Las nuevas conspiraciones del pop
Jay Z presidir¨¢ EE UU, Paul McCartney muri¨® hace a?os y Xuxa era sat¨¢nica As¨ª es la nueva generaci¨®n de 'conspiranoias' musicales
Aquella lambada l¨²brica con la que Jay Z y Beyonc¨¦ abrieron los Grammy el domingo pasado no hizo m¨¢s que azuzar muchas teor¨ªas conspirativas. Algunos bromeaban poco despu¨¦s en Twitter con una foto de la pareja acompa?ada por la leyenda: presidentes de EE UU en 2016. Pero, ?y si ya dominaran el mundo? ?Y si del poder evocador de ese cachete con cachete dependiera la explotaci¨®n de nuevos yacimientos petrol¨ªferos?
Las relaciones entre pop y conspiraci¨®n siempre han sido m¨¢s que promiscuas: la ingesta de droga por parte de estrellas y de fans, su car¨¢cter a veces contracultural y otras todopoderoso, el car¨¢cter mefistof¨¦lico de la m¨²sica, su capacidad para inocular ideas subliminales, la pasi¨®n que levantan esos torpedos de tres minutos... A veces, son las mismas estrellas las believers (no fans de Justin con mala ortograf¨ªa, que tambi¨¦n): Dave Davies, de los Kinks, o Robbie Williams sol¨ªan prepararse fiambreras para ir a los desiertos a avistar OVNIs. Jim Corr (el ¨²nico hermano de la banda The Corrs) tiene su propia web conspirativa y Matt ¡®Muse¡¯ Bellamy se ha dejado, si bien a menudo con humor,? seducir por esas ideas en m¨¢s de una ocasi¨®n. Incluso MIA ha declarado que Facebook y Google fueron creados por la CIA (bien, con matices, tampoco era una idea tan de bombero) y que el primer ministro meti¨® la hero¨ªna en las calles de su barrio, una teor¨ªa explorada a menudo por raperos como Chuck D de Public Enemy.
En otras ocasiones, son los fans, espoleados por su amor o por su odio, los encargados de desencriptar portadas, letras y leyendas para servirlas en razonad¨ªsimas y justificad¨ªsimas teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Unas ideas que suelen funcionar como m¨¢quinas l¨®gicas y que convencen por la v¨ªa de la saturaci¨®n de datos. Las profec¨ªas acerca de Beyonc¨¦ y Jay Z pr¨¢cticamente coincidieron en el tiempo con una nueva teor¨ªa conspiranoica que aseveraba que una portada de Supertramp hab¨ªa predicho el 11-S, poniendo esta semana a la cola de una larga tradici¨®n de leyendas negras.
1. Supertramp y el 11-S
?Qui¨¦n nos lo iba a decir (el gui?o no es balad¨ª, David Bisbal ha sido acusado de satanista en m¨¢s de una ocasi¨®n: intenten escuchar Ave Mar¨ªa al rev¨¦s, o del derecho, varias veces seguidas)? Una m¨²sica pop tan refrescante inmersa en un episodio tan funesto. La idea formulada por una tal Eve en la web de David Icke (ex periodista deportivo metido a te¨®logo de la conspiraci¨®n que agrupa a infinidad de fieles en todo el mundo; imaginen ahora a un Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa francmas¨®n): la portada del disco Breakfast in America, lanzada en 1979 por Supertramp, es una prueba m¨¢s de que el 11-S fue impulsado desde EE UU y que algunos sab¨ªan que suceder¨ªa desde hac¨ªa mucho tiempo.
Eve no se entretiene en elucubrar sobre c¨®mo alguien puede reducir a todo un avi¨®n con un c¨²ter, sino que va al grano: invirtiendo la portada, la U y la P (suerte que no aparece una D) de Supertramp se convierten, clar¨ªsimamente, en un 11 y un 9, la fecha del atentado. Pero hay m¨¢s: el refrescante zumo de naranja que sirve esa Estatua de la Libertad mutada en rotunda camarera no es otra cosa que una enorme bola de fuego que impacta sobre las dos torres. La ventana del avi¨®n enmarca el atentado y muestra el objetivo para las generaciones que estaban por venir.
