La presidenta Fern¨¢ndez regresa a la escena
Tras su enfermedad, la presidenta argentina ha vuelto al trabajo con pulso firme y convencida de que ha sufrido un intento de destituci¨®n Es la de antes. La que impone que se televisen y radien sus discrusos. La que arenga a sus ¡°soldados¡±. La que mueve las caderas al ritmo de sus c¨¢nticos. Cristina Fern¨¢ndez retoma su ¡®show¡¯
Cualquier tarde de cualquier d¨ªa laborable, los medios argentinos pueden recibir un aviso del Gobierno con un par de horas de antelaci¨®n donde se indica que la presidenta se dirigir¨¢ a la naci¨®n desde la Casa Rosada por cadena nacional. Es decir, mediante la sintonizaci¨®n obligatoria de todos los canales p¨²blicos y privados de radio y televisi¨®n. El motivo de la alocuci¨®n no se anuncia. Suelen circular rumores y especulaciones, pero casi nadie sabe de qu¨¦ hablar¨¢ Cristina Fern¨¢ndez. A eso de las siete de la tarde se interrumpen todas las emisoras y aparece ella ataviada con una prenda blanca. Despu¨¦s de una convalecencia ocasionada por un hematoma craneal y alteraciones en el ritmo cardiaco, Fern¨¢ndez ha renunciado al luto que mantuvo tres a?os por la muerte de su marido, N¨¦stor Kirchner. Frente a ella, las c¨¢maras ofrecen un barrido general con la escenograf¨ªa festiva de sus discursos. Palmas, sonrisas, c¨¢nticos¡
Sentados en las primeras filas aparecen los ministros, altos cargos y dirigentes sociales. A veces asiste alg¨²n invitado extranjero, como el juez Baltasar Garz¨®n. Al fondo, los j¨®venes de la organizaci¨®n La C¨¢mpora, fundada por su hijo M¨¢ximo Kirchner, de 36 a?os.
Ministros y militantes se ponen de pie entre ovaciones y aplausos mientras la locutora oficial del Gobierno la presenta: ¡°Habla para todo el pa¨ªs la se?ora presidenta de los 40 millones de argentinoooos, ?la doctoraaa Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner!¡±. Ella entrecruza los dedos con las palmas hacia arriba, toca levemente los dos micr¨®fonos del atril, saluda a alguien con la mano y sonr¨ªe. Antes de iniciar su discurso, la doctora se deja abrazar por los c¨¢nticos de los j¨®venes:
¡ª?Cristina, Cristina, Cristina, coraz¨®n, ac¨¢ ten¨¦s los pibes para la liberaci¨®n!
¡ªOhhhhh, yo no soy gorila [palabra que podr¨ªa traducirse por antiperonista o por ultraconservador], soy soldaaadoo de Cristinaaa.
O bien:
Aprovecha las cadenas nacionales para cargar contra cualquier empresa o ciudadano
¡ªN¨¦stor, mi buen amigooo, esta campa?a volveremos a estar contigooo. Militaremooos de sol a soool¡ Somos los pibes, los soldados de Per¨®n. No me importa lo que digaaaan... Los gorilas de Clar¨ªn, vamos todos con Cristina a liberar el pa¨ªs.
Fern¨¢ndez sostiene que han intentado expulsarla del Gobierno, que quieren verla ¡°volar por los aires¡±. Lo asegur¨® el mi¨¦rcoles mediante una cadena nacional cuyo objetivo principal era ese: denunciar que, despu¨¦s de la devaluaci¨®n del peso del pasado 22 y 23 de enero, intentaron destituirla ?Qui¨¦nes? El mercado, los banqueros, los especuladores y tambi¨¦n ¡°los medios hegem¨®nicos de comunicaci¨®n¡±. Advirti¨® que no lo afirma solo ella, sino un consultor econ¨®mico, Miguel Bein, que hab¨ªa pertenecido al Gobierno del radical Ra¨²l Alfons¨ªn.
El mandato de Cristina Fern¨¢ndez concluye el 10 de diciembre de 2015. Pero las grandes crisis que suele atravesar el pa¨ªs cada d¨¦cada hacen que algunos opositores se pregunten si no se producir¨¢ un gran derrumbe econ¨®mico que ocasione su marcha anticipada, as¨ª como sucedi¨® con el presidente radical Fernando de la R¨²a (1999-2001), quien abandon¨® en helic¨®ptero la Casa Rosada. Fern¨¢ndez advierte: ¡°No voy a volar porque no soy bruja, ni soy un p¨¢jaro¡±.
La doctora Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner contin¨²a a sus 60 a?os criticando a la justicia, porque a veces falla a favor de los ¡°medios hegem¨®nicos¡±; escrachando a los supermercados que venden sus productos m¨¢s caros que los precios legales pactados con el Gobierno; a los sindicatos, que no ayudan a vigilar los precios en los s¨²per; a los banqueros y hasta a los diputados de su formaci¨®n que llegan tarde al discurso:
¡ªNo lo veo al amigo Pichetto, ?ad¨®nde est¨¢? Ah¡ Llegaste tarde, Miguelito ¡ªadvert¨ªa el mi¨¦rcoles.
