La impudicia del Consejero Blasco
Esta entrada ha sido escrita porFernando Contreras Almela,Responsable Territorial de Oxfam Interm¨®n en la Comunidad Valenciana.
Rafael Blasco en las Cortes Valencianas, donde es diputado. Foto: JORDI VICENT/EL PA?S.
Se est¨¢ celebrando en el Tribunal Superior de Justicia el juicio oral a la presunta trama de corrupci¨®n liderada por el ex-conseller Rafael Blasco que deriv¨® hasta 8 millones de euros de fondos destinados a cooperaci¨®n al desarrollo, al sonrojante lucro personal de sus integrantes: compra de pisos, aviones, yates y apertura de cuentas en para¨ªsos fiscales. Todo supuestamente liderado por una persona que ha sido ocho veces conseller y ejerci¨® hasta hace apenas unos meses de portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Corts valencianas. A lo largo del juicio se est¨¢n escuchando los testimonios y las conversaciones telef¨®nicas que manten¨ªan los imputados, entre ellos los m¨¢ximos dirigentes de la extinta Conseller¨ªa de Solidaridad y Ciudadan¨ªa.
M¨¢s all¨¢ de la sentencia, lo que se est¨¢ poniendo de manifiesto con las pruebas que el fiscal y la polic¨ªa judicial han expuesto, es una visi¨®n n¨ªtida de los valores de las personas que durante a?os gestionaron las pol¨ªticas de solidaridad de la Generalitat Valenciana. Se ha hecho evidente que, durante a?os, escalaron en el organigrama de la Generalitat Valenciana algunas personas m¨¢s preocupadas por el beneficio econ¨®mico propio que por el bienestar de la sociedad a la que serv¨ªan. Valores muy alejados los que todos intuimos que son propios de un funcionario con vocaci¨®n de servicio p¨²blico. Demoledor.
Y mientras la abogac¨ªa de la Generalitat Valenciana se presenta como acusaci¨®n y pide 11 a?os de prisi¨®n para el Sr. Blasco, este sigue sentado en su esca?o en las Corts y manteniendo amigables conversaciones con muchos de los que hasta hace poco eran sus compa?eros de partido y que, seguramente, en breve firmar¨¢n una petici¨®n para que le indulten en caso de ser condenado.
Y, es verdad, todo esto no tiene relevancia penal. Pero s¨ª nos debe hace pensar que en nuestro sistema democr¨¢tico probablemente hay algo que no funciona bien. Mientras normalicemos situaciones sonrojantes como ¨¦sta, no podemos afirmar que tenemos un sistema de gobierno sano y solidario. Hacer la democracia m¨¢s participativa, una mayor transparencia y una mejor rendici¨®n de cuentas son temas ya urgentes que no pueden eludirse por m¨¢s tiempo.
Y s¨®lo una ciudadan¨ªa m¨¢s activa, capaz de marcar un l¨ªmite tajante a la falta de ¨¦tica de sus gobernantes podr¨¢ lograr estos cambios que necesitamos. Hay que destacar la posici¨®n de la Coordinadora Valenciana de ONGD, que se ha convertido en un referente ¨¦tico en la sociedad valenciana frente a los embates que durante a?os recibi¨® de la administraci¨®n, incluyendo amenazas personales m¨¢s o menos veladas a los miembros de su junta directiva, estrangulamiento econ¨®mico, creaci¨®n artificial de falsas coordinadoras paralelas y un largo etc¨¦tera. Con unos recursos escasos (con los que podemos colaborar) se ha personado como acusaci¨®n popular para llevar adelante la defensa de un sector que, no olvidemos, est¨¢ compuesto fundamentalmente por personas voluntarias.
Cuando el fiscal recriminaba a Rafael Blasco que no le estaba contestando a sus preguntas, ¨¦ste con toda la tranquilidad que seguramente otros no tendr¨ªan respond¨ªa que ya lo sab¨ªa, pero que ¨¦l iba a decir lo que quer¨ªa decir. Si se atreven a responder as¨ª ante un fiscal en el Tribunal Superior de Justicia jug¨¢ndose 11 a?os de c¨¢rcel, qu¨¦ no har¨¢n en la intimidad de sus despachos.
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