Eve se volver¨ªa absolutamente majareta si hubiera nacido en Toledo o en Lugo y hubiera le¨ªdo en su juventud este tebeo de Ib¨¢?ez (la morcilla, la palabra FIN, el avi¨®n)¡
2. Elvis est¨¢ vivo y Paul McCartney muerto
Existe un resort como el que aparec¨ªa en el gag de Muchachada Nu¨ª, para todas las grandes leyendas del rock. En ese campamento tendr¨ªan derecho a suite los pertenecientes al Club de los 27 (los que fallecieron a esa edad), porque son los que m¨¢s teor¨ªas acaparan.
Sin embargo, uno de los m¨¢s perseguidos es Elvis. Seg¨²n Santiago Camacho, colaborador de Iker Jim¨¦nez, el principal indicio deja m¨¢s que abierta la puerta a la sospecha: en la l¨¢pida, su nombre est¨¢ mal escrito. ¡°Tal vez prefiri¨® no tentar a la suerte escribiendo su nombre real en un sepulcro que a¨²n no pensaba ocupar¡¡±, escrib¨ªa el estudioso en la revista M¨¢s all¨¢. Pero m¨¢s all¨¢ de indicios puntuales rastreados en sus letras o en sus portadas, la cuesti¨®n es que est¨¢ vivo porque no para de verlo gente. Existe un The Elvis Sighting Bulletin Board en el que se publican avistamientos, como el de Cherry Fereday, que se lo encontr¨® en un supermercado de Oreg¨®n canturreando Love me tender. El monarca del rock fue tan amable con ella que hasta le dio su n¨²mero de tel¨¦fono (m¨®vil).
Adam Muskiewicz, autor del documental The Truth About Elvis, ofreci¨® una gran recompensa a quien realmente lo encontrara. Y el entrenador de f¨²tbol americano Jerry Glanville dej¨® dos entradas a nombre del Rey en uno de los partidos que jug¨® en Memphis en los ochenta. De hecho, la an¨¦cdota le sirvi¨® para titular su autobiograf¨ªa A Elvis no le gusta el f¨²tbol.
Si los esforzados avistadores de Elvis buscan como zahor¨ªes sobre el terreno en las calles de todo el globo, el trabajo de los que creen que Paul McCartney est¨¢ muerto se centran en un trabajo m¨¢s bien intelectual, como si fueran detectives de Chesterton o de Poe. La legi¨®n de seguidores de la leyenda Paul Is Dead (PID) lo tienen claro y su cruzada es que nos entre al resto en la mollera.
Adem¨¢s, Paul es el ¨²nico descalzo en la portada de Abbey Road y va con el pie cambiado, por no hablar de la portada de Sgt. Pepper¡¯s, en la que el bajo descansa sobre flores funerarias¡ Todo esto y mucho m¨¢s (menci¨®n especial para el papel activo de la agencia de espionaje brit¨¢nica), en el documental Paul really is dead: The last testament of George Harrison. O la prueba definitiva de que no fue realmente Paul quien se cas¨® con Heather Mills ni quien compuso todos los discos de los Wings.
3. Jay Z, Beyonc¨¦ y la invasi¨®n de las Divas MK Ultra
Ni siquiera citaremos a un esmerado forero, sino a Professor Griff, de Public Enemy, que afirm¨® en su d¨ªa que Jay Z era un destacado miembro de los Iluminados de Baviera. ?ste le contest¨®: ¡°C¨®mo podr¨ªa ser eso cierto, si ni siquiera me dejan entrar en un campo de golf de Palm Springs¡±. Pero ah¨ª qued¨® la duda, sembrada. Y el rapero conspiranoico no estaba solo.