Despu¨¦s de hablar en un sal¨®n por cadena nacional, se corta la emisi¨®n en cadena y ya solo conectan con sus mensajes los canales p¨²blicos o aquellos privados que deciden hacerlo de forma voluntaria. Fern¨¢ndez aprovecha entonces para dirigirse a otros cientos de j¨®venes ¡°soldados de Per¨®n¡± agrupados en los dos patios de la Casa Rosada. Los saluda desde la balaustrada y mueve las caderas al ritmo de sus c¨¢nticos. Les anima a luchar por la libertad y contra las presiones de los medios hegem¨®nicos. De pronto se le quiebra la voz. En esos momentos, antes o despu¨¦s, siempre surge alguna menci¨®n para su difunto esposo:
¡ª(¡) N¨¦stor y yo: denostados, difamados, calumniados inclusive; no ya desde el aspecto pol¨ªtico, sino, en el caso de quien habla, desde su condici¨®n de mujer, de una manera terrible y atroz, que yo no s¨¦ cu¨¢nta gente puede soportar esa presi¨®n.
¡°No voy a volar porque no soy bruja, ni soy un p¨¢jaro¡±, advirti¨® ¡®la doctora¡¯ a sus supuestos detractores
Y los pibes entonan:
¡ª?Ch¨¦, gorila, ch¨¦, gorila, no te lo decimos m¨¢s, si la tocan a Cristina, qu¨¦ kilombo se va armar!
Ha vuelto la Cristina Fern¨¢ndez de siempre, la de antes del traumatismo craneal. La que aprovecha las cadenas nacionales para cargar contra cualquier empresa o ciudadano, a veces de forma gen¨¦rica y otras con nombre y apellidos. La que critica en Twitter a la prensa ¡°hegem¨®nica¡±, la que anima a los consumidores a que denuncien las subidas ilegales de precios en los supermercados. La que llama por tel¨¦fono a la mujer que denunci¨® a un s¨²per en su p¨¢gina de Facebook. Por supuesto, la consumidora en cuesti¨®n, Romina Ivonne, declarar¨¢ despu¨¦s: ¡°Realmente es una alegr¨ªa enorme la que siento y un orgullo muy grande, tener una presidenta que se encargue de cada uno de los problemas de los argentinos¡±. Y a la semana siguiente, la presidenta llamar¨¢ a otro consumidor que tambi¨¦n escribi¨® algo en su Facebook.
Mientras tanto, si necesita desautorizar a sus m¨¢s estrechos colaboradores, como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el secretario legal y t¨¦cnico, Carlos Zanini, la presidenta lo har¨¢ sin que le tiemble la mano. As¨ª sucedi¨® la semana pasada, cuando Capitanich y Zanini acordaron que una productora privada se hiciera cargo de la gran joya de la televisi¨®n p¨²blica: la retransmisi¨®n de los partidos en el programa F¨²tbol para todos. Finalmente, La C¨¢mpora, la organizaci¨®n que fund¨® su hijo M¨¢ximo, mantuvo la transmisi¨®n de los partidos. Qued¨® claro hasta qu¨¦ punto la presidenta conf¨ªa en el criterio de su v¨¢stago.
Por si quedaba alguna duda en ese aspecto, bastar¨ªa recordar lo que Fern¨¢ndez declar¨® en una entrevista televisada el 5 de octubre, un d¨ªa antes de que la operasen del hematoma craneal: ¡°Yo desconf¨ªo de todo el mundo. (¡) Salvo de mi hijo, mi hija¡ Todo el mundo desconf¨ªa de todo el mundo¡±.
La cuesti¨®n es que su hijo nunca concurri¨® a ningunas elecciones locales o provinciales, nunca ocup¨® ning¨²n puesto en la Administraci¨®n y jam¨¢s podr¨ªa aspirar a sucederla. Ya hay dirigentes peronistas que est¨¢n apuntalando sus candidaturas presidenciales para 2015. Pero Fern¨¢ndez no muestra apoyo expl¨ªcito hacia ninguno. Tal vez dentro de unos meses, a eso de las siete de la tarde, arropada por los pibes de la liberaci¨®n, se anime a revelar el nombre de su preferido. Por cadena nacional.
Del negro al blanco
Desde que su marido, N¨¦stor Kirchner, falleciera el 28 de octubre de 2010 de un inesperado ataque al coraz¨®n a los 60 a?os, todas las apariciones p¨²blicas de Cristina Fern¨¢ndez se vistieron de un luto riguroso. Han tenido que pasar tres a?os, y el susto de tener que permanecer un mes y medio de baja por un hematoma craneal, para que la presidenta argentina se haya apartado del color relacionado con la muerte. Estuvo un par de semanas combinando el negro con otros colores. Hasta que a finales de a?o se atrevi¨® solo con el blanco y algunas transparencias.
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