Huesos, y no piel, en la fachada

FOTO: Fernando Alda

Hace unos a?os se hablaba con frecuencia de la piel de los edificios. Eran muchos los proyectistas dispuestos a subvertir el credo moderno ¨Cque requer¨ªa una coherencia entre expresi¨®n formal y estructura y, por lo tanto, una correspondencia l¨®gica entre fachada e interior-. A esa moda ¨Cque llev¨® a serigrafiar vidrios y a describir un nuevo lenguaje epid¨¦rmico para hablar de pieles ¨Cen lugar de envolventes, par¨¢metros o fachadas- oponen los arquitectos cordobeses Francisco Jos¨¦ L¨®pez Redondo, Gudula Rudolf, Miguel L¨¢zaro y Rafael Alc¨¢ntara una fachada de apariencia ¨®sea.

Su juego modular ¨Crealizado con prefabricados de hormig¨®n escalados a medida que ascienden hasta los siete metros de altura del inmueble- contrasta con la apertura di¨¢fana del interior de la biblioteca, donde el espacio est¨¢ dividido en dos plantas: la baja de doble altura para acoger el vest¨ªbulo y la superior, que enfatiza la horizontalidad para formar las vistas al exterior. As¨ª, la fachada de la biblioteca no expresa una correspondencia entre el espacio interior y la cara exterior y, sin embargo, es un elemento necesario y pertinente capaz de desdoblar sus funciones reforzando la identidad del edificio. Huesos, frente a piel, hablan de los objetivos de los nuevos inmuebles.

Precio final incluido mobiliario y equipamientos de estanter¨ªas (seg¨²n arquitectos): 990 euros por metro cuadrado.