Son muchos los que sostienen que la pareja m¨¢s poderosa de la m¨²sica pop comulga con las ideas de esta sociedad secreta todopoderosa fundada en 1776 y cuya l¨ªnea sangu¨ªnea puede rastrearse hasta nuestros d¨ªas. Para empezar, el nombre de su hija: Blue Ivy (Born Living Under Evil; Iluminati¡¯s Very Youngest; Nacido Desde el Mal; De los M¨¢s J¨®venes de los Illuminati). Pero es que adem¨¢s Beyonc¨¦ ha aparecido disfrazada de Mar¨ªa, de la pel¨ªcula Metropolis (de culto en esos c¨ªrculos), ha adoptado alter egos y ha enfundado sus carnes en vestidos que eran un obvio gui?o a Sat¨¢n. No son los ¨²nicos: el gato del videoclip de Miley Cyrus, las orejitas de rat¨®n de Katy Perry o algunas letras de Rihanna (en Umbrella no habla de un paraguas, sino de Belceb¨²) demuestran que existe todo un batall¨®n de (citando el nombre de un blog espa?ol) Divas MK Ultra, todas ellas empe?adas en dominar el mundo a trav¨¦s de un programa (Monarca) derivado de los experimentos mentales de la CIA que basa su poder¨ªo en la infiltraci¨®n y la sumisi¨®n mental a trav¨¦s de la sexualidad o la industria del entretenimiento (Theodor Adorno + Jim¨¦nez del Oso), entre otros frentes.
4. El rollo de Sat¨¢n es el rock
En el libro S¨®lo queremos tu alma, de U. B?umer, que traza las conexiones entre rock duro y ocultismo, algunos fans mueren por culpa de hacer headbanging (cita a uno que falleci¨® por culpa de menear la melena demasiado rato en un pub mirando v¨ªdeos sin volumen de heavy metal en la tele) y Ozzy Osbourne debe vacunarse contra la rabia por haberse zampado demasiados murci¨¦lagos en escena.
Sin embargo, por su impacto social destaca la historia del Hotel California, de The Eagles. Esa tonada tantas veces berreada en los karaokes y canturreada en los centros comerciales podr¨ªa ser una invitaci¨®n velada al satanismo. Pocos discuten la relaci¨®n de Jimmy Page (de Led Zeppelin) con el ocultismo (de hecho, compr¨® la mansi¨®n de Aleister Crowley), pero esta otra hip¨®tesis resulta algo m¨¢s arriesgada. La canci¨®n, lanzada en 1976, habla de un hotel ¡°que nunca puedes abandonar¡± y tambi¨¦n de ¡°asesinar a la bestia¡±. En ¨¦l se beben licores encarnados y se manejan cuchillos de plata. Todo ello sirvi¨® para azuzar la idea de un alto componente sat¨¢nico en este hit de radiof¨®rmula. Pero todo se soten¨ªa, como en Cuarto Milenio, en una figura que se intuye en la jovial foto y que, seg¨²n los amantes de la leyenda, era Anton LaVey en persona, fundador de la Iglesia de Sat¨¢n (y orgulloso papi de un ni?o llamado¡ Sat¨¢n).
La banda dijo que el tema hablaba de los excesos de la industria musical de la ¨¦poca y que la figura de la ventana era una operaria del estudio fotogr¨¢fico contratado. ?Pero qui¨¦n podr¨ªa creerlos?
5. Xuxa y el drag¨®n m¨¢gico
La amiga de los m¨¢s bajitos, que conquist¨® Espa?a en los albores de Telecinco, ha sido acusada de satanista durante d¨¦cadas. La versi¨®n brasile?a de Saturday Night Live incluso le dedic¨® un gag a la teor¨ªa hace un par de a?os: sus canciones, reproducidas al rev¨¦s, incluyen mensajes como ¡°El secreto les doy¡± o ¡°Hagan la promesa¡±, pero es que adem¨¢s ella insist¨ªa en posar poniendo cuernos con la mano.
Seg¨²n esta teor¨ªa, dona sangre dos veces al a?o a la Iglesia de Satan¨¢s de San Francisco y vendi¨® su alma por 100 millones de d¨®lares. De hecho, ha llevado la prueba definitiva por los escenarios de medio mundo: el nombre de Xuxa conjuga el de dos demonios de Brasil: O-Xu y Ori-Xa.
Aunque Peter, Paul and Mary lo niegan, la canci¨®n Puff the magic dragon, uno de los hits atemporales de los campamentos de chiruca de medio mundo, siempre ha sido acusada de incitar al consumo de droga con versos como ¡°atrapar al drag¨®n¡± y con menciones a una niebla oto?al, que podr¨ªa ser una buc¨®lica met¨¢fora para el humo de marihuana. La semilla diab¨®lica alojada en los m¨¢s peque?os mediante la m¨²sica pop, y la facilidad con la que se propagan algunas ideas gracias a Internet, promete un futuro halag¨¹e?o para las teor¨ªas conspirativas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.