Una China h¨ªbrida
La buena disposici¨®n a adoptar f¨®rmulas mixtas explica la actual pujanza china
Una de las principales constantes que nos muestra la historia china es su ingente capacidad para absorber y digerir las influencias externas. Muchas veces se ha citado como paradigma de esta trayectoria la invasi¨®n mongol y la creaci¨®n de la dinast¨ªa Yuan (1279-1368) con el Gran Kublai Kan al frente, o la Qing (1616-1911). Pero se dir¨ªa que incluso el propio pueblo Han, la nacionalidad abrumadoramente mayoritaria en China, no es sino el crisol de esa amalgama de mestizajes diversos que se han ido conformando a lo largo de los siglos.
Esa simbiosis no es cosa del pasado ni abarca un solo dominio. H¨ªbrida es tambi¨¦n, por ejemplo, la realidad demogr¨¢fica de las ciudades chinas, al menos en un doble sentido. Primero, porque la explosi¨®n urbanizadora que China ha vivido en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha dado lugar a un paisaje urbano singular que tanto combina los edificios de vanguardia y otros ciertamente mon¨®tonos, con la pervivencia de modos rurales en su geograf¨ªa humana. Es el paisaje rururbano que tanto seduce a muchos occidentales cuando visitan sus grandes ciudades y logran zafarse de sus amplias avenidas.
Segundo, porque esa poblaci¨®n urbana que representa el 52,16% pervive con un doble estatus, reflejado en ese otro 17,3% que carece del deseado permiso de residencia que le proporciona el derecho de acceso a los servicios b¨¢sicos en igualdad de condiciones, en una transici¨®n que se promete larga y compleja.
La coexistencia de f¨®rmulas asociadas al capitalismo y al socialismo est¨¢ al orden del d¨ªa, con reg¨ªmenes no claramente diferenciados
En el orden econ¨®mico, la coexistencia de f¨®rmulas asociadas al capitalismo y al socialismo est¨¢ al orden del d¨ªa, con reg¨ªmenes, a veces, no tan claramente diferenciados. La planificaci¨®n sigue siendo un instrumento clave de la pol¨ªtica econ¨®mica que no reniega del valor del mercado. Las organizaciones sociales ¡ªsindicatos, incluidos¡ª, las universidades o los hospitales (el Ej¨¦rcito hasta no hace mucho) han creado empresas que fortalecen sus presupuestos al igual que las empresas p¨²blicas han creado otras que participan en el mercado en similares condiciones a las privadas aunque, com¨²nmente, se benefician del confortable estatus de sus promotores. Esa interacci¨®n denota una din¨¢mica genuina y bastante generalizada que hoy alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en la potenciaci¨®n de una econom¨ªa de propiedad mixta en buena parte del sector p¨²blico para promover una nueva ola de transformaciones.
Todo ello tiene tambi¨¦n su reflejo institucional en la secuencia de organismos e instrumentos que intervienen en la gesti¨®n, ya se llame el propio Comit¨¦ Central del partido, la Comisi¨®n Nacional de Desarrollo y Reforma, los planes quinquenales, las conferencias de trabajo y otros foros diversos que mientras para algunos son expresi¨®n de una interminable ceremonia de la confusi¨®n, para otros generan consenso y alargan la base de las decisiones, aun a riesgo de favorecer las simbiosis a la baja. Pero es as¨ª como han logrado avanzar m¨¢s r¨¢pido que nosotros en muchos campos.
Huyendo de bipolaridades, el hibridismo sist¨¦mico se ha afirmado como una nota determinante del proceso de reforma en China con diferente nivel de impregnaci¨®n seg¨²n el ¨¢mbito, mayor en lo econ¨®mico. Sus manifestaciones en lo pol¨ªtico ata?en fundamentalmente a un primer c¨ªrculo interno. Buen reflejo de ello es una expresi¨®n que ha ido ganando terreno en el lenguaje oficial, los dos no se deben rechazar: no se debe rechazar el mao¨ªsmo para postular la reforma, no se debe rechazar la reforma con el argumento del mao¨ªsmo. Lejos de expresar oportunismo, o solo oportunismo, es una cuesti¨®n cultural la que la hace f¨¢cilmente asimilable, explicando tambi¨¦n, por ejemplo, la disposici¨®n a curiosear en todo cuanto llega del exterior y a adaptarlo a sus gustos y necesidades, fen¨®meno hoy al orden del d¨ªa cuando China vive el momento de mayor apertura al mundo de toda su milenaria historia. Ello deviene igualmente de la convicci¨®n troncal y superior de su cultura y de una voluntad inclusiva, aunque no autom¨¢tica ni ciega como resultar¨ªa de una visi¨®n acomplejada.
El propio ¡°socialismo con peculiaridades chinas¡± es expresi¨®n neta de un h¨ªbrido ideol¨®gico
El propio ¡°socialismo con peculiaridades chinas¡± es expresi¨®n neta de un h¨ªbrido ideol¨®gico, al igual que el af¨¢n por dar vida a una cultura legalista que enaltezca el valor de la norma y su imperio frente a la discrecionalidad del poder constituye un ejemplo de integraci¨®n parcial del discurso occidental en un ¨¢mbito a priori inc¨®modo, aunque rechace otras consecuencias adicionales.
El hibridismo es, a fin de cuentas, lo que evita los cataclismos comunes cuando los maximalismos del signo que sean imponen su dogma aunque las colusiones que genera pueden facilitar la acumulaci¨®n de obst¨¢culos, agravar las contradicciones y demorar las soluciones que los problemas requieren. No obstante, en los dif¨ªciles equilibrios internos entre las rivalidades de las diferentes facciones es un imperativo m¨¢s que una opci¨®n.
En suma, en China, hasta el arroz es h¨ªbrido, gracias al descubrimiento de Yuan Longping, cuya producci¨®n sigue batiendo r¨¦cords, cultiv¨¢ndose ya en m¨¢s de 100 pa¨ªses. Lo h¨ªbrido no tiene mala prensa. Por el contrario, se dir¨ªa que es la obsesi¨®n por la pureza lo que debilita, requiri¨¦ndose una actitud inteligente y flexible basada en la capacidad y la voluntad de absorci¨®n mediante la adaptaci¨®n. Es su estado natural, de profunda ra¨ªz cultural, y persistir¨¢.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China.
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