El Beethoven japon¨¦s admite que no es sordo
Mamoru Samuragochi primero reconoci¨® que pagaba a un m¨²sico para que compusiera en su nombre y ahora que comenz¨® a o¨ªr hace tres a?os
Mamoru Samuragochi, de 50 a?os, conocido como el Beethoven de Jap¨®n, exacerb¨® el esc¨¢ndalo sobre su figura cuando reconoci¨® que hace alg¨²n tiempo recuper¨® parte de su capacidad auditiva, tras admitir la semana pasada que durante a?os hab¨ªa utilizado a un m¨²sico secreto para que compusiera sus obras, entre ellas la popular sinfon¨ªa Hiroshima, dedicada a los fallecidos por la bomba at¨®mica lanzada por Estados Unidos en esta ciudad en 1945.
En un comunicado hecho p¨²blico a los medios de comunicaci¨®n japoneses por su abogado, Samuragochi dijo que hace tres a?os hab¨ªa recuperado parte del sentido del o¨ªdo y se disculp¨® por no hab¨¦rselo explicado antes a sus admiradores. ¡°Me siento profundamente avergonzado de m¨ª mismo por haber vivido una vida falsa¡±, asegur¨®, informa France Press.
El esc¨¢ndalo estall¨® la semana pasada cuando el Beethoven de Jap¨®n admiti¨® que hab¨ªa pagado a alguien para que escribiera sus piezas musicales. Un d¨ªa m¨¢s tarde, el compositor fantasma, Takashi Niigaki ¨C lector en una facultad de m¨²sica de 43 a?os-, dijo en una rueda de prensa que hab¨ªa ganado tan solo siete millones de yenes (50.170 euros) por haber compuesto m¨¢s de 20 obras para Samuragochi desde hac¨ªa casi dos d¨¦cadas. La confesi¨®n de Samuragochi se produjo la v¨ªspera de que un tabloide japon¨¦s publicara una entrevista con Niigaki.
¡°Tambi¨¦n quiero disculparme con el se?or Niigaki, cuya vida se ha malogrado por haber acatado mis demandas durante 18 a?os¡±, afirma Samuragochi en el comunicado. ¡°En los ¨²ltimos a?os he comenzado a o¨ªr un poco m¨¢s que antes (¡) Desde hace unos tres a?os, puedo o¨ªr palabras si la gente habla claro y lento hacia mis o¨ªdos. Es cierto que tengo un certificado que prueba que ten¨ªa un trastorno de audici¨®n y que no pod¨ªa o¨ªr nada hasta hace tres a?os¡±.
Niigaki, sin embargo, duda de esta versi¨®n. Dice que nuca pens¨® que su socio era sordo, dada la forma en que discut¨ªan las composiciones. ¡°Mantenemos conversaciones normales. No creo que tenga una minusval¨ªa¡±.
Samuragochi cuenta en su biograf¨ªa que perdi¨® totalmente la capacidad en ambos o¨ªdos a los 35 a?os, pero no da una explicaci¨®n clara de c¨®mo ocurri¨®. El certificado de salud del que dispone se?ala que padece una p¨¦rdida auditiva grave, que le da derecho a beneficios sanitarios, y se ha mostrado dispuesto a someterse a nuevas pruebas m¨¦dicas. El compositor alem¨¢n Ludwig van Beethoven comenz¨® a perder o¨ªdo alrededor de los 30 a?os, y dej¨® de actuar en p¨²blico mientras sigui¨® componiendo. La ¨²ltima d¨¦cada de su existencia la vivi¨® casi totalmente sordo. Falleci¨® en 1827 a los 56 a?os.
Algunos observadores culpan de lo ocurrido no solo a Samuragochi. Parte de su popularidad se debe a la intensa promoci¨®n por parte de una industria ¨¢vida por dar una cara humana a la m¨²sica cl¨¢sica y mantener una cuota de mercado que no cesa de menguar.
La prensa japonesa, proclive al sentimentalismo, ha alimentando a menudo la historia del Beethoven de Jap¨®n, y ha aprovechado su situaci¨®n de genio torturado al que el destino le hab¨ªa robado la capacidad de poder escuchar la bella m¨²sica que compon¨ªa; una imagen que multiplicaban su pelo largo, al viento y sus sempiternas gafas de sol.
Niigaki ha afirmado que no ha podido mantener m¨¢s tiempo el secreto, tras enterarse de que el deportista de patinaje art¨ªstico japon¨¦s Daisuke Takahashi participa con el arreglo ¡®Sonata para viol¨ªn¡¯ de Samuragochi, compuesta por ¨¦l, en los Juegos Ol¨ªmpicos de invierno de Sochi. Takahashi se ha mostrado ¡°sorprendido¡± por la noticia del esc¨¢ndalo, pero ha afirmado que no cambiar¨¢ de m¨²sica.
Samuragochi explica que no aclar¨® la situaci¨®n antes por temor a las consecuencias. ¡°Solo pensaba en lo que ocurrir¨ªa despu¨¦s de que se supiera que el se?or Niigaki escrib¨ªa mi m¨²sica, y fui incapaz de decir la verdad por miedo¡±. Ha prometido que se disculpar¨¢ en p¨²blico, lo que significa que se someter¨¢ a un importante ritual en Jap¨®n para los altos ejecutivos de empresas o estrellas del pop ca¨ªdos en desgracia, que, sin duda, congregar¨¢ a una bandada de fot¨®grafos, ¨¢vidos por inmortalizar la profunda reverencia de rigor en estos casos.
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