Ecotimo: ?leche sostenible o mala leche?
Por Montse Escutia, ingeniera agr¨®noma especializada en agricultura ecol¨®gica y colaboradora de la revista The Ecologist
A finales de 2013 el Ministerio de Agricultura, Ganader¨ªa, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente (MAGRAMA) puso en marcha una campa?a institucional para promocionar la llamada ¡°Leche sostenible¡± o PLS, Productos L¨¢cteos Sostenibles. La campa?a se llev¨® a cabo en varios medios de comunicaci¨®n, incluida la televisi¨®n. El anuncio no se olvidaba de proyectar la t¨ªpica imagen buc¨®lica de las vaquitas pastando en verdes prados. Cuando indagabas un poco sobre la supuesta sostenibilidad de la leche te dabas cuenta de que se refer¨ªa exclusivamente a la sostenibilidad econ¨®mica del sector puesto que la ¨²nica garant¨ªa de dicha leche es que estaba producida en Espa?a. Si se trata de eso ?por qu¨¦ no se le dice al consumidor con todas las letras? ?Por qu¨¦ en el anuncio en lugar de un prado con vacas no aparece la selecci¨®n espa?ola de futbol o el t¨ªpico torero como imagen de lo que es genuinamente espa?ol?
Parece ser que al MAGRAMA no le ha importado lo m¨¢s m¨ªnimo utilizar lo que se conoce como una pr¨¢ctica comercial desleal enga?ando claramente al consumidor al crearle la falsa imagen de que est¨¢ consumiendo leche producida de una forma m¨¢s ecol¨®gica. No hay que ser muy listo para darse cuenta que para el consumidor, ¡°sostenible¡± es sin¨®nimo de ¡°ecol¨®gico¡± y no se va a parar a reflexionar sobre si existen diversos tipos de sostenibilidad, m¨¢s all¨¢ de la que coloquialmente se ha asociado a aspectos ambientales. El cinismo de los responsables de nuestro gobierno qued¨® bien claro cuando, frente a las l¨®gicas protestas del sector de la producci¨®n agraria ecol¨®gica, arguyeron que dicho sector no se pod¨ªa apropiar de todos los t¨¦rminos. Dicho de otra forma: la ley s¨®lo protege los t¨¦rminos ecol¨®gico y biol¨®gico por lo que podemos llamar sostenible a lo que nos d¨¦ la gana sin que pase nada, aunque la intenci¨®n sea claramente enga?ar al consumidor.
Hace poco en TVE se emiti¨® un reportaje sobre c¨®mo la industria china ha desembarcado en la regi¨®n italiana de Prato, que tiene una fuerte tradici¨®n de industria textil. Por lo que se daba a entender los chinos operan en una especie de ciudad sin ley (al menos las relativas a la protecci¨®n de los trabajadores) y son capaces de producir en territorio italiano a precios tan bajos como si estuviesen en China. Como resultado han hundido a muchos peque?os talleres artesanos que no han podido resistir la competencia. ?Cu¨¢l es su objetivo? Pues poder etiquetar con la preciada denominaci¨®n ¡°Made in Italy¡±.
En un mercado donde los consumidores cada vez est¨¢n m¨¢s concienciados, tanto en aspectos ambientales como sociales, es evidente que cualquier peque?a referencia a ello puede marcar la diferencia y ayudar a vender mucho m¨¢s. Y las empresas lo saben. ?Hasta el gobierno lo sabe! Y por desgracia lo aplica, como lo aplican tantas y tantas empresas, grandes y peque?as.
Y en medio de este panorama sigue habiendo gente que se esfuerza por ofrecer a los consumidores un producto verdaderamente respetuoso, ecol¨®gico, justo, solidario y todos los calificativos que se quieran aplicar. Pondr¨¦ s¨®lo un ejemplo del que fui conocedora hace muy pocos d¨ªas. En Alcorisa, un pueblecito de Teruel (esa provincia espa?ola que parece ser que tambi¨¦n existe) hay una iniciativa de elaboraci¨®n artesana de chocolate: Chocolates artesanos Isabel. En su producci¨®n cuidan cada uno de los detalles: las materias primas, la energ¨ªa que utilizan, las condiciones laborales de sus trabajadores y de los de sus proveedores, el embalaje de sus productos, los utensilios y productos de limpieza del obrador¡ y de paso dan vida a una regi¨®n que, sin iniciativas de este estilo, se ver¨ªa condenada al abandono.
Hablando con Isabel te das cuenta de hasta qu¨¦ punto es consecuente con sus principios. Su chocolate est¨¢ certificado como ¡°Comercio justo¡± pero convencieron a los inspectores de que era muy absurdo utilizar aceite de oliva palestino certificado de comercio justo cuando en su pueblo tambi¨¦n se produc¨ªa aceite. Siguiendo este razonamiento dan prioridad el uso de materias primas locales frente al de ecol¨®gicas que deber¨ªan traer de fuera. No renuncian a lo ecol¨®gico pero de momento prefieren ser consecuentes con su objetivo de dar vida al pueblo aunque esto les obligue a renunciar a una etiqueta que seguramente las ayudar¨ªa en sus ventas.
Este es el modelo de empresarios que necesitamos: concienciados y consecuentes con sus principios, conocedores de su enorme potencial para transformar la sociedad en la que desarrollan su actividad, sin renunciar a los beneficios pero sin necesidad de enga?ar para obtenerlos.
Los verdaderos ecotimos son los de aquellos que utilizan el nombre de la ecolog¨ªa en vano como ha hecho nuestro querido gobierno. La mala leche la encontramos en aquellos que se dejan llevar por la vanidad, el miedo y la ignorancia y ello hace desprestigiar a tantas y tantas personas. Personas que con su esfuerzo y su conciencia luchan por un modelo de producci¨®n y consumo m¨¢s justo para todos, especialmente para los que han de venir.
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