Mendigos
Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer y se lo gastan en 'tetrabriks' de vino malo
Algunos Ayuntamientos espa?oles aplican una medida para acabar con la mendicidad, que consiste en imponer una multa de varios cientos de euros a quienes la practican. La sanci¨®n puede llegar a los 500 del ala.
Yo creo que es una decisi¨®n muy adecuada, porque los mendigos no respetan lo suficiente a los dem¨¢s ciudadanos. Nos agobian.
En la plaza donde vivo anidan unos cuantos tipos de esta clase. Y los madrile?os sencillos nos vemos molestados por ellos con demasiada frecuencia. Van sucios y a veces mienten, porque dicen que es para comer y se lo gastan en tetrabriks de vino malo cuyos envases no siempre colocan en las papeleras cuando est¨¢n vac¨ªos.
Pero esa justa y caritativa medida plantea algunos inconvenientes. Al parecer, los mendigos no tienen un domicilio fijo al que hacer llegar la notificaci¨®n de la multa. No hay una manera segura de obligarles a hacer frente al castigo. Y ellos, con astucia, no suelen llevar en efectivo el dinero suficiente para afrontar su responsabilidad. Acumulan multas sin pagar como muchos conductores pillados a 200 por hora en una autopista.
Por eso, seguramente, algunos Consistorios (?necesitaba escribir esa palabra alguna vez!) est¨¢n dando marcha atr¨¢s. El Ayuntamiento de Barcelona entre otros. Si los alcaldes que han intentado erradicar as¨ª la mendicidad leyeran algo de historia sabr¨ªan que el propio marqu¨¦s de Tamar¨®n, que fue gobernador franquista de Madrid en 1941, tuvo que dejar de multar a los cojos y maltrechos supervivientes del Ej¨¦rcito republicano, que ped¨ªan de comer por la calle, por esa raz¨®n, porque no pagaban.
Pero hay que pensar alguna alternativa. Es intolerable que haya tanta gente exhibiendo la miseria con semejante impudicia.
Sucios, borrachos y malos pagadores.
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