El autismo

El pasado lunes 27 de enero aparec¨ªa en su peri¨®dico el titular Tenemos que dejar de ser un partido autista. Desde hace ya algunos a?os he notado c¨®mo se ha ido poniendo de moda la expresi¨®n ¡°tal persona, instituci¨®n, etc¨¦tera es autista¡± para referir que est¨¢ aislada de la realidad o no se relaciona con el mundo. Desde la primera vez que la vi impresa siempre me ha producido rechazo y creo que es un grave error utilizarla de ese modo. En mi caso personal ¡ªsoy padre de un hijo con autismo¡ª, creo que es dolorosamente inapropiada porque trata la discapacidad del autismo como adjetivo para menospreciar a alguien o a algo.

Pero no solo refleja poca sensibilidad por lo que sufren estas personas y sus familias, sino tambi¨¦n mucha ignorancia sobre lo que de verdad es el autismo, puesto que se trata de un colectivo muy heterog¨¦neo y solo casos muy extremos padecen ese aislamiento atroz que quiere reflejar dicha expresi¨®n. Mi hijo, por ejemplo, hace verdaderos esfuerzos por comunicarse con todo el mundo aunque obviamente no sabe hacerlo siempre de forma apropiada. No obstante, aunque el paralelismo fuera comprensible, no me parece ¨¦tico su uso.

Puede que lo pol¨ªticamente correcto est¨¦ perdiendo fuerza hoy en d¨ªa, pero yo s¨ª creo que las palabras influyen en la aceptaci¨®n o el rechazo de las personas. Y s¨ª creo que es importante que los medios procuren ser sensibles a la utilizaci¨®n que se hace de algunos t¨¦rminos, porque les dan validez y hace que otros los usen.¡ª Jos¨¦ Juan Gil Pascual.