocidios, actos de terrorismo, torturas o cr¨ªmenes de guerra suele ser muy dif¨ªcil. Algunos de los pa¨ªses m¨¢s poderosos de la Tierra no solo rechazan al Tribunal Penal Internacional, sino que bloquean toda investigaci¨®n por parte de un solo pa¨ªs ¡ªEspa?a, en este caso¡ª que afecte a sus ciudadanos. Un derecho te¨®rico a aplicar la acci¨®n penal puede no ser raz¨®n bastante para sostener causas que conducen a la frustraci¨®n, por imposibilidad pr¨¢ctica de tramitarlas. Pero el debate sobre l¨ªmites, plazos y condiciones es incompatible con la cesi¨®n a las presiones de otros Estados.
El PP trata de sofocar el enfado del Gobierno de Pek¨ªn por la causa judicial sobre el genocidio del T¨ªbet que, en su estado actual, pretende la detenci¨®n de personas importantes del Partido Comunista Chino. De paso intenta desembarazarse de asuntos pendientes (muertes del c¨¢mara Jos¨¦ Couso y del sacerdote Ignacio Ellacuria, vuelos de la CIA y otros) por el expediente de retirar a los tribunales la jurisdicci¨®n para entender de conductas cuyo presunto responsable es un extranjero que no est¨¦ en Espa?a.
El recorte legal pretendido por la mayor¨ªa de Rajoy se plantea tras el llevado a cabo en la ¨¦poca de Zapatero, si bien este cont¨® con el consenso del PP cuando estaba en la oposici¨®n. La reforma anterior se produjo tras causas judiciales que molestaban a Estados Unidos, Israel o China, y limit¨® la aplicaci¨®n del principio de la justicia universal a asuntos en los que existe alg¨²n ¡°v¨ªnculo de conexi¨®n relevante con Espa?a¡±. En cambio, la proposici¨®n en curso pretende acabar de un plumazo con todas las molestias diplom¨¢ticas. Pero no se puede renunciar al derecho de ejercer la acci¨®n penal universal, ni menoscabar su capacidad disuasoria frente a otras barbaridades.
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